Entrevistamos a María Ofelia López, Adriana Olguín y Sandra Dolce, de Doulas* de Rosario en relación a uno de los modos de violencia contra las mujeres, más invisibilizados.
¿Qué es la violencia obstétrica?
Tal y como bien la define la ley Nº 26.485, de Prevención, sanción y erradicación de violencia contra las mujeres, es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.
¿Sólo las mujeres embarazadas se ven sometidas a violencia obstétrica?
El espectro de incumbencia del mismo es mucho más amplio, ya que refiere explícitamente a "los procesos reproductivos de las mujeres". Nuestros procesos reproductivos van mucho más allá de la fecundación, el embarazo y el parto: involucran muchas otras acciones de nuestra vida y son muchos los cambios que experimentan nuestros cuerpos, tanto físicos, como químicos (hormonales) y psíquicos. Por lo tanto, desde Doulas de Rosario, sentimos que no sólo atañe a las embarazadas sino a todas (incluso aquellas que no están comprendidas en el rango de "edad reproductiva").
La ley 25.929 consagra el parto respetado como un derecho ¿a qué se refiere? ¿en qué consiste?
Esta ley fue promulgada en 2004 y tuvimos que bregar durante 11 años para su reglamentación. Ella no sólo hace referencia al "parto respetado", sino que consagra los Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento. Es decir que ampara no sólo los derechos de la mujer sino también de sus hijos y su familia durante todo el proceso (embarazo, trabajo de parto, parto y postparto).
¿Se cumple ley 25.929?
¿Si se cumple la ley? Desde nuestra experiencia sabemos que no. siempre se cumple la ley. La mayoría de las mujeres que van a parir a instituciones privadas suelen decidir pagar el plus al obstetra que ha controlado todo el embarazo para que sea quien asista el parto, ya que suponen que sus deseos serán respetados; algunas veces sucede, muchas otras no ¡Mágicamente parece ser que las mujeres que paren en instituciones públicas tienen una mayor capacidad de parir que quienes paren en clínicas privadas han perdido!
La violencia obstétrica, al igual que todas las violencias hacia las mujeres no son meros actos individuales, sino que son el reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos. Reclamamos que se cumpla la ley de parto humanizado y la 26.485 contra todas las formas de violencias hacia las mujeres. Exigimos el presupuesto necesario para su implementación. Seguimos apostando a la organización de las mujeres para cambiar la forma en la que vivimos y obtener nuestros derechos.
*1 Una doula es una mujer que ya ha tenido hijos y se pone al servicio de otra mujer que va a parir, acompañándola durante el embarazo, el trabajo de parto, el parto y puerperio; se enfoca en el aspecto emocional, el bienestar y las necesidades de esa mujer.
Reproducción asistida
En 2013 se sancionó la Ley Nº 26.862 de "Acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida". Gracias a ella se incluyeron los tratamientos de fertilización, diagnóstico, medicamentos y terapias de apoyo en el Programa Médico Obligatorio (PMO). Pero a pesar de que la ley se reglamentó, hasta ahora no se cumple la totalidad: no queda claro qué implica cobertura 'integral', tampoco se garantiza la criopreservación de embriones y no se especifican qué estudios se deberían cubrir.
Todo esto muestra una vez más que sin presupuesto puesto al servicio de capacitar a los profesionales de la salud y que sin voluntad política para hacer que quienes tienen que garantizar nuestro acceso a la salud cumplan, las leyes son sólo letra muerta, y para garantizar el negocio de unos pocos se aniquilan nuestros derechos.