Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop
El ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, desmontó días atrás el Instituto Nacional del Cáncer, creado hace quince años, y distribuyó sus distintas reparticiones en la estructura del Ministerio. Contrariando los criterios epidemiológicos y con argumentos puramente administrativos de nula importancia (adujeron que había medicamentos a punto de vencer y superposición de funciones con otras dependencias) liquidaron el principal esfuerzo de centralización de la lucha contra el cáncer en el país. En un sistema de salud como el nuestro dónde conviven tres subsistemas: estatal, privado y de las obras sociales, la existencia de una centralización para la atención de enfermedades graves es imprescindible. La formación de profesionales y técnicos, la investigación clínica y el suministro de drogas que lleguen a todos los pacientes requieren un esfuerzo coordinado.
Aumenta en los jóvenes el cáncer de mama y de colon
Por otra parte, los criterios epidemiológicos hacen perentoria la centralización. Hay datos alarmantes revelados por diferentes especialistas que muestran que hay 130.000 casos nuevos anuales de cáncer; que desde el 2001 aumenta en los jóvenes el cáncer de colon y de mama. Se calcula que desde la primera consulta hasta el comienzo del tratamiento pasan unos 130 días de promedio. En el caso del cáncer de pulmón el diagnóstico es tardío en el 90% de los casos. Los pacientes logran iniciar sus tratamientos cuando ya es tarde para la curación o la prolongación de la calidad de vida. Un verdadero drama humanitario.
Pretenden desmontar el sistema de salud pública para privatizarlo
Vista desde las necesidades de la clase obrera y el pueblo trabajador, esta medida es totalmente irracional. Sin embargo, tiene una lógica profunda si la miramos desde las grandes empresas de salud incluidas la industria farmacéutica. El gobierno ultraderechista de Milei tiene el objetivo de privatizar la totalidad del sistema estatal de salud y por eso están los intentos de cierre del Hospital Bonaparte, los despidos masivos en el ministerio de Salud (como los de equipos técnicos de vacunas), la eliminación de los cuidados paliativos, el corte de los remedios gratuitos, los bajos salarios de las y los trabajadores de salud, el ahogo presupuestario de los hospitales, la suba vertiginosa de las cuotas de prepagas y el precio de los medicamentos, la falta de vacunas y drogas oncológicas. Son todas medidas tendientes a bajar la calidad de la atención de la salud, a obligar al pueblo trabajador a pagar de su bolsillo para aumentar la ganancia de los empresarios. El gobierno ultraderechista de Javier Milei vino para eso.
Unidad de acción para defender la salud pública
Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad creemos necesaria la más amplia unidad de acción para defender el derecho a la salud de las y los trabajadores y a derrotar los planes entreguistas del gobierno y sus aliados. Convocamos a pelear para resolver el desastre sanitario actual generado por los distintos gobiernos tanto peronistas, radicales y del PRO y el actual de La Libertad Avanza. Proponemos pelear por un sistema de salud único, estatal, gratuito y de excelencia para todos, controlado por sus trabajadoras y trabajadores y usuarios.