Escribe Pablo Almeida, candidato a legislador CABA, por Izquierda Socialista/FIT Unidad
Tironeados, por un lado, por lo incómodo que significa el protagonismo de Mauricio Macri en la campaña de Juntos por el Cambio y, por el otro, por la imperiosa necesidad de obtener votos, los candidatos de la coalición opositora patronal decidieron sacar a la luz al ex presidente, aún con su imagen negativa ante el pueblo trabajador.
El apoyo que cosecha el “libertario” Javier Milei con su discurso de derecha les preocupa y al mismo tiempo se tienen que diferenciar de Ricardo López Murphy. Si a esto le sumamos que el discurso de María Eugenia Vidal, principal candidata en el distrito porteño, es visto como moderado por los votantes históricos, más duros y de derecha que apoyan a PRO, se explica este reacomodamiento. Por todo esto, obligados por el descontento de su base electoral, le asignaron a Macri un rol en la campaña, cuando al momento de la inscripción de las distintas candidaturas de la coalición patronal lo escondían.
Su reaparición se explica entonces por el temor a perder votos “por derecha”, sea con López Murphy o con Milei. Podríamos decir que a los precandidatos y a Macri no los une el amor, sino el espanto.
Por estos motivos, el ex presidente hizo un llamado: “Hay que ir a votar y le pedimos a la gente que por favor nos acompañe para decirle basta al kirchnerismo”. También justificó el tremendo pagaré, que supera los 45.000 millones de dólares, que deberán pagar el pueblo trabajador y los sectores populares con más ajuste. “No me arrepiento de haber ido al Fondo Monetario Internacional, la deuda es hija del déficit y eso lo dejaron los kirchneristas. Cristina recibió el país con 4% de superávit y lo entregó con un 5% de déficit”. De todo ese dinero no quedó un solo dólar en el país. Lo fugaron los grandes especuladores financieros y sus amigos.
Queda en evidencia que Macri continúa pensando igual. Sigue siendo un acérrimo defensor del ajuste permanente al pueblo. Todos los candidatos de Juntos, hagan o no campaña con él, también son ajustadores.
María Eugenia Vidal, ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires; Ricardo López Murphy, ex ministro de De la Rúa; Diego Santilli, ex vicejefe del Gobierno porteño, y Facundo Manes se postulan como los mejores empleados del FMI y los pulpos acreedores. Si logran ser elegidos votarán más ajuste con las dos manos.