Escribe Claudio Funes
En octubre de 2020, dos trabajadores técnicos aeronáuticos presentaron una grave denuncia ante la Justicia. Con información muy precisa, obtenida de distintos sectores de trabajadores, acusan a la gerencia de Aerolíneas Argentinas (AA) de adulterar los informes de mantenimiento de sus aviones. Afirman que en el sistema de registros de las aeronaves de flota Embraer E190 figuran chequeos y revisiones hechos en tiempo y forma, pero que en realidad nunca se realizaron. La persona que firmó esos registros no estaba trabajando ese día, por lo que no pudo haber firmado nada. Esta denuncia motivó que fueran cesanteados por la empresa.
Al menos son tres los aviones que están volando sin haber cumplido las reglas de revisión técnicas necesarias, responsabilidad que es endilgable únicamente a la gerencia y al directorio de la empresa estatal. Un riesgo criminal al que son sometidos la tripulación y los usuarios por parte de la aerolínea que preside Luis Pablo Ceriani con el apoyo de la burocracia sindical.
La historia reciente
El 1° de diciembre de 2020 se produjo la “fusión” por absorción de Aerolíneas Argentinas y Austral. Decisión que el presidente peronista Alberto Fernández evaluaba desde que asumió. En aquél entonces las autoridades de la aerolínea de bandera manifestaban con elocuencia que se generaría un ahorro de 100 millones de dólares por año.
“Fusión” es entonces el nombre de fantasía que se le puso al plan de ajuste contra los trabajadores aeronáuticos, todo tras el velo de la pandemia y que aún hoy continúa.
Aquella “fusión” se desprendía, como otras tantas medidas que se han tomado y se toman, del plan estratégico del gobierno de Alberto y Cristina: pagarle si o si, cueste lo que cueste, al FMI.
Una aerolínea que se cae
Un informe del periodista Jorge Lanata, más allá de las grandes diferencias políticas que tenemos con él, reveló que 33 aeronaves (42%) de un total de 79, se encuentran fuera de servicio. Hay 15 Boeing 737 para vuelos internacionales y la mayoría está en estado preservado (estacionados) por falta de mantenimiento. Lo mismo sucede con casi todos los Embraer E190, lo que a su vez puede generar una disminución de los vuelos de cabotaje.
El gobierno de Alberto Fernández no puede poner como excusa que no hay dinero, pagará miles de millones de dólares de deuda externa. Acá está el porqué de la falta de inversión en el mantenimiento de la flota de la empresa estatal, que según especialistas requiere un desembolso de 200 millones de dólares. El pago de la deuda externa no nos es ajeno, ni lejano, afecta nuestra vida cotidiana al igual que la corrupción.
Desde Izquierda Socialista apoyamos la justa denuncia de los trabajadores aeronáuticos y su lucha. Son los únicos que verdaderamente quieren que los vuelos sean seguros y con tarifas accesibles. En un país tan extenso como el nuestro el transporte aéreo de cabotaje es esencial, no un lujo.
Exigimos que se destine el presupuesto necesario para cubrir el mantenimiento de la flota, mejores salarios y todas las necesidades de la empresa. ¡Reincorporación de los compañeros despedidos por defender el patrimonio de Aerolíneas Argentinas, Austral, Latam y la seguridad de los usuarios!