Expulsiones, pedidos de pase, amonestaciones, sanciones, retiradas de pañuelos verdes y carteles y revisión de las redes sociales para ver si las estudiantes tienen fotos en donde salen en las marchas o con pañuelos verdes, son algunas de las prácticas violentas que se están viviendo en las escuelas públicas y privadas de todo el país.
Es que la revolución del movimiento de mujeres ha calado bien hondo entre la juventud y el pañuelo verde ha pasado a ser no solo un símbolo de la lucha por el aborto legal sino una expresión de libertad y del derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la vida. Hoy son miles las y los jóvenes que participan activamente en esta lucha, que reclaman educación sexual integral y acceso a métodos anticonceptivos. Muchos han logrado incluso movilizar a sus padres y que cambien su posición respecto de la lucha por el aborto.
Sin embargo, en gran cantidad de instituciones educativas, la participación de la juventud es vista como una amenaza, sobre todo cuando rompe con los cánones más duros de la reaccionaria Iglesia Católica, como es el tema del aborto. Y fiel a su historia de sangrienta de guerra y conquista, la iglesia y todas las autoridades educativas enroladas en ese dogma, buscan dominar con sanciones lo que ya no logra controlar con su religión. Ante esta situación, repudiamos a todos los intentos de coartar la libertad de las estudiantes. Y llamamos a la juventud a seguir movilizadas para conseguir el aborto legal y todos los derechos que reclamamos.