Apr 27, 2024 Last Updated 4:33 PM, Apr 27, 2024

Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT

Fue noticia. Cristina Fernández se recluyó en El Calafate. Le dio la espalda a la marcha contra el G20. Se borró. Esto no sería novedad, ya que Cristina nunca va a una movilización. Pasa que la orden de no participar fue esta vez también para los referentes K. Llamó específicamente a no concurrir. Por eso no se los vio a Kicillof, a Rossi, ni a ningún otro conocido. La “jefa”, acostumbrada a largas cadenas nacionales, tampoco tuiteó sobre el tema.
Cristina Kirchner, quien pidió el voto “contra el ajuste” y ataca permanentemente a la derecha, no abrió la boca para criticar a “toda la derecha” mundial que se reunió en Argentina. Tampoco dijo nada sobre la “derecha de Macri” que los recibió. Es decir, el Frente para la Victoria (hoy Unidad Ciudadana) despotrica contra el ajuste, el FMI y la derecha, pero cuando hay que jugársela contra estos gobiernos capitalistas e imperialistas saqueadores se borra. Fruto de esto es que la propia Cristina, previo al G20, dio una charla en la “contracumbre” con Dilma aclarando que “no era contra nadie”. Es decir, ni contra Macri, ni contra Trump ni ninguno de los ajustadores que vinieron al país por más ajuste y saqueo.

Esto ha desconcertado a miles de honestos luchadores y jóvenes que creen que Cristina es la salida contra el ajuste y el capitalismo global. A tal punto que algunas agrupaciones que levantan “Cristina 2019” fueron a la marcha, contradiciendo su silencio cómplice y desmovilizador. Esto se une, por ejemplo, a lo que vino manifestando Scioli (el candidato de Cristina que perdió ante Macri), de que Trump “defiende el trabajo y la industria nacional” (Perfil, enero 2017). O a las recientes declaraciones de su ex ministro de Economía Kicillof (ver página 3).

La actitud de Cristina confirma lo que venimos diciendo desde nuestro partido. Cristina, Kicillof y La Cámpora, hicieron “buena letra” ante el G20 porque ya han dicho que no van a romper el acuerdo Macri-FMI y van a seguir pagando la deuda externa. Es más, semanas atrás, Cristina sorprendió con su llamado a la “unidad del peronismo” a lo que ella misma considera la derecha de su partido, es decir, con Pichetto, Urtubey y los gobernadores.
Si el kirchnerismo no enfrenta (¡ni denuncia!) al imperialismo ¿de qué “independencia económica”, “soberanía política” o “combate a las corporaciones” habla? Solo critica a Macri mirando las elecciones del próximo año . El Frente de Izquierda, en cambio, estuvo en primera fila el viernes 30 contra el G20, repudió a Trump y al resto de los líderes capitalistas y explotadores, llamó a romper el pacto con el FMI y está por el no pago de la deuda.

 

Escribe Juan Carlos Giordano Diputado electo Izquierda Socialista/FIT

El jueves 15 de noviembre se llevaron a cabo los alegatos de la querella en el juicio por el secuestro y asesinato de nuestra compañera Ana María Martínez, del Partido Socialista de los Trabajadores. El hecho ocurrió en 1982 como parte del genocidio de la última dictadura militar. El abogado Pablo Llonto reclamó prisión perpetua, cárcel efectiva (no domiciliaria) para los genocidas, la baja del Ejército y el retiro del pago de las pensiones. El veredicto está previsto para mediados de diciembre.

Nuevamente acompañamos en nombre de Izquierda Socialista a la Comisión Ana María Martínez de Zona Norte, encabezada por su cuñada, Carmen Metrovich, y a los compañeros de lucha del PST en la audiencia del jueves pasado. Los abogados de Ana María detallaron de forma contundente la prueba colectada demostrando, como dijo el abogado Pablo Llonto, que los represores actuaron coordinadamente con el Ejército y la policía para lograr “el reconocimiento del enemigo (el PST), la infiltración en el partido y la exterminación (según dichos de los propios represores), teniendo como blanco, en este caso, a Ana María Martínez”. Por eso los imputados son el ex general de brigada Jorge Norberto Apa, jefe del Destacamento 201 de Inteligencia, y el ex teniente coronel Raúl Pascual Muñoz, jefe de Departamento de Personal G1. Ambos prestaban servicios en el Estado Mayor del Comando de Institutos Militares con base en Campo de Mayo. Y en el hecho hubo una participación directa de la división de inteligencia bonaerense Dippba y policía de la zona.

Llonto develó que los genocidas llegaron a hablar de “una rama armada del PST, de una banda terrorista”, lo cual es una mentira total, para justificar los secuestros y desapariciones de nuestro partido.
“No hubo guerra, no hubo dos bandos, hubo un genocidio y delitos de lesa humanidad que llevaron a la muerte de Ana María”, señaló el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
“¿Cuál fue el delito de Ana María?”, se preguntó la fiscalía. “¿Difundir volantes, impulsar un fondo de huelga, ser parte de la Lista 3 de los bancarios que impulsaba el PST?”, describiendo que Ana María fue parte de esos militantes forzados a dejar su trabajo y su familia para llevar adelante sus ideales, difundiendo la política en los periódicos (Avanzada Socialista y Opción) doblados como “turrón” para que entraran en las fábricas sin ser vistos.
Ana María venía siendo perseguida desde 1976. Tuvo que trasladarse desde Mar del Plata a Buenos Aires. La mataron en una ejecución sumaria, producto de dos tiros desde 30 centímetros, de arriba hacia abajo. Previamente fue torturada. Era una joven de 31 años y estaba embarazada, lo que muestra el ensañamiento de los genocidas.

