“Hoy el Gobierno, a través de la adopción del primer Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres con presupuesto propio, transforma ese interés en un componente de la Agenda Política y eso, de por si es un avance.”, afirmó recientemente Fabiana Túñez (presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres). Pero, ¿qué quiso decir con esto? -¿Será que las mujeres estamos más cerca de no sufrir la violencia machista -que tiene su punto más extremo en los femicidios- y no nos enteramos? ¿Será que se está cumpliendo plena y efectivamente la Ley 26.485 para la prevención, sanción y erradicación de la violencia hacia las mujeres y no nos dimos cuenta?
Y si nos ponemos a pensar en cuál es la situación de aquellas mujeres que son víctimas de violencia ahora mismo, surge otra pregunta casi obligada: ¿qué hay del Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres lanzado en 2017 -que prometía la creación de 36 Hogares de Protección Integral en todo el país en 3 (tres) años? Cuando se hizo el anuncio en 2016, desde Isadora Mujeres en Lucha, denunciamos que no era más que una promesa que -aún cumpliéndose- era insuficiente. Pues bien, en Argentina, en 2017 hubieron 295 femicidios y 109 en lo que va de 2018. Los datos se repiten año a año: los femicidas son en su mayoría parejas y ex parejas de las víctimas, y los femicidios ocurren mayormente en las casas donde viven las mujeres. Esto muestra no sólo la terrible gravedad de la problemática, sino que -tal como lamentablemente lo anunciamos-, los refugios no alcanzan.
¿Será que no hay plata? Nada de eso: por ejemplo, la cena que le brindó el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne a Christine Lagarde (Directora General del FMI), una de las tantas reuniones en las que se comenzó a gestar el pacto del gobierno con el FMI, costó $ 31.000 y fue pagada, obviamente, con fondos públicos. Es más, se prevé que este año, se pagarán 20.000 millones de dólares en concepto de intereses de la deuda externa. El presupuesto para combatir la violencia hacia las mujeres no llega ni siquiera a ser de un tercio de todo ese dinero que se va a pagar una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta…una deuda que no es de las mujeres trabajadoras (ni tampoco de los trabajadores), sino de los grandes especuladores y grupos empresarios. Por todo eso, desde Isadora Mujeres en Lucha, te invitamos a movilizar en un nuevo aniversario del #NiUnaMenos gritando bien fuerte: ¡Basta de femicidios y de violencia hacia las mujeres! ¡Plata para la ley 26.485, no para la deuda externa!