Escribe José Castillo
Juntos por el Cambio dio a conocer un documento elaborado por sus economistas y firmado por sus principales dirigentes donde acusan al gobierno del Frente de Todos de ser “el mayor endeudador de la historia” y dejar “una bomba” hacia adelante. Todo como excusa para el ajuste mayor que van a aplicar si gobiernan.
El texto fue elaborado por los economistas más vinculados con el PRO: Luciano Laspina, Hernán Lacunza y Guido Sandleris. Pero no se trataba en absoluto de un documento “técnico”, ya que fue firmado por sus principales dirigentes (Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich) y también sostenido, aunque haciendo menos ruido, por los dirigentes de la UCR y la Coalición Cívica.
El documento nos obliga a varias reflexiones. Primero y principal, quienes lo escriben son los mismos que llevaron adelante el ajuste hambreador durante el gobierno de Macri, que endeudaron astronómicamente al país durante ese período, que luego recurrieron al FMI (lo que volvió a agrandar la deuda), que dejaron correr o incluso fomentaron que sus amigos especuladores usen los dólares del acuerdo con el Fondo para fugar capitales y que, a partir de todo esto, dejaron efectivamente una “bomba” de vencimientos de deuda externa para después de diciembre de 2019. Primera conclusión: no tienen ninguna autoridad para hablar de super-endeudamiento ni para proponer solución alguna.
Vamos a la segunda reflexión. ¿El gobierno peronista del Frente de Todos ha incrementado en niveles récord el endeudamiento, tanto en dólares como en pesos? Esto es efectivamente cierto. ¿Más que ningún gobierno anterior? En realidad, como la deuda externa es impagable y crece como bola de nieve, no tiene sentido la comparación. Cada gobierno aumenta la deuda más que el anterior y así seguirá mientras continuemos pagando intereses, y “renegociando” sin fin. ¿Deja una “bomba de tiempo” hacia adelante? Nuevamente, es así, los vencimientos desde 2024 en adelante crecen en forma exponencial y ya se sabe que nadie podrá pagarlos. Por eso, gane quien gane de los partidos patronales otra vez irán a la “renegociación”, con los acreedores y con el FMI, por lo que se vendrá un nuevo y más duro plan de ajuste.
Varios economistas y dirigentes del Frente de Todos salieron a criticar el documento de Juntos por el Cambio diciendo que su intencionalidad era “hacer explotar todo ahora”, “provocar una devaluación”, “generar una corrida cambiaria y bancaria”. El viceministro de Economía, el liberal y “amigo” de los especuladores financieros Gabriel Rubinstein, salió a tranquilizar, diciendo que no es así, que están garantizados los pagos a los acreedores en los próximos meses. Lo mismo sostuvo Carlos Melconian, el economista jefe de la Fundación Mediterráneo, otro de los “faros” a los que prestan atención las grandes patronales y los bancos. Se basan en algo cierto, por ahora el FMI mantiene su acuerdo con el gobierno argentino, ya que este viene cumpliendo con el ajuste exigido. Sin bien las reservas del Banco Central están al límite, todos esperan un dólar “soja III” (a mayor cotización), que le garantice su negocio a los monopolios agroexportadores y, por esa vía, garantice la entrada de dólares en los próximos meses, para llegar de esa forma a las elecciones. Todo “atado con alambre”, como vemos. En concreto, nadie puede garantizar que no haya una devaluación en los meses venideros. Pero también hay muchos capitalistas que, contentos con lo que “cobran” por la bicicleta financiera, apuestan a que esto no suceda hasta las elecciones.
¿Cuál es el sentido del documento de Juntos por el Cambio, entonces? ¿Mero discurso electoral, para mostrar lo “mal que está el gobierno”? La realidad es que el texto apunta a lo que hicieron todos los gobiernos patronales anteriores: “culpabilizar” al que se va del endeudamiento, la mayor miseria y la “herencia”, para así tener la excusa perfecta para avanzar con el nuevo ajuste. En este caso, lo que está planteado para 2024 y años subsiguientes está cantado. Vendrá un nuevo acuerdo con el Fondo, que exigirá ajuste más profundo (hasta llevar a cero el déficit fiscal), y más las reformas “estructurales” (laboral, jubilatoria y fiscal).
Es la historia de siempre. Es que no hay otra salida si seguimos pagando la deuda externa. Por eso, la salida no es el mega-ajuste planteado por Juntos por el Cambio, o el que igualmente, solo con un cambio de discurso, también profundizará un nuevo gobierno peronista. Lo único diferente es un programa alternativo como el que plantea el Frente de Izquierda Unidad, a partir de dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, para así priorizar las reales necesidades populares.