Escribe Juan Carlos Giordano
Diputado Nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad
Renunció Guzmán y asumió Silvina Batakis. La designación de la nueva ministra fue pactada entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y recibió el apoyo de empresarios, gobernadores y los burócratas de la CGT. Con esto se quiere dar la señal que el país volverá a la “normalidad” y que de ahora en más la situación se va a encarrilar. Muchos medios venían diciendo que el gran problema era que Alberto y Cristina no se hablaban. Ahora que cenaron juntos en Olivos: ¿se van a solucionar los males sociales? Millones olfatean lo contrario, que no se viene ningún cambio favorable para el pueblo trabajador, por eso se escuchan comentarios tipo “se pelean entre ellos pero nos siguen robando a los trabajadores”.
Compartimos la enorme preocupación popular ante un interrogante clave: ¿adónde va el país? Sobre qué puede pasar mañana con el trabajo, el precio de la carne, la economía y una inflación desbocada que podría llegar al 75/80% anual. Una situación desesperante que ha llevado a que en el país de la carne y la leche el consumo popular de esos alimentos cayó a límites históricos. Sobre cuánto aún se van a seguir desvalorizando los ya magros salarios, jubilaciones y planes sociales caídos bajo niveles de pobreza o directamente de indigencia, ante la traición de los dirigentes sindicales de la CGT y las CTA.
La decepción se fue transformando en bronca en estos años ante un gobierno que fue votado para terminar con el ajuste macrista y lo único que se ve es que los males sociales se han agravado después de dos años y medio del Frente de Todos bajo la promesa de la “heladera llena”. Período en que en simultáneo, y en plena pandemia, crecían las ganancias de las multinacionales, los bancos, el agro negocio, mineras, petroleras y esencialmente el FMI, como gran beneficiado por el cobro de contado de una deuda externa usurera que el pueblo no contrajo y el “gobierno popular” se la está haciendo pagar con mayor ajuste y dependencia. Un gobierno que pidió el voto “contra la derecha” y lo primero que hizo fue robarles a los jubilados, cambiándoles la movilidad jubilatoria. Un gobierno que vino justificando su accionar por la pandemia del Covid y ahora la guerra en Ucrania, para intentar encubrir su responsabilidad de que gobierna para el FMI y los de arriba.
En concreto, se va Guzmán y entra Batakis, pero la inflación, el ajuste y el FMI se quedan. Nada de esto va a cambiar. Lo dijo la propia ministra cuando señaló “vamos a continuar el programa acordado con el FMI”. Una ministra que las y los trabajadores bonaerenses la conocen bien. Batakis fue ministra de Economía de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015 (durante la segunda presidencia de Cristina Fernández) queriendo imponer el aguinaldo en cuotas a docentes y estatales, provocando 17 días de paro y grandes movilizaciones.
Cristina critica pero no propone nada distinto. Habla de retoques a un capitalismo que es solo explotación y destrucción ambiental. Habla del rol del Estado y hace grandes discursos. ¿Pero acaso la vice presidenta plantea castigar a los grandes empresarios que aumentan los precios o un plan de viviendas populares para dar trabajo genuino? ¿Propone dejar de pagar la deuda para reactivar la economía? Solo habla de un salario universal que los proyectos en el Congreso de sus diputados que lo proponen lo fijan en 14.000 pesos de indigencia.
Las críticas de Cristina son para intentar salvarse de la bronca popular que afecta al gobierno, como ya se demostró con la pérdida de 5 millones de votos en las elecciones pasadas. Se reacomoda en vistas a quedar mejor parada ante las elecciones del año que viene. Por supuesto que ante todo esto tampoco es ninguna solución el macrismo y el radicalismo de Juntos, que ya gobernó con hambre, endeudamiento y represión. Y llamamos a combatir a los liberfachos Milei y Espert.
Hay que tomar medidas de fondo y marchar el 9 de Julio.
La bronca obrera y popular se está expresando en luchas muy importantes. Como se está viendo con la heroica rebelión de la docencia de La Rioja contra el gobernador Quintela del PJ que les dijo “si no les gusta lo que cobran busquen otro trabajo”. O los diez paros que ya llevan los trabajadores del Sutna contra las patronales del neumático; los choferes de la línea 60 contra los despidos o la lucha de las y los docentes autoconvocados de San Juan que le torcieron el brazo al gobernador peronista Uñac, entre otras.
Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad somos categóricos. Para salir de la crisis hay que imponer un inmediato aumento de salarios, jubilaciones e ingresos sociales al valor de la canasta familiar. Hacen falta precios máximos y castigo a los monopolios que remarcan los precios todos los días. Hay que construir 500.000 viviendas populares para dar trabajo genuino a 2 millones de desocupados. Para todo esto hay que romper los lazos de dependencia con el Fondo Monetario y dejar de pagar una deuda usurera y fraudulenta como primer paso para imponer un plan económico obrero y popular. Que debe continuar con otras medidas, nacionalizando la banca y el comercio exterior para evitar la colosal fuga de capitales y reestatizar las privatizadas. Algo que se logrará con la segunda y definitiva independencia y un gobierno de las y los trabajadores y una Argentina Socialista.
El Frente de Izquierda Unidad es la única alternativa política de los trabajadores y la unidad de la izquierda que levanta una salida favorable para el pueblo trabajador. Es lo que vamos a plantear el 9 de Julio en la marcha a Plaza de Mayo y en todo el país junto al sindicalismo combativo y decenas de organizaciones. Llamamos a marchar a los que luchan, al pueblo trabajador, a las mujeres y a la juventud. A exigir que la crisis la paguen los capitalistas. Apoyando los reclamos obreros y populares. El pueblo de Ecuador después de dos semanas de movilización hizo retroceder los planes de ajuste del gobierno y el FMI. Quiere decir que se pueden imponer los cambios que hacen falta si hay lucha, organización y decisión política. A eso apostamos.