El 22 de octubre, desapareció Layla Nayeli Sainz Fernández de 13 años de edad, vista por última vez al salir de la Escuela Normal 4, donde cursa el primer año del secundario. La desaparición de Layla fue alertada a la comisaría 34 de la Policía Federal -quienes cínicWamente ordenaron a la familia volver recién cuando se cumplieran 48hs de su desaparición- y se investiga en la Fiscalía de los Distritos de Pompeya y Parque Patricios. Layla vive junto a su familia en la villa 1-11-14 y ya son varios los hechos denunciados penalmente de persecución y amenazas sufridas por las jóvenes del barrio. Karen y Thalía, son otras adolescentes desaparecidas de la zona y hay incluso otras chicas asesinadas como es el caso de Lizbeth.
Las víctimas de estos delitos, no casualmente, son mujeres jóvenes y pobres. Las redes de trata se abusan de esta condición para garantizar la impunidad. Y quienes deben investigar, son sus socios. Eso lo demuestra el Fiscal Giménez, a cargo del caso, quien ante la desaparición de Layla, señaló: “Así son las pibas, se van con sus noviecitos”.
Finalmente Layla apareció en la Plaza Flores “en situacion de calle”, casualmente minutos antes que se realizara un corte de joven es fruto de repudio y la organización que se produjo desde el principio. El accionar de mafias delictivas como las redes de trata cuentan con la complicidad del aparato estatal: los gobiernos como el de Macri y el de Scioli, la policía, y la Justicia. Esto explica por qué en nuestro país no se ha desmantelado ninguna red de trata. Por ello exigimos la aparición con vida de todas las pibas desaparecidas, la investigación del caso de Layla, y el inmediato desmantelamiento de las redes de trata en todo el país. ¡Ni una menos!