Jul 17, 2024 Last Updated 6:38 PM, Jul 16, 2024

Izquierda Socialista

El mundo sigue convulsionado. Lo mismo pasa en Argentina. Los gobiernos de turno siguen convocando a “convivir con el virus” y a volver a la “normalidad”, mientras crece lo que se han denominado las dos pandemias (la del coronavirus y la del hambre y la miseria global), impactando negativamente sobre millones. Crecen los contagios y las muertes, por un lado, y la pobreza, la desocupación y la desigualdad social, por el otro. Lo que pasa con la vacuna es la muestra de un capitalismo en su fase más descarada al servicio de las ganancias de farmacéuticas y laboratorios. Los gobiernos las subsidiaron millonariamente, se logró producir la vacuna, pero ahora la vacuna no aparece. La culpa es de las multinacionales que especulan con la complicidad de los gobiernos que firmaron con ellas acuerdos secretos y de confidencialidad y se amparan en las patentes, lo que está impidiendo salvar millones de vidas. Eso ha provocado una crisis enorme. Un medio de comunicación llegó a decir que la Unión Europea debería expropiar las patentes. El actor Michael Moore le exige a Biden estatizar Pfizer. Y 99 países de la Organización Mundial de Comercio, encabezados por India y Sudáfrica piden que se levanten las patentes mientras dure la pandemia, lo mismo que Médicos sin Fronteras y otras organizaciones y personalidades.

Por otra parte, millones se hunden en la miseria. Todo ocurre mientras un puñado de megamillonarios acrecientan sus fortunas personales y la de sus empresas. Estados Unidos y la Unión Europea disponen partidas billonarias para salvar a los de arriba (endeudándose a más no poder) al mismo tiempo que dan algunas migajas a los de abajo para evitar convulsiones sociales. La economía de América Latina se hundió un 7% en 2020. La de Argentina un 10%. Ahora anuncian un “crecimiento” de un 4,5% en nuestro país en 2021, por lo que quedaríamos igual un 5,5% abajo.

El gobierno de Alberto Fernández sigue con su doble discurso, diciendo que mientras el mundo está en crisis, Argentina se está recuperando y se va a salvar de la mano del Fondo Monetario. Es lo que dijo en la cumbre de Davos. Habló de que se está saliendo adelante mediante un acuerdo entre gobierno, empresarios y dirigentes sindicales. Pero de la mano de las patronales y la burocracia sindical (el denominado Consejo Económico y Social) lo que se apresta a hacer bajo el eslogan de “alinear salarios, tarifas e inflación”, es dar otro saque al bolsillo popular. La paritaria modelo firmada con los bancarios del 29% oficiará como techo salarial en un año donde la inflación rondará el 45 o 50%. La inflación de diciembre del 4% fue la más alta del año pasado y se prevé un aumento similar en enero, que se conocerá en estos días. Alberto Fernández hace campaña diciendo que los empresarios no deberían aumentar los precios, pero es el propio gobierno el que también los fogonea, autorizando los aumentos de las naftas con YPF, las prepagas, las subas de los Precios Cuidados y dejando las manos libres para que los precios sigan por el ascensor cuando los salarios y jubilaciones van por la escalera. En varias provincias de la mano de los gobernadores la electricidad subirá hasta un 37%. El proyecto de ley para que no paguen Ganancias el 63% de los trabajadores que lo vienen sufriendo es un alivio para 1,2 millones, medida que se toma en medio de un año electoral, y que se financiará con la misma plata que sacó del IFE o de reponer rebajas de ese mismo impuesto a muchas empresas. No es una política para ponerle plata al bolsillo de la gente, sino que esa medida trata de encubrir que millones vienen perdiendo y lo van a seguir haciendo, como los jubilados con el robo de la movilidad jubilatoria, el 50% de trabajadores en negro y millones de trabajadores en blanco que seguirán perdiendo con la inflación.

Decir que Argentina se va a salvar de la mano del FMI es otra gran mentira. “Ella y yo tenemos una mirada parecida sobre lo que le pasa al mundo”, dijo Fernández, refiriéndose a la titular de ese organismo, Kristalina Georgieva, después de su último diálogo, como si el acuerdo que se está cocinando podría ser en beneficio del pueblo trabajador. No es así. Esta semana se pagaron otros 300 millones de dólares al FMI y el gobierno se apresta a firmar un nuevo acuerdo reconociendo 50.000 millones de dólares a un organismo usurero en beneficio de banqueros internacionales, en medio de la agudización de la pandemia. Fernández se la pasó hablando de la vacuna con Macrón y Putín a la vez que les pidió apoyo para llegar a un acuerdo.

