Escribe Mariano Barba
A raíz de la crisis que atraviesan los partidos patronales, nació una nueva alianza de gobernadores autodenominada Grito Federal. La integran los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Carlos Sadir (Jujuy).
Surgieron con el argumento de modificar la forma de reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y del impuesto a los combustibles. Consiguieron, con el acuerdo de los 24 gobernadores del país, que ambos proyectos obtuvieran media sanción en el Senado, y que próximamente sean debatidos en la Cámara de Diputados. En los últimos días también lograron que unos 400 intendentes de sus provincias apoyaran públicamente el armado electoral de cara a las elecciones de octubre. Su objetivo declarado es “tener una voz propia en el Congreso diferenciada del oficialismo, del peronismo, de la UCR y del PRO”.
Anuncian este distanciamiento, pero son los mismos que aplican la motosierra y el ajuste en sus provincias. No presentan ningún plan económico alternativo, ni nacional ni provincial, al que aplican otros gobernadores que continúan dentro del radicalismo, el peronismo o el PRO. Su verdadero objetivo es conservar el control sobre los posibles diputados y senadores que se elegirán en octubre. Ni siquiera garantizan oponerse a los vetos de Javier Milei contra jubilaciones y discapacidades. No son una nueva alternativa para el pueblo trabajador.










