Mientras millones en las fábricas, oficinas, escuelas y barrios hinchamos por la Selección Nacional, el gobierno aprovecha para seguir engordando las ganancias de los grandes capitalistas. Con el objetivo de juntar reservas para pagarle al FMI, volvieron a ser premiados los oligarcas y monopolios exportadores de soja con otro dólar especial a 230 pesos, una devaluación en su beneficio de un 40% más que el valor del dólar oficial (165 pesos). Se repite, mejorado, lo que le dieron en septiembre (dólar a 200 pesos), ahora actualizado por inflación, un privilegio que el gobierno niega para salarios, jubilaciones y planes sociales.
La medida implica una transferencia adicional de recursos desde el Estado a las grandes patronales del campo de 185.000 millones de pesos, el equivalente a cuatro meses de lo que se destina para la Asignación por Hijo o el triple del refuerzo que se acaba de dar para la Tarjeta Alimentar. A su vez, Massa fue a la Peugeot de Palomar a promocionar “retenciones cero” para las multinacionales automotrices y otros favores para las petroleras saqueadoras. ¿No era que la prioridad del gobierno peronista eran los más vulnerables?
Por su parte, los salarios y las jubilaciones continúan perdiendo escandalosamente ante la inflación. El gobierno llevó el salario mínimo a 61.953 pesos para diciembre, quedando por debajo de la canasta de indigencia (62.106 pesos). Ni qué hablar de la de pobreza, que alcanzó los 139.738 pesos, o la canasta familiar medida por ATE Indec para una familia tipo en 217.000 pesos. La jubilación mínima quedó en 50.000 pesos y ahora quieren que el aumento del salario mínimo no llegue a los planes sociales. ¿Se puede ser tan salvaje? Y todo esto ocurre con el aval de la CGT y las CTA.
Pero a pesar de ello, en las últimas semanas vimos que cuando se sale a luchar en serio se puede ganar. Las y los trabajadores de la salud lo demostraron con el triunfo de los residentes contra Larreta. Antes, lo habían logrado los trabajadores del Sutna. Pelea que ahora sigue en el Garrahan, el Posadas (hay paro y marchas este jueves 1/12), Córdoba y otras provincias. ¡Qué distinto sería si los burócratas de la CGT y las CTA rompieran su pacto con el gobierno y convocaran a un paro general y un plan de lucha nacional por aumento de salarios y jubilaciones! Eso exactamente es lo que está postulando el sindicalismo combativo, que lucha y brega por una nueva dirección sindical alternativa para la clase trabajadora. Sindicalismo combativo que dio otro paso, ratificando a la Multicolor como conducción en las elecciones de Ademys, pronunciándose a la vez en defensa del dirigente Jorge Adaro, a quien Larreta y Acuña le pidieron el desafuero gremial por luchar.
Mientras, el gobierno peronista sigue en su crisis e internas. Alberto Fernández se dedica a eventos protocolares; Massa le rinde pleitesía al FMI y Cristina no deja claro si se lanzará a la carrera presidencial. Después de años donde se dijeron barbaridades, se ha reconciliado con el Movimiento Evita de Emilio Pérsico. Los “une” el espanto para evitar la derrota del peronismo en la Provincia de Buenos Aires, donde se atrincheró el kirchnerismo duro. “Es con todos adentro”, vuelven a decir. Reeditan lo de 2019, pidiendo el voto “para ganarle a Macri”, llevándonos al desastre actual. Todo cruzado por un mar de fragilidad, que incluye la pelea entre Máximo Kirchner y Kicillof o los rumores sobre la renuncia de Berni, descubierto como propietario de mansiones no declaradas en la Patagonia.
Del otro lado, Macri disfruta de los palcos VIP de Qatar, codeándose con lo más corrupto de la elite de la FIFA intentando disimular la brutal interna de Juntos por el Cambio. Patricia Bullrich volvió a proponer una alianza con Milei, mientras el resto de Juntos por el Cambio teje acuerdos con Espert en la provincia de Buenos Aires.
Ante esto crece la “apatía, la falta de esperanza, el descontento e incertidumbre”, según describen algunas consultoras, donde millones atribuyen la culpabilidad de los males sociales a los principales candidatos, tanto del oficialismo y de Juntos, donde crecen sus imágenes negativas.
Además, se dio otro hecho escandaloso, las y los diputados del Frente de Todos, Juntos por el Cambio y el apoyo cómplice de Milei, se auto aumentaron escandalosamente sus dietas en un 30% de una vez, llevando sus ingresos a 450.000 pesos o a medio millón si se suman los adicionales. Dicen “que trabajan mucho”, pero su trabajo es votar presupuestos para el FMI y leyes que afectan al pueblo trabajador. El liberfacho Milei volvió a mostrar la hilacha. Se la pasa sorteando sus dietas de manera populista, pero no abrió la boca ante el aumentazo. Los únicos que se opusieron a este privilegio fueron las bancas del Frente de Izquierda Unidad. Es más, el diputado Nicolás Del Caño hizo una moción para que se pusiera a votación el proyecto del Frente de Izquierda para que los legisladores perciban un ingreso similar a un trabajador. Dicha iniciativa fue rechazada tanto por el Frente de Todos como por Juntos por el Cambio, Milei y Espert. Esto muestra que lo único distinto ante los políticos tradicionales es el Frente de Izquierda Unidad.
Falta poco para que termine 2022, un mes cruzado por el Mundial. ¿Qué se viene ahora? ¿Adónde va el país? Somos categóricos, el peronismo no va más. Tampoco son salida la centroderecha de Juntos y el macrismo o la ultraderecha de Milei. Con ellos Argentina seguirá sometida a un mayor ajuste, saqueo, dependencia y destrucción ambiental. Por eso decimos que la salida es la izquierda. Lo único distinto, “nuevo” y favorable para el pueblo trabajador, las mujeres y la juventud, es el Frente de Izquierda Unidad. Que pelea por un plan económico obrero y popular, por dejar de pagar la deuda externa y romper con el FMI, poniendo todos los recursos para aumentar los salarios y jubilaciones, dar trabajo genuino, educación, salud y vivienda. Para que gobiernen los que nunca gobernaron, las y los trabajadores con la unidad de la izquierda que conquistamos con el FIT-U y por una Argentina Socialista.
Sólo el Frente de Izquierda Unidad viene planteando esto, luchas y dar la pelea política. Y hay que potenciarlo de manera unitaria, en los reclamos cotidianos y en las elecciones. Desde Izquierda Socialista estamos proponiendo al resto de los partidos del FIT Unidad una fórmula presidencial única para no ir divididos a las PASO, conformada entre Myriam Bregman (PTS) y Gabriel Solano (PO), integrando a partir de allí a todas las fuerzas del FIT-U respetando los acuerdos previos, equilibrios y rotación de las bancas.