El gobierno y Juntos por el Cambio están enfocados en las elecciones de este año. Les preocupan los votos. Debaten si se postergan o no las PASO, según su conveniencia, alejados de las necesidades populares. Sus tironeos mediáticos terminan al compás de acordar políticas comunes, como hizo el ministro Trotta sacándose la foto con su par Acuña de CABA, coincidiendo en llamar a la presencialidad en las escuelas cuando las aulas no están preparadas, a riesgo de aumentar los contagios de alumnos, docentes y padres. Mientras tanto la vacuna no aparece. Solo se ha vacunado el 1% de la población. Y vivimos el escándalo de que todavía ni siquiera lo ha podido hacer todo el personal de la Salud (ni qué hablar de personas en riesgo, trabajadores esenciales o docentes), pero sí lo lograron políticos patronales, gobernadores y funcionarios y hasta se había invitado a vacunarse a Moria Casán y otros artistas. 

Ante todo esto el pueblo trabajador da pelea. Los profesionales de la Cicop de la Provincia de Buenos Aires lograron el 44% en la paritaria, un ejemplo de lo que puede hacer el sindicalismo combativo y democrático. También, aunque en otro terreno, que haya caído la sesión de la legislatura de Chubut que tenía previsto aprobar la ley de megaminería impulsada por Arcioni con el aval del gobierno nacional, es un aliciente para todos los que reclaman. Muestra que también se puede frenar el saqueo de las multinacionales y los gobiernos y se pueden dar pasos si se da pelea.

Llamamos a reclamar un aumento inmediato de salario y de jubilaciones. La referencia son los 82.000 pesos de la canasta familiar, como sostiene la junta interna de ATE Indec. Diciendo no al techo salarial y denunciando y exigiendo a la burocracia de la CGT y CTA que deje de pactar con el gobierno y las patronales y llame a un plan de lucha nacional, empezando por darle todo el apoyo a los docentes para exigir aulas seguras.

Contra la pandemia del coronavirus, llamamos a impulsar la campaña nacional e internacional en unidad con otras organizaciones y personalidades exigiendo que el gobierno nacional desconozca unilateralmente las patentes e inicie un plan de producción de la vacuna con todos los recursos necesarios. En ese sentido se está haciendo firmar un pronunciamiento y hemos presentado un proyecto de ley con nuestro diputado Juan Carlos Giordano (ver notas siguientes).

Y señalamos que Argentina debe dejar de pagar la deuda y no firmar ningún pacto con el FMI, destinando esa plata a reactivar la economía, a un plan de viviendas populares para dar trabajo genuino, entre otras medidas de fondo que levantamos desde la izquierda. Nunca quedó tan claro que el capitalismo no es salida para el pueblo trabajador y que los distintos gobiernos descargan las consecuencias de las pandemias sobre los que menos tienen. Pelear por una salida de fondo para frenarlo y revertirlo es la tarea de la hora.  

 

 

 

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Escribe Adolfo Santos

Ante el flagelo de la pandemia causada por el coronavirus generando más de dos millones de muertos en todo el mundo y visto la escandalosa situación de que a pesar de que se descubrieron varias vacunas las mismas no se están produciendo masivamente atento a la sed de ganancias de laboratorios y farmacéuticas, desde nuestro partido Izquierda Socialista estamos impulsando una campaña nacional y mundial de recolección de pronunciamientos lanzada por la UIT-CI (Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional), exigiendo que no rijan las patentes médicas para las vacunas y medicamentos para el Covid-19, reclamando a los gobiernos que la desconozcan unilateralmente y se coordine un plan de producción y distribución masiva de vacunas gratis para todos los países del mundo.

La gravedad de la situación exige medidas drásticas y urgentes para revertir esta situación. No es lo que vienen haciendo los gobiernos capitalistas que firmaron acuerdos confidenciales con las multinacionales y las protegen a través de las patentes, impidiendo la producción a gran escala de la vacuna.

