Cuando hablamos de violencia de género sea psicológica, física, sexual, económica y simbólica, solemos pensarlas en relación a la pareja o la familia. Pero la violencia de género, en tanto búsqueda de dominio sobre las mujeres, basado en el patriarcado que nos ubica como si fuéramos personas inferiores, se expresa en todos los ámbitos de nuestras vidas. Más aun, en el trabajo, esta forma de organización social que busca oprimirnos, es utilizada por el capitalismo para super-explotarnos, es decir, para que trabajemos más por menos salarios, que aceptemos peores condiciones de trabajo y de vida, etc.
Las trabajadoras ferroviarias del Sarmiento, organizadas en la agrupación Mujer Bonita es la que Lucha, vienen siendo un ejemplo en la lucha por denunciar esta doble condición de las mujeres: como oprimidas por el patriarcado y explotadas por el capitalismo, observable en múltiples formas de discriminación laboral, maltrato, acoso, despido por faltar por cuidar a la familia o por ser víctimas de violencia de género.
La pelea por el cupo femenino en todas las especialidades de trabajo fue la primera bandera que permitió a las mujeres ingresantes al ferrocarril -hace poco más de una década-, organizarse para salir del puesto de limpieza (el escalón más bajo de la carrera ferroviaria). Aunque no existía ninguna norma que impidiera a las trabajadoras acceder a otros puestos, tuvieron que enfrentarse a los prejuicios y a las trabas burocráticas de quienes pensaban que ellas no podían ser guardas de tren, banderilleras, boleteras, etc. Y, por ejemplo, en la actualidad, la pelea por conducir los trenes, aún sigue abierta.
Pero esta no es la única pelea que dan las ferroviarias. Desde 2016, la necesidad de acompañar a otras trabajadoras que vivían situaciones de violencia de género por parte de sus exparejas, y ante la falta de programas del gobierno (entonces de Cristina K y luego de Macri) que brindaran asistencia jurídica y psicológica a las mujeres, decidieron capacitarse y organizarse para acompañar a sus compañeras en estas situaciones. La Casa que Abraza, que abrió sus puertas en 2017, permitió a las trabajadoras profundizar el seguimiento y reclamar que se cumpla la ley 26.486 de erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres también en el ferrocarril.
El caso de Gisella Herrera, una trabajadora de 24 años víctima de violencia de género y despedida por faltar en esa situación, es un caso que expresa con claridad que la violencia no es un hecho solo de la vida privada. Ante el despido, desde la agrupación Mujer Bonita es la que Lucha y La Casa que Abraza, reclamaron al Instituto Nacional de la Mujer a cargo de Fabiana Túñez, a la empresa Trenes Argentinos y a la Unión Ferroviaria Nacional, la reincorporación de esta trabajadora, madre de cuatro hijos pequeños, para que no quede a merced de su pareja violenta. Sin trabajo y sin un entorno social que ayude, salir de las situaciones de años de violencia, es una tarea muy difícil de emprender para las mujeres. Otro caso por el que vienen reclamando, es el de un gerente de Trenes Argentinos, ex pareja de una trabajadora a quien continúa persiguiendo y violentando, incluso en el trabajo. Frente a esta situación, le exigen a la empresa que cumpla con la restricción perimetral que debería proteger a la mujer de los ataques.
Como podemos observar, las situaciones de violencia de género atraviesan los diferentes ámbitos de la vida. Y la organización de las trabajadoras es una tarea fundamental para terminar con la discriminación y la violencia machista, pero también para enfrentar la violencia capitalista que nos prefiere sumisas y silenciosas. Por eso, la agrupación Mujer Bonita es la que Lucha y La Casa que Abraza del ferrocarril Sarmiento, son ejemplos a seguir para todas las trabajadoras.
El empresario de la industria cinematográfica Harvey Weinstein, dueño de Miramax, debió pagar una fianza de 10 millones de dólares, para esperar su juicio en libertad. El productor multimillonario, está acusado por más de 70 mujeres de todo tipo de delitos sexuales que van desde acoso, abuso y hasta violación. Es un paso adelante verlo esposado y un triunfo del fenómeno “Me Too” protagonizado por las actrices de Holywood que desde octubre del año pasado, vienen denunciando las distintas situaciones de violencia que sufren por parte de actores, productores y empresarios del mundo del espectáculo.