Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
El experimento libertario en un pequeño pueblo del noreste de Estados Unidos, de 1.000 habitantes, terminó en un fiasco. Un grupo de libertarios se instaló allí y puso en marcha sus ideas, reduciendo las regulaciones e impuestos con el propósito de probar que la intervención gubernamental es opresiva. Sin embargo, a la vuelta de pocos años, la localidad del estado de New Hampshire, fronterizo a Canadá, es conocida por el drástico deterioro de sus servicios públicos, el aumento de la violencia y el ataque de osos.
¿Qué pasó?
“En 2004 cientos de personas se trasladaron a Grafton para fundar lo que llamaron el Free Town Project (Proyecto del Pueblo Libre) para demostrar la factibilidad del libertarismo creando una comunidad utópica”, explicó el periodista estadounidense Matthew Hongoltz-Hetling, quien en 2020 escribió el libro A Libertarian Walks into a Bear (“Un libertario se cruza con un oso”). Para los anarcocapitalistas el Estado es el enemigo y hay que liquidarlo, recuerda la nota (BBC News Mundo, 29/8/2023).
Aunque fracasaron en sus intentos de sacar al pueblo del Distrito Escolar o declarar a la localidad como “zona libre de Naciones Unidas”, convencieron a sus vecinos de que recortaran en un 30% el ya pequeño presupuesto municipal. Grafton comenzó a tener muchos problemas.
Para 2011 las calles de Grafton se llenaron de baches, el alumbrado y la recolección de basura casi desaparecieron, la biblioteca pública redujo la atención a tres horas diarias y la vigilancia policial mermó. La reducción del patrullaje, junto a la llegada de más pobladores armados y convencidos de que tenían derecho a hacer lo que quisieran, provocó un alza del 12% en el número de delitos violentos.
La mezcla entre desregulación, recortes impositivos e ideas libertarias resultó un cóctel peligroso. Muchos de los libertarios que vivían en el bosque no seguían las recomendaciones sobre la eliminación de residuos, lo que creó una fuente de alimento fácil para los osos. Los osos comenzaron a recorrer las calles de Grafton y en 2012 atacaron a dos residentes, un hecho no visto en un siglo.
En 2016 el experimento naufragó y muchos de los libertarios se fueron. Hoy el ambiente en el pueblito es más tranquilo. ¡A tener en cuenta! Milei se declara “libertario” y “anarcocapitalista.”