Nos sumamos con esta campaña para potenciar las diversas voces que se levantan en el mundo exigiendo el fin o la suspensión de las patentes para que las vacunas sean producidas en gran escala por los gobiernos de los diferentes países y puestas de inmediato, de forma gratuita, al servicio de la población mundial. Llamamos a la más amplia unidad para impulsarla, denunciando a las grandes multinacionales farmacéuticas y laboratorios que hacen negocios con la necesidad acuciante de millones.

Esa situación está generando un importante movimiento de protesta. Ya son millones los que hacen parte de esta campaña si contamos acciones como las de Médicos Sin Fronteras que ha lanzado un petitorio bajo el título “No a las patentes. La salud no es un negocio”, acompañado por Amnesty, Oxfam y otras organizaciones. Recientemente se pronunció Jayati Ghosh, economista especializada en desarrollo de nacionalidad india y catedrática de la prestigiosa Universidad de Amherst en Massachusetts diciendo “Hay que suspender las patentes farmacéuticas”. O la petición presentada por parte de los gobiernos de India y Sudáfrica apoyados por otros 99 países ante la Organización Mundial de Comercio proponiendo la suspensión de las patentes para el tratamiento del Covid-19.

Desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad y la UIT-CI decimos que no hay más tiempo que perder. Llamamos a obtener miles de pronunciamientos de profesionales y trabajadores de la salud, científicos, académicos, personalidades, legisladores, actrices y actores, activistas del movimiento de mujeres, organismos de derechos humanos, dirigentes sindicales, estudiantiles, sociales y políticos y de todo aquel que se quiera sumar a esta campaña unitaria en Argentina y en el mundo exigiendo la abolición o suspensión de las patentes hasta lograr la inmunidad colectiva mundial. Ya son cientos de firmas de distintas personalidades que han firmado y están haciendo circular el petitorio y el pronunciamiento (ver en esta página). Campaña que debe ir unida o ser el puntapié inicial para fortalecer o impulsar protestas y movilizaciones a tal fin, en pos de que se fortalezca un gran movimiento unitario en el país, con sindicatos como Cicop, internas y cuerpos de delegados, el Frente de Izquierda Unidad, etcétera, y que se puedan lograr también formas de coordinación internacional, entre otras iniciativas.

¡Sumate activamente a la campaña por la exención de patentes de las vacunas contra el Covid-19!

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Las y los abajo firmantes, ante la persistencia y gravedad de la pandemia del Covid-19 y la crisis mundial de los planes de vacunación, exigimos que no rijan las patentes médicas para las vacunas y medicamentos para el Covid-19.

Rechazamos el manejo irresponsable de la industria farmacéutica privada, su secretismo y el incumplimiento de las multinacionales de entrega de vacuna por su búsqueda de ganancias con la pandemia.

Los gobiernos deben exigir la exención de patentes y desconocer unilateralmente esas patentes de métodos de diagnóstico, tratamientos y vacunas para tratar el Covid-19 mientras dure la pandemia y que se coordine un plan de producción y distribución masiva de emergencia de vacunas gratis para todos los países del mundo.

Nos sumamos a las diversas iniciativas que apunten a movilizarse por la exigencia de abolición o suspensión de las patentes hasta lograr la inmunidad colectiva mundial. Entre ellas las de Médicos sin Fronteras (“No a las patentes. La salud no es un negocio”) o la solicitud presentada a la OMS por India y Sudáfrica, apoyada por 99 países, que propone la exención de patentes de herramientas médicas para tratar el Covid-19.

Primeras firmas: Carlos “Sueco” Lordkipanidse, sobreviviente de la ESMA y referente del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Patricia Walsh, diputada nacional (m.c.). Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad. Viviana Reinoso, abogada, colectivo Juguete Rabioso.

Carlos “Sueco” Lordkipanidse Eugenio Semino

Salud: Mónica Méndez, secretaria de Organización y Finanzas de la Cicop (Asociación Sindical de Profesionales de Salud, provincia de Buenos Aires). Reynaldo Saccone, ex presidente Cicop. Cristian Luna, secretario general SITE, Tucumán. Oscar Atienza, médico magíster en salud pública, Córdoba. Carlos Pecas Soriano, médico magíster en bioética, Córdoba. Mirta Pacin, médica pediatra, Neuquén. Ivan Sotomayor, enfermero, Autoconvocados de CABA. Raquel Osorio, Licenciada en enfermería, docente de la Escuela de Enfermería de la UNaM. Alberto Blanco, enfermero, Hospital Durand, CABA.

