Escribe María Meza
Después de meses de incertidumbre, la patronal textil Barpla anunció el cierre de la planta de Río Grande. Pretende dejar en la calle a cuarenta trabajadoras y trabajadores y amenaza con indemnizaciones en cuotas por debajo del 100% que les corresponde.
La planta de Río Grande abastecía de telas impermeabilizadas a varias sedes de la misma empresa en Buenos Aires. Durante cuarenta años fue favorecida con beneficios fiscales por el régimen de promoción industrial para la isla según la Ley 19.640. La Comisión Aduanera del área, denunció recientemente que esta empresa pidió subsidios para importación por 128 millones de dólares a precio oficial, pero solo demostró importaciones por 20 millones.
Frente a varias irregularidades, la planta quedó sin permiso para producir por parte de la secretaría de industria de la Nación. Esta medida del gobierno se sumó a la motosierra de Milei que pretende dejar fuera del régimen a toda la rama textil de la isla, mientras mantiene los beneficios de empresarios de Newsan y Mirgor, amigos de Caputo.
La industria textil cuenta con 900 trabajadores de once fábricas, habiendo cerrado Textil Río Grande, Teogrande y Austral Tex, que les impusieron vacaciones y suspensiones compulsivas con reducción salarial.
Las y los trabajadores de Barpla denunciaron que no son responsables de esta situación y reclamaron ante el Ministerio de Trabajo el mantenimiento de los puestos de trabajo, la reapertura de la fábrica y el derecho a ser reconocidos como auditores para controlar sus movimientos de importación, producción y exportación de modo de impedir que haya nuevos fraudes. La promoción industrial es necesaria para mantener la radicación de la población en una provincia estratégica, pero solo el control de las y los trabajadores puede ponerla al servicio del bienestar de sus pobladores y no de la especulación de empresarios inescrupulosos.
Las y los trabajadores se movilizaron varios días al Ministerio de Trabajo, pidieron la conciliación obligatoria que vence el próximo viernes 15, ya que la patronal no presentó ninguna propuesta favorable a sus reclamos, mantuvo la posición de cierre de la fábrica y quiere pagar indemnizaciones en cuotas.
En todo este tiempo, han recibido la solidaridad de otras plantas textiles, de docentes del Sutef, de metalúrgicos de la UOM, de estudiantes universitarios, entre otros. Desde Izquierda Socialista y la corriente sindical A Luchar, convocamos a redoblar esfuerzos para acompañar a las y los trabajadores de Barpla y sus familias, en la necesidad de defender las fuentes de trabajo y frenar la política de ajuste.