Escribe José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista / FIT Unidad
El 31 de diciembre volvió a pasar. Edesur dejó a más de 400.000 usuarios de la Ciudad de Buenos Aires sin luz, arruinándoles el festejo de Año Nuevo. “Gracias Edesur, por no dejar fiesta sin arruinar”, se transformó en tendencia en Twitter. Algo parecido a lo que había sucedido el año pasado, donde un larguísimo apagón, obligó a millones a tirar a la basura la comida almacenada para la ocasión, podrida por las altísimas temperaturas. Esta vez, Edesur ni siquiera pudo argumentar el alto consumo por la ola de calor. “Fue un globo de pirotecnia”, informó como excusa, para esconder la desidia de horas hasta que se retomó el servicio. La página del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre), el ente que teóricamente debe defender a los usuarios, permaneció caída todo ese tiempo.
La historia se viene repitiendo desde hace casi treinta años, las empresas privatizadas brindan servicios pésimos, no cumplen ni siquiera las inversiones mínimas a las que supuestamente están obligadas por los contratos, pero sí embolsan millones de pesos. En los años del peronismo menemista, cobraban tarifas altísimas, dolarizadas. Ello no impidió que se produjera en 1999 el mayor apagón que registra la historia de la Ciudad de Buenos Aires, con zonas que llegaron a quince días sin luz. Después del Argentinazo de diciembre de 2001, la indignación popular obligó a los gobiernos a pesificar las tarifas, Duhalde primero y los Kirchner después se las arreglaron para que las empresas no perdieran, reemplazaron los tarifazos por enormes subsidios. Cuando llegó Macri se volvió a los tarifazos. Ahora, con el gobierno peronista del Frente de Todos, existe un mix: subsidios que se mantienen, por un lado, y tarifazos exigidos por el FMI por el otro. Conclusión, las empresas nunca pierden.
Pero eso no es todo. Las mismas distribuidoras que reciben todas estas prebendas mantienen una enorme deuda con Cammesa, la empresa del estado nacional que les provee la energía que ellas luego distribuyen. Entre Edenor y Edesur adeudan nada más ni nada menos que 220.000 millones de pesos. Seamos claros: Edenor y Edesur les cobran a los usuarios por una energía que reciben sin pagar, por lo menos desde principios del 2020.
El gobierno del Frente de Todos, cínicamente, en el mismo momento en que promete multar a Edesur por el apagón de Año Nuevo, les perdona la deuda a ambas, Edenor y Edesur. Es un escándalo. Acepta que paguen sólo 80.000 millones y en 96 cuotas, a tasa subsidiada. El acuerdo fue firmado por la secretaria de Energía Flavia Royón, el Enre (el supuesto defensor de los usuarios) y las empresas, una de las cuáles respondió al gobierno horas después con el brutal apagón que citamos al comienzo de la nota. La “multa” que pagará Edesur por el apagón serán apenas monedas en comparación con la deuda perdonada.
En síntesis: Vila y Manzano, dueños de Edenor y amigos de Alberto Fernández, y la italiana Enel, dueña de Edesur que ya ha avisado que obtuvo lo suficiente y está por retirarse del negocio, embolsan superganancias a costa del pueblo trabajador, que lo paga de su bolsillo, en forma directa, con los tarifazos, e indirectamente, con los impuestos que financian los subsidios a estas empresas. El gobierno peronista del Frente de Todos ajusta y beneficia a las patronales, en el mismo momento en que descarga un brutal ajuste sobre las espaldas de los trabajadores y sectores populares que, recordemos no es sólo el tarifazo eléctrico, sino también en el transporte, naftas, medicina prepaga y otros rubros.
Volviendo a las privatizadas, el Frente de Todos, Juntos por el Cambio (Macri, Larreta, Patricia Bullrich), Milei y todos los candidatos patronales están de acuerdo con las privatizaciones. Pero, hay que terminar con todo esto, con empresas que se burlan de los usuarios y son apañadas por todos los gobiernos. La única salida pasa por la inmediata rescisión de los contratos, y la reestatización del servicio bajo gestión de los propios trabajadores y usuarios. Un camino que solo propone el Frente de Izquierda Unidad. Esta es la manera de brindar servicios de calidad, con tarifas sociales para quiénes la necesiten.