Jul 31, 2024 Last Updated 12:12 AM, Jul 31, 2024

Izquierda Socialista

Desde la redacción de El Socialista dialogamos con Raisha Correa y Rony Martinez Castillo de la agrupación Peruanos Autoconvocados (PA) quienes vienen realizando diferentes actividades en Buenos Aires de repudio al gobierno de Dina Boluarte.

El Socialista - ¿Cómo se organizan y cuáles son las próximas actividades para seguir difundiendo?

Raisha: Somos peruanas y peruanos que residimos en Argentina y que nos autoconvocamos luego de la destitución de Pedro Castillo. Nos fuimos conectando entre conocidos para hacer actividades en Buenos Aires con el objetivo de expresar nuestro rechazo a la detención arbitraria de Castillo y la asunción de quien era su vicepresidenta y actual presidenta, Dina Boluarte, ya que el pueblo peruano lo vio una traición al voto popular.

Organizamos plantones (concentraciones) y distintas actividades cada semana. Hemos ido a la Embajada peruana, al Consulado, a la Plaza de Mayo y participamos de una gran movilización a la CELAC para mostrar nuestro rechazo a Ana Gervasi, ministra de Relaciones Exteriores del Perú. Todas las actividades las difundimos a través de nuestras redes sociales y el próximo sábado 4 vamos a ir al Consulado nuevamente.

El Socialista - A pesar del toque de queda las movilizaciones continúan. ¿Por qué creen que el movimiento sigue fuerte a pesar de la represión?

Rony: Creo que las movilizaciones de ahora son consecuencia de todo el aprendizaje que ha tenido la población peruana a lo largo de su historia contemporánea. Por ejemplo, la Marcha de los cuatro Suyos, allá por el año 2000 contra el fraude del gobierno de Fujimori. Me parece importante mencionarlo porque fueron un conjunto de marchas, similares a las de ahora, de todas las regiones del Perú que se concentraron en Lima y que luego, ese mismo año, Fujimori tuvo que renunciar.
En la historia más reciente, está el caso de Manuel Merino en 2020, que fue un presidente de facto impuesto a través de un golpe parlamentario y donde también tuvo que renunciar a pocos días de asumir porque la población estuvo en las calles. Tanto Fujimori como Merino, utilizaron todo el aparato estatal para reprimir y asesinar. Pero aún así, la gente no abandonó las calles y pudieron conseguir lo que estaban pidiendo en ese momento.

También en la historia latinoamericana podríamos mencionar el caso de Chile, que es el que tuvo más repercusión a nivel internacional, además en Colombia y en otros países en donde la población tuvo que salir a marchar para que realmente haya un cambio estructural en su sistema político.

Yo creo que todos esos conocimientos, todas esas experiencias que se han dado en Perú y en América Latina, son importantes para que hoy la población se mantenga movilizada. Hemos aprendido que lamentablemente es necesario que la lucha social esté presente siempre para que los dirigentes puedan escucharnos. Así que a mí no me cabe ninguna duda de que las movilizaciones sociales seguirán en Perú hasta que realmente se cumpla lo que están pidiendo, que son cosas esenciales como el respeto a los derechos fundamentales, además de, por supuesto, la renuncia de Dina, el cierre del Congreso y la convocatoria a nuevas elecciones.

El Socialista - ¿Cuál es el rol de la juventud estudiantil y de las mujeres?

Raisha: Desde las regiones se han organizado diversas delegaciones estudiantiles que llegaron a Lima para sumarse a las movilizaciones contra la dictadura de Dina Boluarte. Estudiantes de entre 18 y 25 años (algunos menores) se han enfrentado a la brutal represión de las fuerzas del orden como se vio recientemente en la intervención de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Por otro lado, las mujeres se han organizado de distintas formas. Desde mujeres que se encuentran en primera línea durante las manifestaciones, hasta compañeras que preparan ollas comunes para alimentar a quienes se movilizan. Se han activado muchas redes de solidaridad que no se veían desde el momento de la pandemia. Muchas compañeras promueven la recolección de donaciones y todo tipo de apoyo económico para las delegaciones que llegan de regiones.

Son muchas mujeres que salieron a las calles contra la dictadura de Dina Boluarte, quien dijo que no la dejaban gobernar por ser la primera mujer presidenta de Perú. Nada más falso, ya que son las voces de mujeres populares, precarizadas y racializadas, quienes denuncian no sentirse representadas y salen a la calle por sus hijos y sus familias.

El Socialista - ¿Cómo creen que debe continuar la lucha y cuál es la perspectiva para que triunfe?

