Escribe Guillermo Sánchez Porta
Empezó el 2024 y Milei decidió cortar todos los fondos educativos que enviaba a las provincias, sin cumplir siquiera con los miserables aportes que legalmente debía mandar, como el Fonid (“incentivo” salarial) o para infraestructura, comedores escolares, programas educativos. Mientras tomaba esta medida, entregaba subsidios millonarios a las escuelas privadas y “ayudas” a quienes envían sus hijos allí, para pagar sus cuotas. Queda claro que el ajuste no es a la supuesta “casta”, sino a la docencia y la escuela pública.
Muchos gobernadores se quejaron y reclamaron contra el recorte. La Ctera y otros gremios docentes de la CGT llamaron a paro nacional, aunque en días diferentes. Milei tuvo que retroceder parcialmente y envió parte de los fondos, sin Fonid.
Los gobernadores tomaron una decisión similar a la de Milei: recortar los salarios docentes. Quitaron del salario el “incentivo” (rebajaron entre 30 a 70 mil pesos a cada docente, según la provincia) y ofrecieron “recomposiciones” a la baja. No cubrieron lo perdido para el 2023 ni más del 50% de inflación de diciembre a febrero. El salario inicial docente es casi de indigencia.
Esto obligó a la docencia a salir a pelear en todas las provincias. En varias se logró que los gobernadores pagaran el incentivo. Pero en todas sostienen propuestas de salarios perdiendo con la inflación pasada y futura. Llaryora en Córdoba ofrece pagar sólo el 50% de la inflación. Ningún gobernador quiere siquiera pagar el porcentaje de lo perdido al mes siguiente. En Neuquén o Santa Cruz, donde había cláusulas gatillo, las quieren sacar. Por eso en las provincias hay conflictos.
Lamentablemente las burocracias sindicales de Ctera y de los gremios provinciales, en vez de impulsar un plan de lucha nacional, tratan de acordar con los gobernadores salarios a la baja y levantar la lucha. En Neuquén hay una rebelión. En Santa Fe la docencia de Amsafe les pasó por arriba, rechazó las propuestas y votó un plan de lucha con movilizaciones masivas. En Córdoba, después de paros altísimos y marchas multitudinarias, la conducción Celeste de UEPC decidió aceptar el ajuste salarial, incluso con un fraude sindical (varios departamentos no hicieron asamblea para votar, porque dos semanas atrás había perdido la moción de paro ¡entonces contaron sus votos como “a favor”!). Y así en varias provincias.
Hay que exigirle a Ctera y gremios nacionales que dejen de dividir la lucha y las unifiquen en un paro y marcha federal para lograr que Milei devuelva lo que se está robando y haya aumento de presupuesto y salarios igual a la canasta familiar en todo el país. Y que la CGT y CTA le pongan fecha al paro nacional.
Con la oposición nacional docente debemos seguir impulsando la coordinación para la lucha y llamar a asambleas generales donde dirigimos y plenarios opositores en las provincias. Es fundamental ponernos al servicio de la unidad y que la docencia pueda debatir y decidir cómo luchar. Es lo que hacemos con Docentes en Marcha en ATEN Capital, Ademys, Adosac, SAE y lo planteamos en donde dirige la oposición, como UEPC Capital o la Multicolor bonaerense.
Así podremos derrotar el plan motosierra de Milei y los gobernadores y lograr que la plata (que sí hay) no vaya al FMI y a los subsidios a escuelas privadas, sino a los salarios y a la escuela pública.