Escribe José Castillo
Se sigue pagando al FMI. Ahora fueron 800 millones de dólares, con lo que ya se suma 7.695 millones en el año, sólo con el Fondo. Agregando lo abonado a otros organismos y a acreedores privados, en 2024 se fueron más de 12.000 millones de dólares por pagos de deuda, mientras esta continuó creciendo. Ahí está el dinero para aumentar los salarios, el empleo y los presupuestos de salud, educación y vivienda.
“No hay plata”, es el slogan preferido del gobierno ultraderechista de Milei. Con esa consigna se despiden decenas de miles de empleados públicos, se pulverizan salarios y jubilaciones, se cierran organismos, se desfinancia al extremo la salud y la educación y se paraliza la obra pública. Pero, sencillamente, es mentira: el dinero existe, sólo que se lo destina al pago de la deuda externa, como lo dijimos mil veces, fraudulenta, ilegal, ilegítima, inmoral y, además, impagable, ya que, al mismo tiempo, sigue creciendo cual bola de nieve.
2024 es el año donde el gobierno operó a fondo con la “motosierra”. Pero el año que viene el ajuste continuará. Vencen 3.300 millones de intereses a pagarle al FMI. Además vencen 11.000 millones de dólares con los acreedores privados. Lo que da, sumado a vencimientos con otros organismos, un total de 17.000 millones. Y si miramos de acá a 2027, tenemos vencimientos en moneda extranjera por 61.600 millones de dólares, entre pagos al FMI, a los pulpos privados y a otros organismos.
El gobierno de La Libertad Avanza ha presentado un presupuesto de terror. Se recortan todas las partidas, más aún de lo que ya se achicaron este año. Obviamente, la única excepción son los pagos de deuda. Peor aún: se dice explícitamente que el presupuesto 2025 se ejecutará en función de obtener el dinero para cumplir con los distintos vencimientos. Y que, si es necesario, se recortará más aún con tal de cumplir con los pulpos acreedores y el FMI.
Obviamente, este presupuesto es inarreglable. No hay forma, como sostienen varios gobernadores y la llamada “oposición amigable” de “mejorarlo” negociando algunas partidas. Por otra parte, el propio gobierno sostiene que o se aprueba como está o no habrá presupuesto 2025 y seguirán gobernando, y ajustando salvajemente, por decretos de necesidad y urgencia, como vinieron haciendo hasta ahora.
Por eso, desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad, decimos que la pelea no es exclusivamente por el presupuesto, que por supuesto hay que rechazarlo de plano cuando se llegara a tratar. Es más general, contra el ajuste en su conjunto, y se definirá en las calles, en las luchas y movilizaciones. Por eso es fundamental apoyar cada pelea, cada resistencia. Como la de los estudiantes, no docentes y docentes en defensa de la universidad pública, la de las y los trabajadores de la salud, como sucedió en el Bonaparte, en el Garrahan y en tantos otros lugares, en la defensa de Aerolíneas Argentinas, en la lucha contra la pulverización de las jubilaciones, y en tantas otras. Exigiendo, además, a la burocracia de la CGT que rompa su ya vergonzosa tregua y llame a un paro general y un plan de lucha.
Pero, al mismo tiempo, tenemos que dar el debate político. Explicando que hay otra salida, postulando otro plan económico, de emergencia, obrero y popular, que arranque por dejar de pagar la deuda externa y romper con el FMI para priorizar las más urgentes necesidades populares. Por eso, desde la bancada de Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad, hemos presentado un proyecto de ley en este sentido, que explicamos en estas páginas.