Raisha: Colectivamente desde PA consideramos que hay que acompañar las demandas del pueblo peruano que se sigue movilizando. Hoy la demanda más urgente es la renuncia de Dina Boluarte porque su continuidad refleja la impunidad frente a los asesinatos que existen. No puede continuar en el poder una persona que suma más de 60 muertos en su gobierno. Entonces, lo urgente es su renuncia y lo segundo sería que se cierre el Congreso que está totalmente deslegitimado. También hay otras demandas importantes como la libertad de Pedro Castillo y la convocatoria a una Asamblea Constituyente. El orden de prioridades de estas demandas puede variar, pero hoy por hoy, la salida de Boluarte es importante.

Desde una mirada más personal, considero que es central escuchar y acompañar a la población movilizada. Las manifestaciones no son dirigidas por ningún partido político ni organización, aunque la derecha del país diga que sí. El movimiento surge del hartazgo. Son compatriotas que no soportaron más la crisis constante que nos invade y salieron a tomar las calles. Hay que escuchar lo que quiere el pueblo. No tratar de ir delante o direccionarlos, sino más bien acompañarlos en su lucha.

También creo que no debemos ceder a negociaciones impuestas por la derecha como, por ejemplo, a cambio de que renuncia Boluarte dejar que continue el Congreso o alguna medida similar. Confío bastante en la población movilizada que se encuentra en Lima y creo que pueden surgir grandes victorias de allí. De este pueblo que se siente excluido puede surgir un nuevo liderazgo que logre disputar el poder de las élites sociales, independientemente de lo que pase con Castillo.

Finalmente, considero que lo importante es seguir acompañando este proceso en Perú, ayudar económicamente, sumar voces, poner el cuerpo y no agotarnos o rendirnos en el camino, salvo que la misma población que viajó desde las regiones a Lima sea la que dé un paso al costado, para mí son ellos y ellas quienes tendrían la última palabra.

El Socialista - ¿Qué mensaje le darían a quienes aún no se han acercado a las actividades de apoyo a la lucha del pueblo peruano?

Rony: A quienes aún no se han movilizado en Perú y que por supuesto no sean de la derecha que apoya a Dina Boluarte y reclama mayor represión, les diría que es importante que seamos varias personas las que estemos en la calle. En la historia latinoamericana, los cambios políticos, estructurales, se dieron a través de la lucha social. Necesitamos que realmente toda la población que esté de acuerdo con estos reclamos, se pueda manifestar. Porque ningún cambio social, ningún dirigente político, generó un cambio a favor del pueblo a través del pacifismo de la población. Por eso tenemos que estar siempre vigilantes, activos y reclamar cuando es necesario. Nuevamente, les invito a que se pronuncien en las calles o de la manera que crean necesaria, para acompañar la lucha de nuestro pueblo movilizado.

Escribe Guido Poletti

La semana pasada, del 23 al 25 de enero, se realizó en Buenos Aires la cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). La Celac es un ámbito regional que, a diferencia de la OEA (Organización de los Estados Americanos) excluye a Estados Unidos y Canadá e incluye a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por eso desde el gobierno del Frente de Todos se ha insistido discursivamente que este foro es la principal herramienta para la “unidad latinoamericana”, y para ganar independencia ante los Estados Unidos. Del mismo modo, se lo mostró como el escenario del “gran retorno” de Brasil a ese espacio, con la llegada de Lula al gobierno.

Muy lejos estuvo la cumbre de la Celac de ser un foro que atienda los reales problemas de los pueblos de Latinoamérica. Empezando por el tema más candente: la declaración final no se pronunció contra la represión salvaje de Boluarte en Perú. Más aún, hubo un representante de la cuestionada presidenta en la mismísima Cumbre. Brasil, con el presidente Lula, la “estrella” del evento, directamente reconoció al gobierno de Boluarte, diciendo que su ascenso al poder había sido legítimo. Alberto Fernández tampoco se pronunció en la Cumbre. Por supuesto, como era de esperar, tampoco hubo ningún tipo de crítica a las dictaduras de Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua o del gobierno cubano, que en estos mismos días está decretando condenas de años de prisión a los participantes de las marchas de protesta del año pasado.

