Cerraron las listas para las PASO del 12 de septiembre. En el Frente de Todos se dio una particularidad, tanto en Provincia de Buenos Aires como en CABA encabezan figuras poco conocidas, lo que dio pie a que algunos periodistas hablen de “candidaturas sin liderazgos”. Pero la realidad es que, más allá de las tácticas electorales y de los repartos de cuota de poder entre los integrantes del Frente de Todos (“albertistas”, kirchneristas y massistas), la campaña sí tendrá un liderazgo claro: la vicepresidenta Cristina Fernández. O sea: el gobierno peronista sabe que se juega un plebiscito sobre su gestión en estos dos años. En el resto del país, donde el Frente de Todos es un acuerdo entre los gobernadores y el peronismo local, no ha primado mayormente la unidad en el oficialismo, el peronismo gobernante va dividido en Santa Fe, Córdoba y otras provincias.
¿Qué refleja todo esto? La crisis de un gobierno que teme verse castigado en las urnas por no haber podido resolver los problemas más acuciantes del pueblo trabajador, después de haber asumido con la expectativa de millones de que su situación iba a mejorar tras los años del ajuste de Macri. Era la ilusión de “la heladera llena”. Sin embargo, nada se soluciona. Salarios y jubilaciones siguieron perdiendo frente a la inflación, continuó aumentando la desocupación y la pobreza alcanzó niveles históricos. Todo consecuencia de un gobierno que comenzó ajustando antes de que empezara la pandemia (recordemos la eliminación de la movilidad jubilatoria), lo siguió haciendo en el primer año del Covid-19 y lo profundizó en 2021, con un recorte del gasto que se reconoce como el mayor de los últimos siete años. Todo al servicio de garantizar los pagos de deuda y las negociaciones con el FMI.
Mientras esto sucede, en el otro gran tema que preocupa al pueblo trabajador -la pandemia- tampoco aparecen soluciones. Suman más de 100.000 los muertos, y se seguirán acumulando, mientras la segunda dosis de la vacunación, avanza con una lentitud exasperante y crece el riesgo de la tercera ola. Ahora la ministra Carla Vizzotti anuncia que todo se solucionará con la llegada de 20 millones de Pfizer, en un nuevo ida y vuelta de esta crisis. Todo porque no se quiere recurrir a la solución más sencilla: incautar las 100 millones de dosis que se produjeron en el laboratorio de Hugo Sigman en Garín. ¡Eso sí que hubiese evitado muertes y la continuidad de los contagios!
Del otro lado del ring electoral está la oposición patronal de Juntos por el Cambio. El pueblo trabajador ya los conoce: son los que nos hambrearon durante cuatro años, mientras endeudaron al país con el FMI para garantizar el negocio a sus empresarios amigos. También son los que hoy gobiernan varios distritos (como Larreta en CABA, o los gobernadores de Mendoza o Jujuy), sosteniendo sus respectivos ajustes y enviando a los docentes a contagiarse sin el más mínimo respeto por el riesgo sanitario. Son los de siempre, aunque busquen renovarse con alguna cara nueva ocultando a Macri y peleándose entre ellos por el nuevo liderazgo de la oposición patronal.
Dadas estas dos opciones electorales, que buscan polarizar y, ayudadas por los medios hegemónicos de comunicación quieren aparecer como las únicas y excluyentes, es lógico que prime en el pueblo trabajador la desilusión. De los que, confiando inicialmente en el gobierno de Fernández, vieron como este los defrauda. Y que, al mismo tiempo, ya saben que nada bueno para el pueblo trabajador puede esperarse de Juntos por el Cambio.
Esa desilusión, unida en muchos casos a la bronca, muestra que queda entonces un espacio vacante. Es el que nos postulamos a llenar desde el Frente de Izquierda Unidad. El de los que estuvimos, estamos y estaremos apoyando todas las luchas. El de los que denunciamos todos los días la entrega al FMI, a las megamineras, a las multinacionales y a los bancos. El de los que planteamos un auténtico programa alternativo, de emergencia, obrero y popular. Que comience por dejar de pagar la deuda, romper con el FMI y poner un verdadero impuesto a las grandes riquezas. Para, con todo ese dinero, garantizar un aumento salarial y jubilatorio de emergencia y un IFE de 40.000 para quien lo necesite. Que prohíba las suspensiones y los despidos. Que ponga todo el dinero que haga falta para dar trabajo genuino con un plan de obras públicas y para atender todas las demandas de las dos pandemias, la sanitaria y la social.
El FIT Unidad se postula como esa alternativa. El 12 de septiembre, sin embargo, tendremos además una tarea adicional. Porque lamentablemente el MST de Celeste Fierro y Alejandro Bodart dividieron presentando una lista contra los tres partidos fundadores del FIT (PO, PTS e Izquierda Socialista). Por eso tendremos que dar cuenta de una doble tarea, enfrentar a los candidatos patronales y sus falsas promesas y al mismo tiempo, defender esta herramienta que tanto nos costó construir, para esa tarea expresada en el propio nombre de nuestra lista 1A: Unidad de la Izquierda. Junto con Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Romina del Plá y Gabriel Solano, y con nuestros candidatos de Izquierda Socialista, como Juan Carlos Giordano, Mónica Schlottahuer, Mercedes Trimarchi y Liliana Olivero,entre otros, te invitamos a sumarte a esta campaña, difundiendo nuestras propuestas y llamando a votar al Frente de Izquierda Unidad Lista 1A entre tus compañeras y compañeros de trabajo, estudio, vecinos y familiares.