Escribe Mónica Méndez, secretaria de Organización de la Cicop
A quince meses del inicio de la pandemia, los trabajadores decimos que la crisis estructural del sistema público de salud sigue intacta.
Continuamos sin recomposición salarial, peleando por las licencias de descanso, por el pase a planta de los residentes que terminan este año y otras tantas reivindicaciones pendientes y urgentes que los trabajadores de la salud venimos exigiendo. La falta de cirugías, insumos, medicamentos para tratamientos de salud mental y otras tantas prácticas y especialidades, debido a la prioridad que tiene el Covid-19, son cuestiones centrales y acuciantes que no pueden seguir siendo postergadas.
La pandemia no ha servido para mejorar la deteriorada infraestructura de los hospitales, que siguen con graves problemas edilicios y en muchos casos sin el mantenimiento mínimo. Con el gobierno de Kicillof este déficit en hospitales y centros de salud continúa y se profundiza. Las “becas”, un sistema de precarización laboral impulsado por el gobernador peronista, han tomado más fuerza y suman cientos de trabajadores a la informalidad, llegando en algunos hospitales a ser la mayoría. El Larcade, de San Miguel, en el que Kicillof se comprometió a resolver las demandas de sus trabajadores y no cumplió, es un ejemplo de un hospital con el 90% de sus trabajadores que se desempeñan en sus tareas en condiciones de precariedad e informalidad y donde los profesionales de la salud han renunciado masivamente. Por la falta de insumos básicos y un presupuesto muy bajo e insuficiente, le exigimos al gobernador Kicillof una partida de emergencia y la recomposición salarial para todas las trabajadoras y los trabajadores provinciales de la salud.