Brasil, Argentina y la moneda común

El gobierno del Frente de Todos trató también de vender la Cumbre como el gran momento para avanzar en un nuevo proceso de integración con Brasil, que nos “salvaría” en el futuro próximo. Más allá de algunos negocios a la medida de las transnacionales de ambos países (como la construcción de un gasoducto para que lo producido en Vaca Muerta pueda llegar al Brasil), de lo que más se habló fue de una supuesta “moneda común” entre los dos países. En realidad se trató de una auténtica cortina de humo, como muchos funcionarios y economistas se encargaron de desechar poco después. No es muy distinto a aquello que se anunciaba más de una década atrás, cuando Néstor Kirchner, Lula y Chávez hablaban de “un oleoducto de Caracas a Buenos Aires” o del lanzamiento de un “Banco del Sur”, todos proyectos que nunca pasaron de la retórica.
Es que de lo que nunca se habló, ni se hablará en estos foros, es de lo que de verdad se necesita: una auténtica unidad antiimperialista latinoamericana, que comience por suspender los pagos de la deuda de la región, conformando un club de deudores, estatizando los recursos hoy en manos de las transnacionales y potenciando todas esas riquezas para resolver el drama de los pueblos de Latinoamérica, la región con la desigualdad más alta del mundo.

El resto de lo que dejó la Cumbre

La Celac tuvo también su propio capítulo “criollo”. Evo Morales se hizo presente para llevar adelante la Cumbre de los Pueblos, pretendiendo representar a una corriente más “progresista” que la media del continente. La vicepresidenta Cristina Fernández buscó competirle a Alberto intentando recibir a los miembros de la reunión en su propio despacho del Senado, pero sufriendo el desplante del propio Lula. Finalmente, se dio el encuentro entre organismos de derechos humanos, el presidente Alberto Fernández y Lula, donde se dejó afuera al ministro kirchnerista Wado de Pedro, con el escándalo consiguiente.

En síntesis, una Cumbre deslucida, que dejó poco incluso para el aprovechamiento político del gobierno. Pero, por sobre todo, nada de nada para los pueblos de la región

El Frente de Izquierda Unidad se movilizó y realizó una acto en las puertas de donde se celebraba la cumbre de la Celac, para repudiar la presencia del representante del gobierno de Dina Boluarte, exigir la ruptura de relaciones diplomáticas y manifestar nuestro apoyo a la lucha del pueblo peruano. Hablaron nuestro compañero de Izquierda Socialista Pablo Almeida, Christian Castillo (PTS), Celeste Fierro (MST) y Néstor Pitrola (PO). También hicieron uso de la palabra, entre otros, el Nuevo Mas, Opinión Socialista y varios miembros de la comunidad peruana, que se hicieron presentes en el acto, los que además aportaron con música de ese país.

Entramos en un año electoral, donde los partidos patronales que vienen gobernando el país desde hace décadas vuelven a la carga con sus candidatos, para tratar de mantenerse en el gobierno, en el caso del peronismo del Frente de Todos, o de recuperarlo por parte de la oposición patronal de Juntos por el Cambio.  Todos ellos están inmersos en públicos debates sobre las candidaturas. Hasta Milei entró en la danza de nombres, ya que sectores de Juntos por el Cambio quieren acompañarlo en la provincia de Buenos Aires. Es un festival de nombres para ocupar cargos, pero ninguno se preocupa por ver cómo solucionar los gravísimos problemas que afectan al pueblo trabajador.  Con diferencias de discurso entre los partidos, todos tienen como horizonte continuar con el pago de la deuda externa, con el mantenimiento de las multinacionales al frente de todos los servicios públicos, con el saqueo del gas, el petróleo y el resto de nuestras riquezas, y con la aplicación de un ajuste creciente que empeorará la pobreza, la indigencia y traerá una mayor decadencia en la condiciones de trabajo, salud y educación públicas.

Es necesario y urgente que desde el Frente de Izquierda Unidad presentemos nuestros candidatos a cargos nacionales, como lo es la fórmula presidencial, para dar certeza a nuestros electores de que vamos con candidaturas unificadas en las distintas categorías en cada distrito. No queremos las PASO para armar nuestras listas. Eso nos lleva a gastar ingentes esfuerzos en la disputa entre nosotros en vez de destinar toda la fuerza militante a denunciar y enfrentar a los partidos patronales, responsables del desastre de nuestro país.

Creemos que existen posibilidades para lograr una fórmula única. Desde el PTS lanzaron la candidatura presidencial de Myriam Bregman, actual diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires y una referente de la izquierda en nuestro país. Desde el PO, como otro de los partidos integrante del FIT Unidad, proponemos que ocupen la candidatura a la vicepresidencia, por ejemplo con su dirigente Gabriel Solano o con quién ellos decidan. Partiendo de un acuerdo de este tipo podríamos acordar el resto de las candidaturas más importantes en cada distrito, buscando equilibrios en los cargos expectables evitando las proscriptivas PASO. Al servicio de esas candidaturas unitarias desde Izquierda Socialista proponemos a nuestras y nuestros principales referentes y dirigentes en cada provincia, y a la diputada y diputado nacionales electos Mónica Schlotthauer y Juan Carlos Giordano, que ya ocuparon sus bancas y las pusieron al servicio de las luchas y de postular la salida obrera y socialista que levanta el FIT Unidad.