Reynaldo Saccone

Intelectuales, investigadores y docentes: Juan Carlos Garberi, Dr. Ciencias Químicas, Biólogo Molecular, ex miembro Carrera Investigación Conicet y ex Director del Laboratorio de Biología y Patología Molecular. Hernán Camarero, historiador, docente e investigador Conicet. Pablo Bonavena, sociólogo y docente universitario UBA. Ricardo De Titto, historiador. Martín Mangiantini, historiador e investigador del Conicet. María Alicia Gutiérrez, profesora e investigadora UBA, integrante de la Campaña nacional por el derecho al aborto, CABA. Susana Laura Fernández. Magister en Educación, Profesora de UBA y Universidad de Jujuy (jubilada). Adriana Migliavaca, Profesora del Departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján. José Castillo, economista, profesor e investigador UBA. Mercedes García Carrillo, bióloga y becaria posdoctoral de CONICET. Malena Lenta,  profesora e investigadora UBA, integrante de la Campaña nacional por el derecho al aborto, CABA. Silvio Schachter, arquitecto, Revista Herramienta. Jose Forni, Ex supervisor escolar CABA. Rodolfo Sánchez, Físico e Investigador de Conicet, Bariloche. Silvia Falco, ex supervisora escolar, CABA. Estela Fernández, rectora del Profesorado Juan B.Justo, CABA.

Políticas: Luis Zamora, AyL-Autodeterminación y Libertad).Marta Martínez,legisladora CABA AyL.Juan Carlos “Gringo” Giordano, diputado nacional (Izquierda Socialista FIT-U). Mónica Schlotthauer, diputada nacional electa (Izquierda Socialista FIT-U). Pablo Almeyda, legislador CABA (Izquierda Socialista FIT-U). Mercedes De Mendieta, legisladora electa CABA (Izquierda Socialista FIT-U). Noelía Agüero, legisladora electa Córdoba (Izquierda Socialista FIT-U), Laura Marrone, legisladora (mc) CABA (Izquierda Socialista FIT-U). Mercedes Trimarchi, legisladora (mc) provincia de Buenos Aires (Izquierda Socialista FIT-U). 

Sindical: Mariana Scayola, Secretaria General Ademys, CABA. Jorge Adaro, Secretario Adjunto Ademys, CABA. Montserrat “Tata” Gayone, Secretaria de Ambiente de la CTA de Bahía Blanca. Marcela Almeida, Secretaria Gremial ATE-Indec. Nilda Beatriz Patiño, Secretario General Docentes autoconvocados Formosa. Daniela Vergara, Secretaria de Cultura AMSAFE Rosario. Angelica Lagunas, minoría ATEN Capital. Daniela Pérez, Sec. Gral. ADOSAC- Pico Truncado. Adriana Astolfo, Sec. Adjunta ADOSAC- Pico Truncado. Betiana Gaggioli, Sec. Gral. ADOSAC - Puerto San Julián. Susana Llanos, Sec. Gral. ADOSAC – Piedrabuena. César Baudino, ex Sec. Gral. AGMER Entre Ríos. Graciela Calderón, Sec. Adjunta SUTEBA La Matanza. Olga Ortigoza, Comisión directiva SUTEBA Matanza. 

 

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Escribe Guido Poletti


Ante el desastre generado por los grandes laboratorios multinacionales, que no están cumpliendo con la entrega de las dosis de vacunas prometidas incluso cuando en muchos casos estas ya han sido pagadas, crecen las voces en la mismísima Unión Europea amenazando llegar a expropiar las licencias.

El capitalismo imperialista está demostrando su incapacidad de atender la catástrofe de la pandemia hasta tal punto que desde el propio seno de las instituciones europeas se escuchan voces amenazando a los grandes laboratorios con el objetivo de forzar a estas farmacéuticas a ceder licencias a sus competidores para así tener más fábricas de medicamentos produciendo vacunas en los distintos países europeos.

