Escribe Pablo Almeida, delegado general de ATE Ministerio de Economía
El pasado 31 de diciembre trabajadoras y trabajadores del Centro Cultural Haroldo Conti recibieron el siguiente mensaje: “El secretario de Derechos Humanos hace saber a todo el personal del Centro Cultural que se procede al cierre del mismo a partir del 2 de enero de 2025 […] a efectos de velar por una adecuada reestructuración interna, rearmado de equipos de trabajo y análisis de la programación del año entrante”. Esta fue la principal señal de alarma pero el ataque del gobierno ultraderechista y negacionista no se reduce al Conti. Cerca de 500 trabajadoras y trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos, aproximadamente la mitad de su dotación, recibían notificaciones de despido mediante la no renovación de sus contratos.
Un paso más en el brutal ajuste que el gobierno viene realizando entre los organismos del Estado nacional. Y que se ha concentrado en las últimas semanas en todas las dependencias ligadas a la Secretaría de Derechos Humanos que enfrentan junto a otras dependencias del Ministerio de Justicia cerca de 2.300 despidos y una reducción de cerca del 50% para quienes aún conservan sus puestos de trabajo.
Y en este caso queda a las claras que lo que se busca es vaciar áreas fundamentales como los Espacios de Memoria, que funcionan donde antes lo hacían centros clandestinos de detención y tortura como la ESMA (ver nota en esta misma página). O la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que es el organismo que se encarga de la búsqueda de los niños y niñas hijos de desaparecidos apropiados durante la última dictadura militar.
A los despidos, el cierre del Conti y estas políticas de vaciamiento se respondió con importantes convocatorias de trabajadoras y trabajadores nucleados en ATE junto a un gran número de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos. El pasado 27 de diciembre se realizó un abrazo masivo en el predio donde funcionó la ESMA. Días después, un masivo festival solidario y acciones de visibilización en el mismo lugar. En todas esas acciones junto a una enorme solidaridad se hizo oír con fuerza la exigencia de paro general a las conducciones sindicales.
Desde Izquierda Socialista y nuestra agrupación Estatales en Marcha tomamos parte activa de cada una de las acciones. Desde ese lugar señalamos que vemos imprescindible continuar rodeando de solidaridad la lucha contra el vaciamiento de la Secretaría de Derechos Humanos. Enfrentando los despidos de manera unificada con todo el Ministerio de Justicia y el resto de las dependencias del Estado Nacional que hoy están siendo atacadas. Por eso seguimos exigiendo que los distintos sectores de la conducción de ATE dejen los discursos altisonantes y pongan en pie un verdadero plan de lucha unificado. Al tiempo que peleamos para romper el pacto de la burocracia sindical peronista de la CGT, que en el Estado tiene su expresión en la conducción de Andrés Rodríguez de UPCN que deja correr el ajuste del gobierno al tiempo que dice que “no hay clima de paro general”.
Hoy más que nunca hay que salir a enfrentar las políticas de ajuste y negacionistas del gobierno de Milei. No se puede esperar al 24 de marzo para darle continuidad, como dijeron algunos dirigentes de la conducción de ATE Capital. Sigamos en las calles, con la más amplia unidad y reclamando a la CGT un nuevo paro general para derrotar el ajuste.