Escribe Mariano Barba

Al gobierno peronista del Frente de Todos se le pusieron los pelos de punta cuando el Papa Francisco afirmó que “hoy la pobreza en Argentina está en el 52% y que la inflación es impresionante ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”. Inmediatamente Gabriela Cerruti, portavoz de la presidencia, le respondió “todos sabemos que esto es producto de los cuatro años de macrismo.” Ni el Papa Bergoglio ni la respuesta del gobierno reconocen que las verdaderas causas de la pobreza hay que buscarlas en los gobiernos capitalistas que llevan de desastre en desastre al pueblo trabajador argentino y a toda la humanidad.

El Papa con su declaración a la agencia Associated Press tomó distancia del desastre del gobierno y generó un revuelo importante en el oficialismo, porque la crítica venía de un aliado que encima es peronista. El presidente se sintió afectado y salió a responder a Bergoglio afirmando que: “Lo que debo decir es que mientras gobernó Perón otra era la realidad argentina y cuando empezaron a sucederse gobiernos dictatoriales, siempre regidos por las lógicas liberales y de conservadores, generaron lo que generaron”. Con esta respuesta de Alberto y de la vocera Cerruti, el gobierno está liberando de toda responsabilidad al peronismo que de los últimos treinta y nueve años gobernó durante veintesiete. Es más, los fuertes planes de ajuste se comenzaron a aplicar desde la década del ´70 con Perón en vida y luego con Isabel, que desembocaron en el Rodrigazo en 1975 y el posterior golpe militar. La dictadura militar, a sangre y fuego, impuso un plan de entrega y endeudamiento que no ha cesado hasta la actualidad. Todos los gobiernos posteriores, radicales, peronistas y macristas, durante cuarenta años, son los responsables de acrecentar la pobreza, la desocupación y la miseria.

Los gobiernos capitalistas lo hicieron

El Papa, para explicar la extrema pobreza y la “impresionante inflación”, afirma que es por “mala administración, malas políticas”. Es una crítica al actual gobierno peronista del Frente de Todos para preservar a la iglesia católica de la pésima gestión de Fernández-Cristina. En cambio, para Cerruti el responsable es el anterior gobierno de Macri. Allí termina la diferencia entre Francisco y Alberto. Ni uno ni otro explican las verdaderas causas de la pobreza que abate a los trabajadores, la juventud y las mujeres en nuestro país.

La razón de fondo de la decadencia argentina, al igual que en el resto del mundo, son los gobiernos que sostienen un sistema capitalista totalmente agotado y que se sustenta solo en la súper explotación de las y los trabajadores, el pago de la deuda externa, el saqueo de las riquezas naturales, la caída del salario y el crecimiento de la miseria, la pobreza y la desocupación.

Veamos: en nuestro país podemos medir el crecimiento de los porcentajes de pobres cada diez años: en la década de 1970 la pobreza promedio fue de 5,7%; en la década siguiente se pasó al 19,6% (Alfonsín); en la década de 1990 (Menem-Cavallo y la Alianza) creció al 26,4%; en la década del 2000 (peronismo kirchnerista) alcanzó niveles de 33,4%. Macri al 37,3 % y en la actualidad con Alberto-Cristina se aproxima al 50%.  Con un agravante que pesa en el presente y augura un futuro calamitoso, que más de la mitad de los niños son pobres y no terminan la escuela secundaria. Otra medición del ajuste es el crecimiento de la deuda externa que aumentó gobierno tras gobierno, de 40.000 millones de dólares al final de la dictadura a los 350.000 de la actualidad.

Para salir de  este círculo destructivo y hambreador hay que terminar con el capitalismo, ya que con el peronismo en el gobierno, al igual que con Juntos por el Cambio, seguirá el ajuste contra el pueblo trabajador. También Javier Milei, que se presenta como antisistema, es un representante incondicional del capitalismo, por algo su economista modelo es nada menos que Domingo Cavallo, el hacedor de todos los desastres de la década menemista que entregó las empresas públicas dejando un tendal de desocupados y al país a merced de las multinacionales.

Desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad impulsamos la lucha por cambiar de fondo la orientación del país; y para eso hay que realizar una transformación de fondo y postular otra alternativa política para el pueblo trabajador. Plantear una salida de izquierda, con un plan económico obrero y popular para enfrentar al imperialismo y terminar con las multinacionales que se llevan todo. Dejar de pagar la deuda externa, romper con el FMI y poner todos esos recursos al servicio de resolver los más urgentes problemas populares. Un programa contra el sistema capitalista que solo podrá llevar adelante un gobierno de las y los trabajadores que luche por el socialismo.

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