Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo (Izquierda Socialista/FIT Unidad).
El gobierno de Alberto Fernández está vendiendo que el proyecto de ley para gravar la renta inesperada es para "redistribuir la riqueza", lo dicen desde el presidente y la vicepresidenta Cristina Fernández hasta los funcionarios y periodistas afines, pero es una gran mentira. El trafondo, y lo que le importa a todo el Frente de Todos, es pagar la deuda al FMI y cumplir con las revisiones trimestrales de ese organismo usurero, es es el verdadero fin de la medida. Y, por eso el Fondo Monetario le hace un guiño a estos proyectos.
Ya aclararon que solo abarcará a un mínimo de empresas, solo aquellas que han hecho ganancias extraordinarias por la invasión rusa contra Ucrania, y aunque se apruebe regirá recién desde 2023. Un lapso lo suficientemente largo como para hacer dudar a cualquiera sobre su concreción por Ley. Sobre todo cuando por resolución de la AFIP se podría implementar ahora.
Además, no es cierto que es para redistribuir la riqueza. Desde el gobierno peronista dijeron lo mismo con la ley de aporte solidario mientras creció la miseria. De aprobarse esta ley, será para recaudar para el FMI igual que los aumentos que se vienen en la luz, el gas y el transporte. Ante la pregunta de muchos: ¿Hace falta un gran impuesto a la riqueza capitalista? ¡Claro! Pero para combatir los males sociales, no para pagar una deuda usurera.
Dese Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad denunciamos que esta ley, en consonancia con la que promueve Cristina en el Senado, es para recaudar y pagar la deuda de Macri que el propio peronismo reconoció. Y proponemos tomar medidas de fondo, hace falta gravar de verdad las ganancias de las multinacionales, bancos y grandes empresarios y dejar de pagar la deuda para aumentar los salarios y jubilaciones; y construir en la emergencia 500.000 viviendas populares para dar trabajo genuino. Con el objetivo de implementar otro pan económico obrero y popular.