Escribe Ana Valverde, Unión de Trabajadores Jubilados en Lucha (Utjel)

Se conoció el último reajuste anual para las jubilaciones del año 2022. Será del 15,62%, y el próximo recién llegará en marzo 2023. A ello se le sumará un bono de 10.000 pesos, que cobrarán por tres meses quienes perciben la mínima, o montos decrecientes de hasta 7.000 para quienes cobran hasta dos jubilaciones mínimas. Aquellos que reciban jubilaciones superiores a las dos mínimas (o sea por encima de los 100.000 pesos) no tendrán bono alguno.

Así, la jubilación mínima, que, recordemos la perciben más del 80% de las y los jubilados, ascenderá a 50.124 pesos (60.124 pesos con el bono). Como vemos, un auténtico monto de indigencia, que condena a quién lo perciba a vivir en la pobreza más absoluta.

Lo increíble es que la interventora del gobierno en Anses, Fernanda Raverta, afirmó que, con el bono, las y los jubilados “le ganaron a la inflación”, ya que sumaron aumentos en 2022 por un 107%. Se trata de una mentira total. Veamos: Raverta comparó la mínima a diciembre pasado (que era de 20.062 pesos) con la mínima actual incluido el bono (60.124 pesos). Esa cuenta es la que le da 107%. Pero es falsa, porque no tiene en cuenta el bono que se cobraba en diciembre de 2021, que hizo que en ese entonces la jubilación mínima percibida fuera de 37.062 pesos. De estos 37.062 a hoy, bono incluido, que lleva que las y los de la mínima perciban en diciembre 60.124, da un aumento de 61,9%, muy por debajo de la inflación de este año, cercana al 100%.

En concreto, todas las jubilaciones, mínima incluida, con bono, perdieron por goleada ante la inflación. Ni que hablar quienes cobran un poquito más, que ven como, mes a mes, la pirámide se achata y corren riesgos de terminar ellos también con jubilaciones de indigencia en el futuro próximo.

Los haberes previsionales vienen siendo uno de los principales patos de la boda del ajuste que lleva adelante el gobierno peronista del Frente de Todos para cumplir con el FMI. Se impone pelear por un aumento generalizado, para que ninguna jubilada o jubilado gane menos que el valor de la canasta de la Tercera Edad (calculada a octubre a 151.478 pesos) y desde ahí aplicar el 82%  móvil. Por eso el 17 de noviembre cientos de jubilados en unidad de acción nos movilizamos para entregar un petitorio en la Casa Rosada, para seguir organizando e impulsando todos nuestros reclamos.