Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop y candidato a diputado nacional por CABA, Izquierda Socialista/FIT Unidad
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció la compra de veinte millones de dosis de la vacuna Pfizer. Esa operación fue el cierre de una disputa entre el gobierno peronista del Frente de Todos y la multinacional Pfizer, vinculada al fondo buitre BlackRock. Semanas antes, el decreto de necesidad y urgencia firmado por el presidente Alberto Fernández, y el gabinete en pleno, había aceptado todas las exigencias del monopolio farmacéutico, quitar la palabra “negligencia” de la ley de vacunas y, entre otras concesiones, la inmunidad de la multinacional en caso de indemnizaciones por efectos colaterales.
A pesar de las combativas declaraciones que en su momento hicieron Ginés González García, Cecilia Moreau, Jorge Rachid y el propio presidente, que llegó a decir “…entre las condiciones iniciales que Pfizer puso, …[había] exigencias que comprometían al país…” (Infobae, 2/6/2021), el gobierno peronista del Frente de Todos se subordinó a los dictados de la multinacional. Tal como Bolsonaro, que después de lanzar públicas bravatas contra el mismo monopolio, aceptó todas sus condiciones. Tardíamente, y para salvar la ropa de cara a la campaña electoral, Máximo Kirchner dijo en el Congreso: “Yo no quiero un país que […] tenga que ceder a los caprichos de laboratorios extranjeros” (El Cronista, 8/7/2021). Si lo hubiera dicho un mes antes…
Vacunar a todas y a todos con dos dosis para frenar la variante Delta
Con 2.323 muertos por Covid-19 cada millón de habitantes, ocupamos el cuarto puesto en Latinoamérica, después de Perú, Brasil y Colombia. Solo 15% de la población ha recibido la vacunación completa, lo que favorece la instalación de una tercera ola basada en la variante Delta, la más contagiosa de todas. Una mutación que fue posible, entre otras causas, por la lentitud que las patentes imponen a la producción de vacunas.
El plan de vacunación del gobierno fracasó aunque la ministra Vizzotti se ufane de que ya hay 42 millones de vacunas. Oculta un hecho tremendo, se produjeron en la planta de mAbxience en la localidad de Garín, provincia de Buenos Aires, cien millones de dosis que se fueron al exterior, cantidad más que suficiente para la vacunación completa de todas y todos. Las vacunas pueden hacerse en el país y deben quedar para ser utilizadas.
Desde el Frente de Izquierda Unidad, junto con distintas personalidades y organizaciones sindicales y populares venimos sosteniendo una campaña para que el gobierno incaute esta producción. Al mismo tiempo planteamos que se utilice toda la capacidad tecnológica y de recursos humanos existente en el país para ampliar la fabricación de vacunas e inmunizar rápidamente a la totalidad de la población, liberando las patentes que sean necesarias. Los candidatos del FIT Unidad lista 1A Unidad de la Izquierda renovamos nuestro compromiso con esta propuesta.