Escribe Adolfo Santos

La rebelión popular en Jujuy continúa fuerte. Con los docentes primarios en su sexta semana de paro por salario y las comunidades originarias manteniendo los cortes de rutas en más de una decena de puntos en defensa de sus derechos, la lucha jujeña es un ejemplo que debemos rodear de solidaridad para que triunfe.

La jugada del represivo gobernador Gerardo Morales (UCR), candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, de aprovechar el triunfo electoral para pasar una reforma constitucional antiderechos con la complicidad del peronismo, le salió pésima. La intencionalidad de la reforma de criminalizar la protesta, coartar derechos y disponer discrecionalmente de las tierras fiscales ocupadas por comunidades originarias para entregarlas a las multinacionales extractivistas que vienen por el litio, desató una verdadera rebelión popular.

Lejos de tratarse de violentos infiltrados como intentaron decir el gobierno y la prensa nacional, fue Morales el que encendió la mecha que hizo explotar a un pueblo trabajador cansado de gobiernos hambreadores y de comunidades históricamente discriminadas que no se resignan a perder derechos. Eso es lo que explica que se continúe resistiendo a una feroz represión por parte del gobierno, apoyada por todos los políticos patronales.

Jujuy no es un caso aislado, es el espejo de nuestro país. Es lo que ofrecen los candidatos patronales frente a la crisis, más ajuste y represión al servicio de las grandes patronales y del cumplimiento con los pagos de la fraudulenta deuda externa al FMI.

Aunque los maestros y las comunidades originarias vienen siendo la punta de lanza de esta gran lucha, se siguen sumando nuevos sectores a la protesta. La fuerza del paro de los docentes primarios de Adep obligó al gobierno a convocar una reunión paritaria para el jueves 13. El viernes de la semana pasada realizaron una nueva y masiva marcha acompañados por la “Asamblea del pueblo, trabajadores, comunidades, estudiantes y derechos humanos contra la Reforma”, una instancia organizativa generada por la propia lucha y que está llamando a una gran asamblea provincial de trabajadores y comunidades originarias, para extender la movilización.

También los trabajadores y trabajadoras de Obras Sanitarias vienen protagonizando un paro de varios días y se han movilizado por el centro de San Salvador por aumento de salario y contra la reforma. El jueves 13 vuelven al paro Cedems (docentes secundarios) y Adiunju (universitarios). Esto demuestra la disposición de lucha de las y los trabajadores jujeños a pesar de la violenta represión y las nuevas causas judiciales creadas en las últimas semanas por el gobierno, que no consigue amedrentarlos. Continúan los cortes en diversos puntos de la Ruta 9 como Purmamarca, Tilcara, Abra Pampa, Humahuaca y La Quiaca, generando retenciones en los pasos fronterizos con Chile y Bolivia.

Sin dudas, la fuerza de esta lucha se encuentra en las calles. A pesar de los intentos de todo el arco político patronal por desactivar esta rebelión, o frenar con falsas promesas, continúan las acciones directas. Acciones que han obligado a varios Concejos Deliberantes del interior a pronunciarse contra la Reforma. Hay que unir todas esas fuerzas en un paro y plan de lucha para derrotar la reforma que radicales, macristas y peronistas juraron entre balazos, gases y detenciones. Es más necesario que nunca rodear de solidaridad la lucha en Jujuy para que triunfe. La Ctera debe convocar un nuevo paro nacional y exigir lo mismo de la CGT y la CTA hasta que caiga la reforma de Morales y el PJ.

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad continuaremos actuando junto a los trabajadores, comunidades originarias y sectores populares movilizados por aumento de salarios, repudiando la reforma constitucional anti derechos, exigiendo la libertad y despenalización de los detenidos por luchar y la anulación de las acciones judiciales en curso. Si triunfa la lucha de Jujuy, será un triunfo de todos los trabajadores y sectores populares.