Escribe Mariano Barba
Sobre fines de octubre faltaron los combustibles en las estaciones de servicio. Las empresas que extraen gas y petróleo del subsuelo argentino se lavaron las manos, pero son las principales responsables, junto con el gobierno peronista que las deja especular y hasta las premia con subsidios. Hay que terminar con el saqueo.
En el país 18,5 millones son pobres y en la provincia de la Vaca Muerta 300 mil. Los partidos patronales acuerdan continuar el saqueo en Vaca Muerta para que las multinacionales se lleven todo. En 2013 la ley que habilitó el pacto Chevron-YPF fue impuesto con represión en la legislatura de Neuquén luego de votarse en el Congreso Nacional a pedido del gobierno peronista de Cristina Kirchner. Desde ese momento se dieron más de diez mil accidentes de trabajo, algunos significaron pérdidas de vida de trabajadores y también se producen daños ambientales irreparables, como grandes derrames y movimientos sísmicos generados por el voraz avance de la hidrofractura perforando la roca a miles de metros de profundidad y usando 600 químicos distintos. La proyección con la que se entusiasman las multinacionales es que Vaca Muerta tiene una capacidad productiva estimada en 16.000 millones de barriles de petróleo y 308 billones de pies cúbicos de gas: una de las mayores reservas de ambos recursos del mundo. La producción crece semestre tras semestre. En la actualidad Vaca Muerta representa más de la mitad de la producción total de crudo. En los primeros seis meses de este año el incremento de la producción de petróleo en general fue de casi 12% respecto a igual período del año pasado, impulsada por la hidrofractura, que marcó un alza del 37%, superando los 300.000 barriles diarios. Igual pasó en la producción de gas que con el mismo método extractivo creció un 2,7% en seis meses y alcanzó un 10,3% interanual.
¿Por qué faltaron los combustibles?
Por diversas razones, donde la más importante es el chantaje de las multinacionales que refinan el petróleo como Axion, Shell, PAE, y Puma que tienen cinco plantas. YPF cuenta con tres. El petróleo sobra en la producción a tal punto que cerca del 40% se exporta, empezando por el de Cerro Dragón (Chubut), que opera Pan American Energy (PAE), que se exporta casi en su totalidad. La ampliación del oleoducto, que une Vaca Muerta con el puerto Coronel Rosales en Bahía Blanca, y el proyectado puerto exportador denominado Oleoducto Vaca Muerta Sur que llegaría al golfo San Jorge (Río Negro) también tienen por objetivo ampliar la exportación para que ingresen los dólares al Banco Central, según el gobierno peronista. Lo que no dice el gobierno es que el grueso de los dólares que entran por exportación van a parar a las ganancias de las multinacionales. Por eso prefieren exportar a refinar en el país, y extorsionan frenando el destilado para que aumente el precio del surtidor.
Si bien el ministro Sergio Massa amenazó con sancionar a las refinadoras si no aparecía el combustible a las 24 del martes 31, lo hizo para la tribuna, porque el accionar “a piachere” de esas empresas está amparada por el propio gobierno peronista que les permite que controlen el negocio del gas y petróleo y encima les autorizó un incremento de precios del 9%. Producen y destilan lo que quieren a tal punto que son ellas las encargadas de medir los metros cúbicos de petróleo y de gas e informar luego a los gobiernos provinciales.
Por su lado la administración de YPF (a cargo del gobierno nacional) también cuenta con responsabilidad, porque el área comercial viene presionando por el precio en el surtidor, tal como lo aplicó con dos aumentos en los últimos cincuenta días. Con el agravante que el país tiene que importar el 20% de los combustibles que consume, eso significa varios barcos anuales, y en esta oportunidad, entre el Ministerio de Economía de Massa y la gerencia de YPF no se garantizó la provisión de dólares para pagar los diez barcos que esperaban cerca de los puertos. Y esos dólares necesarios no están en el Banco Central porque se fueron para pagar la cuota al FMI. Esto fue aprovechado por el ultraderechista Javier Milei para afirmar “esto ocurre por culpa del Estado”, una aseveración mentirosa porque el negocio está en manos de las multinacionales a las que Milei quiere liberar el precio totalmente.
Nuestra salida de fondo
Vaca Muerta no nos va a salvar. Así nos prometieron que pasaría con la explotación megaminera. El modelo era Barrick Gold, pero no nos dejó “miles de puestos de trabajo” sino desocupados, desolación y pasivo ambiental.
El gas y el petróleo son recursos estratégicos y no renovables. Hay que parar con el saqueo. Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad planteamos renacionalizar toda la industria petrolera y gasífera, bajo control de sus trabajadores, sus técnicos, las organizaciones de usuarios y las comunidades originarias, para que toda la renta petrolera quede en las provincias productoras y en el país y no solo el miserable 12% que queda hoy en concepto de regalías. Rescindir todas las concesiones, convencionales y no convencionales, y poner todas esas reservas en manos de una empresa, una nueva YPF y un nuevo Gas del Estado, 100% estatal, que monopolice la actividad desde la prospección, pasando por la extracción, el refinado, el transporte y la comercialización final. Así se podrá decidir en función de los intereses nacionales qué se extrae y qué no, con qué métodos, cuidando el ambiente y respetando a las comunidades originarias y con condiciones de trabajo y salarios dignos.