Escribe Olga Ortigoza, candidata a concejala La Matanza, Buenos Aires, por Izquierda Socialista/FITU
Después de pasear por Europa durante más de cuarenta días, Macri regresó al país y se sumó a la campaña electoral de Juntos por el Cambio. Las caras de Rodríguez Larreta y los distintos candidatos no expresan felicidad.
Apenas arribó, escribió en su tuit: “En la Argentina la enseñanza pública es un gran simulacro”. Se hacía eco de la dificultad de la multinacional automotriz Toyota para conseguir empleados con estudios secundarios.
El presupuesto de la educación pública hace décadas que viene sufriendo ajustes por parte de los distintos gobiernos patronales. Hoy con Alberto Fernández. Pero que Macri diga esto no tiene nombre. Achicó la inversión en educación, año tras año, cuando fue jefe de Gobierno en la Ciudad y lo hizo como presidente. ¡El presupuesto educativo nacional cayó 35% entre 2016 y 2019!
31% de los jóvenes de hasta 24 años no terminaron la secundaria. Todos los candidatos de Juntos por el Cambio apoyaron esta política de ajuste contra la juventud. Nadie la denunció. Ni siquiera Facundo Manes, que promete revolución educativa.
Tanto María Eugenia Vidal (ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires), Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein (ex secretario de Salud de Macri), candidatos en CABA, y Facundo Manes o Diego Santilli, candidatos en la provincia de Buenos Aires, son lo mismo. En Juntos por el Cambio sólo existe un “simulacro” que busca diferenciar a unos de otros. Pero la realidad nos demuestra que todos compiten por ser los mejores ajustadores.