Nos encontramos ante el segundo paro internacional de mujeres de la historia que se está convocando de manera simultánea en más de 200 ciudades del mundo. Y, en Argentina, las calles y plazas de todo el país, se llenarán por el #AbortoLegalYa y por #NiUunaMenos; contra el ajuste de Macri que golpea mayormente a las mujeres, y por todos los derechos de las mujeres trabajadoras. En esta jornada, todo nuestro esfuerzo y nuestras energías estarán puestas para que este 8M sea histórico y masivo. Sin embargo, en las últimas horas se ha instalado en las redes sociales un debate respecto de las características que debería tener la marcha, y en particular, si se debiera permitir o no la participación de varones, o en qué medida.
Se trata de una discusión que emerge sobre la realidad de que el movimiento de mujeres, y el feminismo, son espacios heterogéneos con genuinas divergencias, y que al mismo tiempo el 8M va a expresar justamente -y positivamente- la unidad de esas visiones en una movilización única, con un documento común y con consignas unificadas. Al no haber una opinión única sobre este punto del debate de las características de la movilización, en la marcha va a expresarse de distintas maneras, y a nosotras nos interesa señalar nuestra posición al respecto de porqué acordamos con la definición de las asambleas de preparación de la marcha de hacer una invitación a movilizarse al conjunto de la sociedad.
El gobierno y sus aliados son los responsables de la situación de las mujeres.
Tal como lo venimos discutiendo en las asambleas de preparación, este 8M en Argentina es una jornada de lucha que va contra el gobierno de Macri y sus políticas de ajuste que afectan al conjunto de la clase trabajadora y mayormente a las mujeres. Somos las más afectadas por los despidos, las más precarizadas, la mayoría de las atacadas por la reforma previsional y el recorte en las asignaciones sociales. Por eso, decimos que el gobierno de Cambiemos es un enemigo central para las mujeres, pero también lo son los bloques políticos (peronistas, radicales) que le prestan colaboración para el ajuste y para el bloqueo al derecho al aborto. Y tienen aliados enormes, como la burocracia sindical que se niega a que el 8M sea un paro efectivo del conjunto de la clase trabajadora; se suman a esta batalla la iglesia católica y la figura del Papa, militando activamente contra nuestros derechos.
Para derrotar el ajuste, necesitamos una gran movilización y quebrar la tregua de las centrales sindicales. Esta pelea, nos tiene que involucrar tanto a mujeres como a varones para que nuestra marcha sea más poderosa y gigante, para que se sientan aun más nuestros reclamos. Lo mismo para conquistar el derecho al aborto: necesitamos seguir siendo cada vez más en las calles para poder doblegar las maniobras del congreso y no cajoneen un reclamo que es cada vez más masivo en toda la población.
Que el capitalismo y el patriarcado caigan juntos
Nuestra pelea que es contra el sistema capitalista patriarcal y su clase social que exprime la opresión de las mujeres en función de sus intereses, y que hoy hace usufructo de la brecha salarial del 27% para sostener sus tasas de ganancia. Nuestra pelea es contra los gobiernos y los partidos patronales que quieren liquidar la salud (y que no haya aborto en el hospital), la educación pública (y que no haya educación sexual) y el derecho a la vivienda (y que las mujeres que sufren violencia de género queden atrapadas en sus hogares). Nuestra pelea es contra el Estado su justicia burguesa y patriarcal, y sus fuerzas represivas que en la Argentina detuvieron a decenas de compañeras el último 8M. Nuestra pelea es contra la iglesia y sus voceros. Luchamos contra estos pilares del patriarcado y poder avanzar en combatir todas y cada una de las formas de la violencia de género, para terminar con la opresión machista, para instaurar una sociedad donde, como decía Rosa Luxemburgo, seamos "socialmente iguales, humanamente diferentes, y totalmente libres".
Nos proponemos en serio cambiarlo todo y dar vuelta este mundo podrido, militamos día a día por eso, y queremos ganar para esa perspectiva a la clase trabajadora y los sectores populares. Por eso, estamos por movilizaciones masivas, de conjunto, y entendemos que las mujeres debemos bregar por la mayor colaboración posible, sin distinción de identidades sexuales.
Respecto de los varones, es positivo si algún compañero puede colaborar para que una compañera pueda asistir a la movilización. Pero las mujeres, no necesitamos que el 8M sea el único día del año en que los varones colaboren con tal o cual tarea "doméstica"; sino que los 365 días se repartan las tareas de manera igualitaria, y en suma, que ese trabajo sea reconocido como tal. A su vez, rechazamos que haya que proponerle a los varones que cubran las ganancias de las patronales haciendo las tareas laborales de las mujeres, en vez del paro total de actividades. Si los varones le garantizan las ganancias a las empresas este día, no sirve para visibilizar nuestros reclamos. Por eso, necesitamos que no sea el único día de reflexión sobre sus privilegios y prácticas machistas, sino que se trate de una práctica cotidiana. Por eso, este 8M los convocamos a que nos acompañen en la movilización en un día de lucha protagonizado por las mujeres, que somos las que dirigimos de principio a fin la movilización. De cara a este segundo Paro Internacional de Mujeres, será nuestro desafío, construir esta acción de lucha en unidad, con respeto, para que de verdad se transforme en una jornada anticlerical, antipatriarcal y anticapitalista.
Mercedes Trimarchi - Isadora