El día del secuestro se estableció una zona liberada en el barrio Villa de Mayo, donde fue llevada en un Falcon verde. Uno de los secuestradores fue Luis Patti (ver recuadro). La versión oficial fue que “se habrían matado entre ellos” (¡entre los propios militantes del PST!) o que fue “una pelea de pareja”. Una canallada absoluta.
Uno de los militares imputados había dicho “ya habíamos terminado en el 78 con el PST”, para desligar la responsabilidad del Ejército en este asesinato ocurrido en 1982. Pero en los alegatos fue contundente la revelación de los organigramas represivos disponiendo la acción coordinada del Ejército y la policía para llevar a cabo estos hechos. Se demostró, por ejemplo, que el Ejército de Campo de Mayo prestó un “camioncito” para que Ana María fuera fotografiada en una marcha.
El abogado Llonto destacó el impacto que tuvo el asesinato de Ana María en 1982, recordando la solicitada pública reclamando investigación y castigo firmada por Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Alicia Moreau de Justo, entre otras personalidades. Los diarios titularon “el país entero reclama justicia”. Hubo una campaña nacional e internacional por ello. Ahora se logró, 36 años después, este juicio como parte de la pelea contra la impunidad y en particular por la constante movilización y trabajo de la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Ana María Martínez.
Seguiremos reclamando justicia por nuestra compañera, por cárcel común para sus aberrantes genocidas, con el compromiso de seguir luchando por un gobierno de los trabajadores y el socialismo, por lo que dieron la vida nuestros caídos. En diciembre esperamos un veredicto ejemplar. Y en el acto del próximo 8 de diciembre en Ferro, Ana María, junto a la militancia del PST, van a estar presentes con nosotros.


Pablo Llonto
“Era la expresión de la militancia en las puertas de las fábricas”

Después de describir a Ana María como “una alegre y abnegada militante”, el abogado Pablo Llonto dijo de ella, alias Rosalía (su sobrenombre de militancia para evitar la persecución), que era “la fiel militante en las puertas de las fábricas, como lo hacía el PST”. También dijo que “Ana María era firme en sus decisiones. Nunca dejó de militar. Vivía en una humilde casita de Villa de Mayo, como vivían los trabajadores y el pueblo que ella defendía. En Ana María viven las miles de mujeres anónimas militantes por el socialismo”. Y en medio de su firme alegato se le entrecortó la voz cuando señaló que aceptó defender el caso como abogado y también como parte de la militancia del PST en aquellos años. Al final de su alocución, la sala estalló en aplausos.

 


Luis Patti: Un asesino cobijado por el PJ

Patti fue señalado en el juicio como responsable de la patota que secuestró a Ana María Martínez. Fue subcomisario en Pilar, Escobar, Tigre y San Martín, haciendo inteligencia contra los delegados de fábrica de la zona.
En 1991 el entonces presidente peronista Carlos Menem le encomendó la investigación del resonado caso del asesinato de María Soledad Morales en Catamarca. Y en 1983 fue acusado por los asesinatos de los militantes justicialistas Cambiaso y Pereyra Rossi, donde Patti simuló “un enfrentamiento” que nunca existió.
En 1993 se retiró de la policía y se unió al Partido Justicialista. Fue intendente de Escobar en 1995. En 1999 intentó ser candidato a gobernador por el PJ. En 2005 fue diputado nacional apoyando desde su partido (Paufe) la candidatura de Chiche Duhalde. Su asunción fue impugnada por la Cámara de Diputados y se le impidió asumir. En 2008 la Corte habilitó su asunción como diputado. Luego fue desaforado por violaciones a los derechos humanos y en 2011 fue condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad. En 2017 le dieron la prisión domiciliaria.

 

 

Escribe Juan Carlos Giordano Diputado nacional electo IS/FIT

La noticia bomba trascendió la semana pasada. La mesa nacional del PJ, con importantes referentes kirchneristas a la cabeza, convocó a la “unidad del peronismo”. Lo mismo hicieron Cristina, Máximo Kirchner, Kicillof y Agustín Rossi. Es decir, la unidad con Urtubey, Pichetto, Schiaretti y Massa, quienes le vienen votando todas las leyes a Macri. Esto derrumba el discurso kirchnerista que se postula “contra el ajuste de Macri” y a la vez fomenta la unidad con quienes lo aplican.

La conducción del PJ -tras la destitución de la intervención de Barrionuevo- quedó centralmente comandada por sectores que responden al peronismo kirchnerista. Forman parte de ella José Luis Gioja, el camporista Wado De Pedro, Fernando Espinoza, Agustín Rossi, Daniel Scioli y Víctor Santa María (dueño de Página12), entre otros.

