Escribe Mariano Barba
Ante semejante ajuste y en medio de varios conflictos los dirigentes de la CGT están de reuniones corridas, pero no para coordinar esas luchas sino para negociar con el gobierno de Milei la reforma laboral, entre otros temas. Desde que salió la Ley Bases, los máximos dirigentes de la CGT priorizan las buenas migas con los ministros y las patronales y miran los conflictos por televisión. A más de cinco meses del último paro nacional, la dirigencia no está por impulsar la lucha para frenar los despidos y defender el salario ante la pérdida del poder adquisitivo; por el contrario, Andrés Rodríguez, secretario general de UPCN, firmó un acuerdo salarial del 2% mensual hasta fin de año, o sea enterró en la pobreza a los estatales. Podemos calificar de “borrada total” el papel de la CGT contra el veto de Milei a las y los jubilados y en la multitudinaria movilización en defensa de la Ley de Financiamiento Universitario. En ninguna de estas dos grandes acciones la burocracia convocó a ninguna medida de acción nacional. La lucha de los universitarios continúa con fuerza y la CGT sigue sin aparecer. Varios conflictos regionales y sindicales actuales son ignorados por la dirigencia de la CGT. Así ocurrió, entre otros, con el conflicto del hospital Laura Bonaparte, del hospital Garrahan y de los docentes de varias provincias en lucha.
La tregua se enmarca en el plan político del peronismo de Cristina, Kicillof y los gobernadores, que es dejar correr el feroz ataque económico de Milei, y apuntar solo a fortalecerse para las elecciones del 2025.
Ante el creciente cuestionamiento a Milei por parte de los trabajadores, algunos dirigentes de la CGT toman un “poco” de distancia, como Mario Manrique, secretario adjunto del Smata (mecánicos) y diputado de Unión por la Patria que abandonó el cargo de secretario gremial de la central obrera criticando la “excesiva negociación” con el gobierno; al igual que Pablo Moyano de camioneros, que amenaza dejar la conducción de la CGT al declarar, que luego del paro del transporte convocado para el 30 de octubre “veremos qué medida tomamos: si la continuidad o no”.
Son solo reubicaciones, porque lo concreto es que Gerardo Martínez de la Uocra (construcción), fue el encargado de negociar la reglamentación de la reforma laboral de la Ley Bases con el asesor presidencial Santiago Caputo, con el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, y con Guillermo Franco. En esa reglamentación lo “fundamental” que defendieron los dirigentes fue que no se toque el cobro del 2% a millones de trabajadores no afiliados en concepto de cuota solidaria por el uso del convenio. En lo demás aflojaron en casi todo. Y ahora se disponen a negociar la ley 23.551 de asociaciones profesionales y la 14.250 de convenios colectivos. Por eso se impone la exigencia a la burocracia que rompa la tregua y llame a plan de lucha contra la motosierra de Milei y el FMI; y se impone, como proponemos desde A Luchar que el sindicalismo combativo continúe con la tarea de apoyar y coordinar las luchas en el camino de ir formando una nueva dirección sindical combativa y democrática.