Escribe Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista y la UIT-CI
El pueblo sirio entra en una nueva fase de la lucha por lograr su verdadera liberación política y social, por las libertades democráticas plena, por el retorno de millones de refugiados y las demandas sociales postergadas para el pueblo trabajador. Y para esa lucha de fondo se necesita construir una nueva dirección socialista revolucionaria.
La experiencia de las revoluciones del 2011 mostró que estas triunfaron en el plano democrático, al sacarse de encima dictaduras de más de treinta años de existencia. Pero por falta de una dirección revolucionaria, esos procesos se estancaron, como en Túnez, o retrocedieron, como en Egipto y Libia. Surgieron nuevos gobiernos capitalistas de diferentes signos, que mantuvieron la estructura económica atada a los distintos imperialismos, que mantienen la miseria y decadencia social de los pueblos. En Siria, para superar este déficit, es necesario construir una nueva dirección apoyándose en los sectores de la izquierda siria que dentro del país y desde el exilio siguieron la lucha contra Bashar al-Assad desde una perspectiva independiente y socialista.