Escribe Mariano Barba, dirigente de Izquierda Socialista FIT/Unidad
Recrudece la interna en el peronismo, donde se presentaron dos listas para definir la presidencia del partido Justicialista. Cristina Kirchner encabeza la lista “Primero la Patria” y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, la lista “Federales, un grito de corazón” que hasta el momento continúa impugnada por la Junta Electoral partidaria. En sus nombres usan frases históricas del peronismo, pero ¿representan algo positivo y nuevo? ¿Son alternativas a favor del pueblo trabajador ante el gobierno de Milei?
En los últimos días no pararon de hostigarse entre sí. En medio de ese tiroteo, Axel Kicillof, criticado por Cristina, quedó expuesto en el acto recordatorio del 47° aniversario de la fundación de Abuelas de Plaza de Mayo, donde se vivieron momentos de tensión y distanciamiento. Ni siquiera Estela de Carlotto, sentada entre ambos, pudo lograr un momento de acercamiento. Justamente, el gobernador bonaerense aspiraría a ser candidato a la Presidencia de la Nación para las elecciones del 2027, mientras Cristina quiere ser la que designe al candidato del peronismo. Cuenta con el apoyo de La Cámpora y de su hijo Máximo, presidente del PJ bonaerense.
Por su lado Ricardo Quíntela, gobernador de La Rioja, se postula en el PJ junto a varios candidatos del interior (ver nota), pero tiene muy poco para mostrar, porque es el abanderado de ajustar, a lo Milei, a trabajadoras y trabajadores de su provincia, a tal punto que paga deudas con los “Chachos”, una cuasi moneda de circulación solo en la provincia y aceptada a cuenta gotas.
La causa de fondo de la crisis del peronismo hay que buscarla en la derrota electoral del 2023. Todavía sigue fresca en la memoria del pueblo trabajador y sectores populares el desastroso gobierno de Alberto, Cristina y Massa que pactaron con el FMI, generaron una inflación galopante, bajaron los salarios, acrecentaron la pobreza y pasaron a la historia por la famosa fiesta de Olivos mientras nos guardabamos en la pandemia. Su antipopular final terminó facilitando el triunfo del actual ultraderechista Javier Milei.
El plan de Cristina es recuperar el control del peronismo para manejar las candidaturas. Por eso luego de estar casi dos décadas armando otros sellos políticos, ahora se postula en la interna del PJ con el objetivo de presidirlo.
A aquellos trabajadores y trabajadoras y sectores de la juventud, horrorizados por la motosierra de Milei, que quita conquistas y lleva a índices extremos la pobreza y la indigencia, que pueden estar pensando en volver su mirada hacia el peronismo, les decimos que esa motosierra avanza porque la CGT, peronista, no está organizando la pelea contra el brutal ajuste y porque la Ley Bases fue aprobada gracias al voto de diputados y senadores nacionales peronistas que responden a los gobernadores peronistas como Osvaldo Jaldo de Tucumán, Raúl Jalil de Catamarca, y Gustavo Sainz de Salta. Tampoco movieron un dedo para impedir el veto de Milei a las y los jubilados y al presupuesto universitario. Es decir, el peronismo tiene gran responsabilidad en el avance de la motosierra.
El peronismo no es salida
La pelea entre Cristina y Quintela es muy ajena a las necesidades de trabajadores y sectores populares. La crisis les impide negociar en tranquilidad, al punto que Quintela se presentó ante la jueza federal Cubría porque le bajaron su lista. Es posible que encuentren un atajo político, para acordar e impedir que se maten en la puja y evitar estas elecciones internas. Igual, podemos afirmar que esa pelea no es para ver cómo mejor enfrentar el ajuste de Milei y el FMI. Es una lucha por el control del aparato partidario para digitar el armado de las candidaturas del próximo año y pensando también en las presidenciales del 2027. No promueven un programa alternativo obrero y popular contra Milei. Quintela, porque ya aplica un gran ajuste en La Rioja; mientras que Cristina viene declarando que es necesario hacer la reforma laboral, que hay que seguir pagando la deuda externa (como lo hizo cuando fue gobierno) y reformar la educación pública. Demuestra que tampoco es salida, más allá de la utilización de su habitual doble discurso.
En cambio hay otro modelo, el que proponemos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda, que es un plan económico obrero y popular de emergencia, opuesto a la motosierra de Milei y al que aplican los gobernadores de todos los signos políticos en las provincias. Un plan que empiece con el no pago de la deuda al FMI y a los buitres acreedores, termine con el saqueo y la entrega de las riquezas del subsuelo como petróleo, gas y litio, para que esas riquezas queden en el país y no para los grandes empresarios, multinacionales y bancos; y con esa plata combatir los males sociales y dar un aumento salarial de emergencia.