La muerte de Aylan, el niño sirio, impactó al mundo. Millones vieron el drama de los refugiados, corridos por el hambre y las guerras del capitalismo, y llevados a la muerte. Cristina quiso aprovechar la volada para decir que acá eso no pasa. Pero otra foto la desmintió: la del niño Qom, de 14 años, que murió por desnutrición en el Chaco.
En el país de la carne y la leche, cada 10 horas se muere un chico por desnutrición. También muere una mujer cada 30 horas por femicidio. Y por día, un joven es asesinado por el gatillo fácil. Esto se suma a los salarios por debajo de la inflación, y las jubilaciones y planes sociales de indigencia.