Escribe Adolfo Santos
Está probado que cada vez que la izquierda accede a una banca es para colocarla al servicio de las mayorías populares. Votan contra y denuncian los presupuestos de ajuste, los acuerdos con el Fondo Monetario, los beneficios impositivos a las grandes empresas o leyes que perjudiquen al pueblo trabajador, como la de alquileres o las fórmulas a la baja para calcular los reajustes jubilatorios. Son la voz de los que no tienen voz en el Congreso.
Actúan así porque las y los diputados del Frente de Izquierda provienen del mismo origen de los que sufren estas políticas en el día a día. Son los mismos que luchan por salario, por mejores haberes jubilatorios, por los derechos de las mujeres y disidencias, contra la precariedad laboral, por los derechos humanos y en defensa del ambiente. Son los que vienen enfrentando a todos los gobiernos capitalistas y peleando por una salida de fondo.
Las diputadas y diputados de izquierda ganan como una maestra y no viven del privilegio. Por eso después de cumplir su mandato vuelven a sus puestos de trabajo. Como expresó nuestra candidata a presidenta Myriam Bregman en el cierre del último debate: “sabés la importancia de tener diputados y diputadas de izquierda en el Congreso que no se van a vender, ni se van a dar vuelta”.
En nuestras listas hay decenas de referentes de los derechos humanos, del sindicalismo combativo, de las mujeres y disidencias, de la juventud y de las luchas populares. Como Juan Carlos Giordano, candidato a diputado nacional, y Graciela Calderón, referenta del Suteba Multicolor en La Matanza, a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires. Lo mismo podemos decir de nuestros candidatos a diputadas y diputados nacionales: Liliana Olivero por Córdoba; el profesor Iván Blacutt, preso por oponerse a la reforma constitucional anti derechos, por Jujuy; Daniela Vergara, secretaria de prensa de Ansafe Rosario, por Santa Fe; Pablo Almeida, delegado general de ATE Mecon, por CABA; y Cristian Luna, dirigente sindical de Salud, por Tucumán; entre otras decenas de luchadoras y luchadores. Por todo esto, el 22 de octubre votá para que tengamos más bancas de izquierda en el Congreso.