
Escribe Pilar Barbas, dirigenta de la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) y secretaria Federación Universitaria Argentina (FUA)
La Ley de Presupuesto Universitario logró la aprobación en ambas cámaras, pero Javier Milei ya adelantó que la vetará. Ante esta amenaza, la Tercera Marcha Federal se vuelve decisiva para defender el financiamiento de las universidades y presionar para que el veto sea rechazado.
El Gobierno nacional acaba de recibir un golpe en las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Esa derrota lo deja políticamente debilitado y sin autoridad para vetar leyes que fueron aprobadas con amplia mayoría, como la de Financiamiento Universitario y la de Emergencia Pediátrica. Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, deberían garantizar los aumentos de sueldos, becas y gastos de funcionamiento. Sin embargo, tras reconocer el resultado electoral, el hermano de “Karina 3%” anunció que van a “profundizar” su modelo de motosierra.
La crisis en las universidades es cada vez más grave. Los salarios y presupuestos no alcanzan, lo que provoca renuncias masivas de docentes y no docentes, mientras crece la deserción estudiantil. Este deterioro fue lo que impulsó la lucha que obligó al Congreso a aprobar la Ley de Financiamiento Universitario. Aunque es insuficiente, esa ley permitiría recuperar parte de lo perdido desde la asunción de Milei.
Durante todo el año, los sectores combativos e independientes de estudiantes, docentes y no docentes presionamos para que las conducciones peronistas y radicales de gremios y federaciones salgan de su inmovilismo y convoquen a una Tercera Marcha Federal. Pero en lugar de eso, las autoridades universitarias ajustaron aún más los presupuestos, recortando horarios de cursada, virtualizando materias y empeorando las condiciones de trabajo.
Las últimas semanas demostraron que la movilización puede frenar los vetos presidenciales. El jueves pasado, el sector de discapacidad consiguió que se cayera el veto al presupuesto mediante la presión en las calles y sobre el Congreso. Ese triunfo es una señal clara: la misma estrategia puede aplicarse para defender la universidad pública y gratuita.
Por la presión de distintos sectores, la semana pasada el Consejo Interuniversitario Nacional, la mesa sindical y la Federación Universitaria Argentina anunciaron que movilizarán el día en que se trate el veto en Diputados. En este contexto de crisis política y debilidad del gobierno, podríamos estar construyendo acciones masivas para evitar que Milei lo firme o, si lo hace, preparar desde ahora la convocatoria a la Tercera Marcha Federal. Sin embargo, en lugar de organizar esta lucha, los rectores y las burocracias sindicales se dedican a atacar a quienes sostuvimos el plan de lucha durante todo el año.
Si Milei finalmente firma el veto, la respuesta debe ser inmediata: convocar a una Tercera Marcha Federal Educativa el mismo día en que Diputados lo trate. Junto con esa movilización, exigimos a las conducciones sindicales un paro nacional para garantizar una marcha masiva y en todo el país. Esa jornada tiene que unirse a la lucha del Garrahan, presionando a los diputados radicales y peronistas para que voten en contra del veto presidencial.
También reclamamos a los centros de estudiantes peronistas y radicales que convoquen a asambleas e instancias interclaustros para planificar un plan de lucha junto a docentes y no docentes. Llenemos las universidades de acciones: clases públicas, ruidazos y cortes de calles que visibilicen la construcción de la Tercera Marcha Federal. Esta movilización debe ser el inicio de una pelea sostenida en defensa de la universidad pública y gratuita, por la implementación del presupuesto aprobado y contra las reformas privatizadoras como el Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios.










