Escribe Ana Valverde, referenta de Utjel
La lucha de las y los jubilados contra la motosierra de Javier Milei comienza a dar sus frutos. Las persistentes marchas frente al Congreso comenzaron a adquirir visibilidad. Durante más de un año, pequeños grupos de jubiladas y jubilados, no bajamos los brazos y enfrentamos frío, lluvias, calor y sobre todo la feroz represión ordenada por la ministra Patricia Bullrich cada miércoles. Pero no desistimos, y aquí estamos, más fuertes que nunca.
Gritamos por aumento en los haberes que ni siquiera alcanzan a cubrir un tercio de nuestro costo de vida, por la devolución de los medicamentos gratuitos, por la prórroga de la moratoria previsional y contra una reforma jubilatoria que pretende retirar más derechos. Y cuando parecía que íbamos a quedar afónicos, comenzaron a surgir expresiones de apoyo que han fortalecido nuestra lucha. Las dos últimas semanas nuestra manifestación se ha multiplicado. Los primeros en engrosar la fila fueron los propios jubilados y jubiladas y sus familiares que no aguantan más vivir en situación de pobreza y, en muchos casos, en la indigencia.
A los partidos de izquierda, que siempre nos acompañan, se sumaron hinchas de fútbol de diferentes clubes. Y llegaron organizaciones sociales y sindicatos como ATE, metalúrgicos, ferroviarios, La Fraternidad, bancarios y docentes, comprometidos con nuestra lucha. Desesperado con esta solidaridad, el miércoles 12 de marzo, el gobierno intentó disuadirnos con una violenta represión. Hirió de extrema gravedad en la cabeza al reportero gráfico Pablo Grillo disparándole una bomba de gas lacrimógeno, violentó a una jubilada de 81 años arrojándola al piso, causándole traumatismos, e hirió con balas de goma a varios manifestantes.
Semejante violencia tuvo una gran repercusión nacional e internacional. Hubo condenas y el gobierno sintió el impacto negativo. El miércoles 19 la ministra Bullrich y el equipo del gobierno, demostrando el desgaste que le provocó la salvajada de la semana anterior, optaron por atrincherarse detrás de un inmenso vallado que terminó paralizando gran parte del centro de CABA. Sin la provocación de las fuerzas represivas, la protesta se desarrolló casi sin incidentes.
No es una lucha fácil. Milei responde directamente a las órdenes del Fondo Monetario que en el nuevo acuerdo debe exigir más ajustes y recortes. Además, porque esta política cuenta con el apoyo de los partidos patronales en el Congreso. En los últimos días, el gobierno de la “criptoestafa” viene dilapidando fondos jubilatorios para contener el dólar. Esto solo es posible por la complicidad de los partidos patronales y sus gobernadores que, a cambio de migajas, miran para otro lado.
Ahora, con la complicidad de la justicia, se suspendieron por 90 días los plazos para resolver la liquidación de las sentencias a favor de las y los jubilados. El motivo aducido por la Cámara Federal de la Seguridad Social y acatado por la Suprema Corte, es el exceso de expedientes y la falta de jueces. En vez de nombrar jueces para cubrir las vacancias, descargan el problema sobre las y los jubilados que han esperado años para que se haga justicia y ahora no consiguen cobrar. Las penurias crecen con haberes de hambre y preanuncian lo peor con el fin de la moratoria.
Estamos en un momento clave. Nuestra lucha y las movilizaciones de diferentes sectores han obligado a la CGT a romper el pacto con el gobierno y a llamar a un nuevo paro. Es más, esta nueva situación impuso que la dirigencia de la Central también convoque a nuestra marcha del miércoles 9.
Vamos a impulsar con fuerza esa marcha que nos permitirá potenciar nuestra lucha. Tiene que servirnos para seguir golpeando a la motosierra de Milei para que la crisis no la paguemos las y los jubilados y poder recuperar las pérdidas y un haber mínimo acorde a la Canasta Básica Jubilatoria. Sólo con una gran movilización conseguiremos la restitución de los medicamentos con 100% de descuento y una nueva ley de Moratoria Previsional, entre otras medidas. Y el jueves 10 nos sumaremos al paro convocado por la CGT exigiendo un plan de lucha que le de continuidad a esa medida. Desde la Utjel, nos sumaremos con fuerza a esas jornadas para decir: Fuera Bullrich y Basta de Milei y su plan motosierra.