Escribe Rubén “Pollo” Sobrero
Después de meses donde la cúpula de la CGT pactó con el gobierno de Javier Milei, finalmente se vio obligada a llamar a una marcha el 9 de abril con las y los jubilados y un nuevo paro nacional para el día siguiente. Ahora las y los luchadores, delegados y dirigentes combativos debemos impulsar asambleas, plenarios y todo tipo de acciones que ayuden a garantizar una gran movilización el miércoles 9 y un parazo el jueves 10.
A pesar del pacto de la CGT, este año las luchas y movilizaciones no se tomaron vacaciones y asistimos a multitudinarias marchas. El 1F fue la marcha antifascista contra los dichos de Milei en Davos; el 8M en el Día de la Mujer Trabajadora y todos los miércoles, las protestas de las y los jubilados frente al Congreso. La represión impuesta por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y su “protocolo antipiquete” contra los jubilados, hizo que, miles de trabajadores, trabajadoras e hinchas de fútbol nos movilicemos en repudio a esa violencia y en apoyo a sus reclamos. En ese marco, enfrentamos juntos una feroz represión y cacería por parte del gobierno, que terminaron con el reportero gráfico Pablo Grillo en terapia intensiva y varios heridos por golpes y balas de goma.
En cada una de esas marchas se escuchó un grito reclamando: “¿A dónde está que no se ve esa traidora CGT?”. Lo mismo ocurría en las provincias con los paros de docentes y de estatales, de las y los trabajadores de salud, o fábricas como Praxair, donde la burocracia no solo no apoyaba, sino que era cómplice de los ajustes y despidos, como Sasia en nuestra Unión Ferroviaria o Rodríguez en UPCN, entre otros. Sólo llamaban a algún paro cuando la situación se hacía insostenible, como los docentes de Ctera o los maquinistas de tren, entre otros gremios, pero siempre con medidas aisladas.
Se abre una nueva situación
El apoyo popular a las y los jubilados y el repudio masivo a la represión del 12 de marzo, impulsó a que varios gremios se plegaran a las protestas del miércoles 19 al Congreso y obligó a la cúpula de la CGT a convocar a la marcha el 9 de abril en apoyo a las y los jubilados y un paro nacional para el día 10. La marcha del 19 fue multitudinaria y el gobierno no pudo volver a reprimir temiendo las repercusiones negativas de la semana anterior.
El 24 de Marzo fue otra fecha contundente: más de un millón de personas en todo el país se movilizaron en contra de la última dictadura militar y la impunidad. También contra el gobierno y su negacionismo, en un escenario donde crece el malestar contra Javier Milei por una inflación que no deja de subir en contraste con salarios y jubilaciones en niveles de pobreza. La nueva situación es un logro de la lucha y de la bronca popular que tenemos que aprovechar con todo para construir una gigantesca marcha junto a las y los jubilados el día 9 y un parazo el día 10.
Pero a pesar del llamado de la CGT a parar, no tenemos ninguna confianza en que se movilizarán para que sea un éxito, ni para contrarrestar las presiones y amenazas del gobierno y las patronales que tratarán de impedirlo. Es tarea de las y los luchadores, activistas, el sindicalismo combativo y la izquierda, hacer todos los esfuerzos para garantizar una fuerte movilización y un gran paro nacional. Vamos a exigirles a los dirigentes de sindicales que llamen a asambleas y plenarios de delegados, como haremos desde A Luchar y el sindicalismo combativo donde dirigimos. También llevar adelante asambleas en los lugares de trabajo donde se pueda y, donde no, hacer reuniones de activistas para ver cómo garantizar el paro.
Desde nuestra corriente sindical A Luchar comprometemos todos nuestros esfuerzos para construir una jornada exitosa y llamaremos a coordinar con los sectores luchadores las acciones necesarias y a conformar una columna común independiente en las marchas que se realicen. Es hora de responder a la voluntad de lucha creciente, y reclamarle a la CGT la continuidad con un plan de lucha para derrotar el plan motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI.