El jueves de esta semana se vivió un hecho repudiable en plena sesión virtual de la Cámara de Diputados donde el diputado salteño Juan Emilio Ameri del Frente de Todos, apareció en la transmisión realizando un acto sexual con una mujer. Rápidamente las escenas se difundieron por los medios y las redes sociales, generando un gran repudio que obligó al jefe de la cámara, Sergio Massa, a disponer la suspensión inmediata del diputado y al día siguiente, se vio forzado a renunciar por la presión producto de la bronca social. Cabe resaltar que el FDT no actuó con la misma inmediatez e indignación cuando recibieron varias denuncias de acoso sexual, incluidas de su propia militancia. Sino, todo lo contrario, fue premiado con la candidatura a la banca de diputados. Hecho que refleja la doble moral del peronismo que sostiene en sus filas acosadores, desacredita las denuncias de las mujeres víctimas y que solo actuó con rapidez ante este hecho porque fue en vivo y se difundió rápidamente.
Disentimos con María Rachid del Frente de Todos, que salió a igualar este hecho con situaciones en donde los diputados duermen o juegan videojuegos en plena sesión. Más allá que repudiamos la irresponsabilidad del conjunto de lxs diputadxs patronales durante las sesiones, este hecho en particular representa el entramado del mundo de estos políticos "todopoderosos" que desde su lugar de poder disponen también de las mujeres como objetos de su propiedad para tocar y divertirse a su antojo. No nos parece un ataque de moral conservadora repudiar el hecho, lo que se repudia es una acción patriarcal que a todas luces pone al desnudo la impunidad con la que cuentan estos funcionarios denunciados por violencia de género.
Funcionarios entramados en situaciones de violencia, ya que hace más de diez meses se hizo pública una denuncia por parte de una joven militante de su misma organización por acoso sexual, violencia verbal, física y sexual hacia ella y otras compañeras, mostrando que la conducta de Ameri no es un hecho aislado, y que gozaba de impunidad ante estas denuncias. El Frente de Todos, conociendo esta situación lo habilitó para que sea diputado.
Más allá de que el gobierno de Fernández utilice un doble discurso en relación a los derechos de las mujeres y la diversidad sexual, es cómplice de que estos varones violentos ocupen cargos políticos. Porque el caso de Ameri no es una excepción, recordemos que el kirchnerista José Alperovich sigue en el senado pese a las denuncias por abuso sexual de su sobrina, por lo que seguimos exigiendo –tal como lo hizo nuestra diputada Mónica Schlottauer- que se le quiten los fueros para que sea obligado a responder a la justicia. También el caso en la legislatura tucumana donde el antiderechos Ricardo Bussi continúa desempeñándose pese a las denuncias por abuso sexual y robo de la identidad.
Esta es la repudiable doble moral del gobierno nacional de Alberto Fernández y de los gobernadores provinciales.
Son estos mismos diputadxs de los partidos patronales quiénes al decidir en el recinto por sobre el dinero de millones de trabajadorxs y jubiladxs, votan seguir pangando la fraudulenta deuda externa, que sólo traerá más ajuste y sometimiento al país. Diputados que votan con mano de yeso mientras cobran abultadas sumas, como en el caso de Ameri que su dieta anual ronda los 7 millones de pesos, mientras lxs trabajadorxs vivimos con salarios de miseria. Y son los mismos diputadxs que nos niegan sistemáticamente el derecho al aborto y cajonean el proyecto de ley de la Campaña nacional por el derecho al aborto, condenándonos a la clandestinidad y a la muerte a quienes decidimos interrumpir un embarazo no deseado.
Desde Isadora decimos que con la renuncia no alcanza, ya que esto permite que en un futuro inmediato Ameri pudiera volver a ser candidato. Seguiremos peleando para que a todos los diputados con denuncias de abuso sexual (Ameri, Alperovich, Bussi, y otros) se les quite los fueros y se los investigue y castigue. Exigimos la aplicación de la Ley Micaela con presupuesto real, pero siendo claras que con esta ley no vamos a terminar con la violencia de género si no se castiga a los funcionarios y diputados que la ejercen. Necesitamos medidas de fondo que comiencen por la sanción de la emergencia en violencia de género y políticas que cuenten con el presupuesto necesario en base al no pago de la deuda externa e impuesto a las grandes fortunas.
El gobierno de Fernández tiene un doble discurso en relación a nuestros derechos, porque mientras posan de ser un “Gobierno feminista” nos someten a la violencia del aborto clandestino y a un ajuste que recae especialmente sobre las trabajadoras y mujeres de los sectores populares. Lo vemos en como las funcionarias del Ministerio de mujeres, géneros y diversidad no apoyan el reclamo de las mujeres de las tomas de Guernica.
Por eso, tenemos el desafío de seguir organizadas e impulsando un movimiento feminista independiente de los gobiernos, para que se apruebe el proyecto de la campaña nacional por el aborto y pelee por la separación de la iglesia y el estado y por todos nuestros derechos en las miras de terminar con este sistema capitalista y patriarcal.
Isadora - Mujeres en Lucha