De esta manera, el Parlamento italiano en diciembre aprobó una resolución que reclamaba el aumento de la producción de vacunas, incluyendo para su realización hasta la posibilidad de la expropiación de licencias. La semana pasada, el propio  ministro de Economía de Alemania Peter Altmaier afirmó que si las empresas no aumentan su cooperación en los próximos meses “habrá que hablar de medidas coercitivas”.

En lo más duro del conflicto abierto entre la Comisión Europea y la farmacéutica AstraZeneca, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel amenazó con activar el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que autoriza a los gobiernos nacionales a tomar físicamente el control de las fábricas de las farmacéuticas, poner funcionariosm públicos al frente de ellas, requisar la producción y expropiar las patentes.

El planteo se generaliza. Ya hace semanas que países con gran capacidad para producir genéricos, como India o Sudáfrica vienen pidiendo que se hagan de dominio público global todas las licencias y patentes relacionadas con las vacunas y medicamentos contra el coronavirus.

¿Qué demuestra todo esto? que lo que venimos sosteniendo desde la izquierda es el único camino ante el desastre de la pandemia, frente a la política criminal de los laboratorios transnacionales. Por eso insistimos con nuestra campaña internacional para que no rijan las patentes sobre vacunas y medicamentos relacionados con el COVID-19.

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Escribe Atilio Salusso

El pasado miércoles 3 de febrero, el ministro de Salud brindó un informe virtual ante diputados nacionales. Por el Frente de Izquierda participaron nuestro diputado de Izquierda Socialista Juan Carlos Giordano y Nicolás Del Caño, quienes intimaron al ministro a dar respuestas ante la falta de vacunación del personal de salud, sus demandas aún no resueltas o preguntándole por qué aún ni siquiera se centralizó el sistema de salud para hacer frente a la pandemia. Pero el plato fuerte fue el tema de la vacuna. Hasta que hablaron nuestros diputados de izquierda, las palabras “negocios capitalistas con la vacuna” o el tema “patentes” ni se habían mencionado.

Giordano le planteó cómo puede ser que si el ministro dijo que “la vacuna AstraZeneca se hace en Argentina”, las dosis de esta multinacional no aparecen en nuestro país. Giordano describió que eso ocurre porque el gobierno, a pesar de que el presidente dijo que la vacuna debe ser un bien público global, solo actúa como intermediario del grupo Insud Pharma, que la fabrica en su planta de Garín (provincia de Buenos Aires) y la envía a México mediante un acuerdo con el magnate de ese país Carlos Slim, mientras luego AstraZeneca la patenta, vende y hace fabulosas ganancias. A su vez, Ginés dijo, refiriéndose a la vacuna Pfizer, que el gobierno entabló negociaciones para tenerla pero que “fue defraudado” a pesar incluso de que el Congreso votó una ley a medida del laboratorio transnacional. ¿Cuál es la sorpresa del ministro? Ninguna. Así actúan las multinacionales. También se supo que Argentina puso voluntarios para probar una vacuna China, pero resulta que el propio ministro dijo que el gobierno dictatorial chino le exigió a la Argentina que le compre como condición 30 millones de vacunas.

Ginés develó la política del gobierno cuando dijo “nosotros con los negocios privados no nos metemos”. ¿Dónde está entonces la campaña sobre el rol del Estado que pregona el gobierno? Además, no es cierto que el gobierno no se mete, sino que sí se mete, pero para favorecer el negocio capitalista privado de laboratorios y farmacéuticas.

Cuando apareció en la interpelación la palabra “patente” por parte de nuestros diputados, Ginés dijo “a mí no me pueden decir nada porque escribí libros sobre el tema”. Pero no se trata de escribir libros, sino que hay que proceder en consecuencia, más cuando hay antecedentes de desconocimiento de patentes y de producción local de medicamentos que posibilitaron combatir el Sida en Sudáfrica o Brasil.

En definitiva, el ministro reconoció que su gobierno “nacional y popular” sigue administrando a una Argentina semicolonial sin adoptar ninguna política para combatir los negocios privados con la vacuna y emprender la producción nacional de la misma, como lo reclamamos con el proyecto de ley que hemos presentado desde Izquierda Socialista, o como lo reclaman otros países o plantea Médicos sin Fronteras, entre otras organizaciones en el mundo.     

 

 

 

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