Escribe Pablo Almeida, delegado general ATE Ministerio de Economía y legislador CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad
En solo siete meses la inflación superó el 29% que el gobierno había previsto como meta anual. La realidad muestra que, por más que se sumen parches a las paritarias que se firmaron en el primer semestre del año, los salarios corren siempre de atrás frente a la suba de los precios. La burocracia sindical, una vez más, nada hace frente a esta situación. Tenemos que organizarnos desde cada sector para lograr poner en pie la lucha por una urgente recomposición salarial.
El último 12 de agosto se conoció un nuevo dato de la inflación en nuestro país. En julio el índice de precios al consumidor creció un 3% con respecto al mes anterior y acumuló una suba del 29,1% en los primeros meses del año demoliendo todas las previsiones que hace pocos meses hacía el gobierno peronista de Fernández. La inflación general de los últimos 12 meses acumula un 51,8% y en los rubros más sensibles para los bolsillos populares como son los de alimentos y bebidas registra subas aún mayores.
Todos estos números demuestran que más allá de grandes discursos sobre controles de precios, el gobierno nacional no ha tomado ninguna medida para defender los ingresos del pueblo trabajador. Más allá de las arengas del presidente y frases grandilocuentes de ministros como Martín Guzmán o la Secretaria de Comercio Paula Español, los grandes empresarios formadores de precios tienen las manos libres para remarcar una y otra vez. Y vaya si lo hacen.
Incapaz de controlar la inflación por sus compromisos con las patronales y corrido por el descontento popular en un año electoral, el gobierno intenta otra de sus respuestas de doble discurso. Nos quiere vender que este año los salarios aumentarán por encima de la inflación. Quiere mostrar como gran bandera que las paritarias que se habían firmado en torno al 30 o 32% se reabren para actualizarse en torno al 40 o 45%. Pero los aumentos que se otorgan un día al mes siguiente ya fueron devorados por los aumentos de precios. Con el doble discurso del gobierno no volvió el asado, no se llenó la heladera y lo único que crece es la miseria salarial.
En este marco el Estado nacional no es una excepción. A fines de mayo se firmó un aumento, si es que se le puede decir así, del 35% en seis cuotas que se terminarían de pagar en marzo de 2022 y que venía a consagrar la miseria salarial para la inmensa mayoría de las y los estatales. Pese a que las conducciones burocráticas de ATE y UPCN firmaron ese bochornoso acuerdo un conjunto de juntas internas, cuerpos de delegados y agrupaciones de una docena de sectores de trabajo venimos levantando la voz para expresar nuestro rechazo y exigir la reapertura de las paritarias. Y la realidad nos dio la razón tan rápidamente que el gobierno tuvo que adelantar la revisión paritaria para el próximo jueves 19 de agosto.
Ese día, encabezados por las y los trabajadores del Hospital Garrahan que llevan más de dos meses en lucha por su salario, nos movilizaremos exigiendo en primer lugar el 50% en una sola cuota para comenzar a recuperar lo perdido en años de paritarias a la baja. Y también un mecanismo de indexación automática, más conocido como claúsula gatillo, para no seguir perdiendo frente a la desbocada inflación. Con los parches que ofrecerá el gobierno de adelantar algunas cuotas o de subir un 5% los salarios seguirán dejando a la gran mayoría de las y los trabajadores del estado muy lejos de los 106.000 pesos que necesita como mínimo una familia del AMBA para vivir.
Necesitamos una verdadera recomposición salarial y el de la lucha es el único camino que tenemos para que nuestros salarios dejen de perder por goleada frente a la inflación. Y, en el terreno electoral, votar al Frente de Izquierda Unidad Lista 1A.