La algarabía los invadió la semana pasada con la incorporación de otros representantes sindicales y políticos que se van reacomodando ante la crisis del peronismo. “Me emocioné cuando entré acá, hacía ocho años que no venía”, dijo Hugo Moyano al ingresar a la sede del PJ. El titular de Camioneros se había ido en 2011 del PJ denunciándolo como “una cáscara vacía”. Luego apoyó a Macri y ahora se acercó a las filas de Cristina. También se sumaron al PJ Héctor Daer (CGT), Pignanelli y se espera el desembarco de Hugo Yasky-CTA (ver nota aparte).
Otra de las figuras que se sumó a la “mesa ampliada” del PJ es Felipe Solá, quien se alejó del kirchnerismo en 2008 y se fue al Frente Renovador de Massa. Solá rompió con Massa y se amigó con el kirchnerismo. También lo hizo el Chino Navarro, uno de los jefes del Evita, quien junto a Pérsico se reunieron la semana pasada con Cristina.

Lo llamativo de todos estos sectores K y pro K es que llaman a la unidad a quienes le vienen votando el ajuste a Macri y apostando a la gobernabilidad para que llegue a 2019.

¿Unidad del peronismo o Frente de Izquierda?

“La división del peronismo abre el riesgo de que Macri gane en primera vuelta”, dijo Kicillof (La Nación, 11/11). Con ese argumento, el diputado y ex ministro de Cristina justifica un frente amplio con quienes vienen siendo cómplices directos de Macri. Máximo Kirchner, en un reciente acto, también llamó a la “unidad del peronismo”. Perfil tituló: “Agustín Rossi pidió hacer un esfuerzo y acercarse a Massa, Pichetto, Urtubey y Schiaretti”. El propio Massa se manifestó abierto a la oferta. Hasta dicen que Cristina no definió todavía su candidatura como un gesto hacia “la unidad” con esos sectores.

Muchos trabajadores y jóvenes, ante el tremendo ajuste de Macri, pueden ver con simpatía “un gran frente nacional” que intente ganar en 2019. Pero lo que hay que debatir con aquellos que confían en Cristina es que la ex presidenta, que se la pasó hablando “contra el ajuste”, ahora proclama la unidad con quienes aquellos que lo aplican en sus provincias, como Schiaretti y Urtubey, o que le vienen votando las leyes a Macri como Massa. Es el kirchnerismo el que llama a unirse con el peronismo funcional a Macri dejando en claro su doble discurso.

El llamado a la unidad del peronismo es otro engaño contra el pueblo trabajador y la juventud. No hay salida con el peronismo. El PJ ya gobernó con Menem y entregó el país. En los años kirchneristas se beneficiaron las multinacionales, los bancos, las petroleras y mineras y se pagó puntualmente la deuda externa. Y hoy el kirchnerismo ha reconocido que en caso de ser gobierno no va a romper con el pacto Macri-FMI ni va a dejar de pagar la deuda.

Contra Macri lo que hace falta es otra alternativa política. Una “unidad” pero de la izquierda, no unidad con políticos patronales que ya gobernaron para los de arriba. Es lo que impulsamos desde el Frente de Izquierda contra el gobierno y los falsos opositores.

Escribe Juan Carlos Giordano

“No compararía a Macri con Carlos Menem porque Menem tenía un costado sensible. Al presidente lo veo más parecido a Domingo Cavallo”, dijo Massa. ¿En qué parte era sensible Menem?

En los años 90 remató las empresas del Estado, dejó a cientos de miles de desocupados y duplicó la deuda externa. Y si Massa compara a Macri con Cavallo olvida decir que Cavallo fue ministro de Economía del “sensible” Carlos Menem durante 1991-1996.

Massa recientemente habló bien de Donald Trump y Bolsonaro, diciendo que “defienden a sus pueblos”. El ex jefe de Gabinete del kirchnerismo no tiene arreglo.

Grabois y Larreta

Escribe Juan Carlos Giordano

Grabois dijo a la revista Noticias que Rodríguez Larreta podría ser jefe de gabinete de Cristina. El soldado del Papa se enfureció y aclaró: “Nos fuimos reuniendo con personas que estuvieron en puestos importantes de gestión para escucharlos y aprender. Durante la entrevista con Noticias, cuando comenté que ya habíamos visto a Sergio Massa, Alberto Fernández, Jorge Taiana y Rodríguez Larreta, hice una broma en relación a que Larreta podría ser un buen jefe de gabinete cuando ganara Cristina.

El sentido de la broma es este en la medida en que la política esté dirigida desde una perspectiva popular y más si Cristina Fernández es presidenta, podemos absorber personas con diversos conocimientos y capacidades técnicas de todo el arco ideológico porque el movimiento nacional y popular no es una secta de iluminados”.

¡Aclarado! Grabois confía en que Larreta (igual que Massa) puede aportar para “una gestión eficiente, transparente y de excelencia para que las ideas de izquierda, las banderas justicialistas, las medidas nacional-populares se ejecuten a la perfección”.

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