El 10 de diciembre, en medio de la marea verde por el aborto legal y cuando Larreta imponía un nuevo presupuesto de ajuste en la Ciudad de Buenos Aires, nuestro compañero Pablo Almeida, delegado general de ATE- Ministerio de Economía, asumió como legislador porteño en reemplazo de Gabriel Solano por la rotación de bancas del Frente de Izquierda Unidad.

Escribe Javier Leonforte

El jueves 10 de diciembre fue un día muy importante para Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad. Nuestras compañeras de Isadora fueron protagonistas, junto a miles de mujeres, de la gran marea verde que inundó las calles del Congreso Nacional y las plazas de todo el país arrancando la media sanción del aborto legal, seguro y gratuito. En esa sesión asumió nuevamente como diputado nacional Juan Carlos Giordano, dando un discurso brillante sobre la lucha del movimiento de mujeres. Ese mismo día se iniciaba el VII Congreso Mundial de la UIT-CI, que se realizó con gran éxito. Y también en esa fecha le tocó asumir a Pablo Almeida la banca de legislador porteño por nuestro partido, reemplazando a Gabriel Solano, del PO, y empezar a compartir la bancada del Frente de Izquierda junto a Myriam Bregman y Alejandrina Barry, del PTS.

Pablo, con el puño izquierdo en alto y el pañuelo verde juró “por la memoria de los 30.000 compañeras y compañeros desaparecidos, por los caídos del glorioso Partido Socialista de los Trabajadores, por las trabajadoras y los trabajadores que, junto a los pueblos del mundo, luchan contra el ajuste capitalista; por las trabajadores y trabajadores de la salud que dieron y dan su vida combatiendo la pandemia y la desidia de los gobiernos; por el aborto legal, seguro y gratuito; por un gobierno de los trabajadores y un mundo socialista, sí juro”.

Pablo Almeida, socio e hincha del club Ferro Carril Oeste, se graduó en el Colegio Nacional Buenos Aires en 1991. Luego de un breve paso por la militancia en “la Fede” (FJC-Partido Comunista), comenzó su larga militancia en el trotskismo morenista en la Juventud Socialista del MST en 1995, destacándose como dirigente estudiantil en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, encabezando la recuperación, primero, del centro de estudiantes en el año 2000, y luego de la propia Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) contra la mafiosa Franja Morada en 2001, en pleno Argentinazo.

Ingresó a trabajar al Ministerio de Economía bajo el gobierno de Menem, en 1992, en el área del presupuesto nacional, teniendo como patrones a diecinueve ministros de Economía, como Cavallo, López Murphy, Lavagna, Lousteau, Boudou, Kicillof, Prat Gay y Dujovne, entre otros. En 2005 encabezó el reclamo salarial y las asambleas masivas, por lo que fue perseguido por la patronal y agredido físicamente por una patota de UPCN. En 2013 encabezó la recuperación de la junta interna de ATE Mecon contra la burocracia sindical de la CTA, organizando el cuerpo de delegados y siendo reelecto por los trabajadores como delegado general en dos oportunidades hasta la actualidad. Gran referente de las peleas salariales, contra los despidos y la precarización durante los gobiernos de Cristina Kirchner, de Macri y ahora de Alberto Fernández. En 2018 participó de la fundación del Plenario del Sindicalismo Combativo en Lanús, integrando su mesa nacional hasta la actualidad.

En la calle, previo a la jura, militantes y amigos se acercaron para acompañar a Pablo en su asunción y se realizó un acto de la Regional Capital de nuestro partido con la presencia de la ex legisladora Laura Marrone; la secretaria general de Ademys, Mariana Scayola, y el adjunto, Jorge Adaro; la legisladora electa Mercedes Mendieta y delegados ferroviarios, telefónicos, del gremio de la televisión, del hospital Garrahan, del Indec, del Ministerio de Economía, PAMI y otros. Pablo dio unas palabras que finalizaron “llamando a construir nuestro partido, el Frente de Izquierda, y una nueva dirección de la clase trabajadora en nuestro país, desafío que no es pequeño, pero que sabemos, como ya lo hemos hecho, que es un desafío que podemos cargarnos sobre los hombros colectivamente, como hacemos todo”.

Escribe José Guzmán, padre de Lucas Guzmán asesinado en Cromañón

Este 30 de diciembre se cumplen 16 años de la masacre de Cromañón y los familiares seguimos luchando por justicia para nuestros pibes.

 El año pasado nos enteramos de que se levantó la clausura que existía sobre el boliche, lo que permitió que Rafael Levy, dueño del predio y condenado por la Justicia, lo vendiera de manera ilegal. Los familiares de Cromañón hemos presentado una apelación a la Corte Suprema, por lo que el lugar no se puede tocar. Nunca se le permitió a ningún familiar ingresar al local. Ahora Larreta y la Justicia sí lo permiten para hacer negociados. Quieren hacer plata a como dé lugar, sin importar la memoria de nuestros jóvenes. Son los mismos jueces, políticos y empresarios corruptos que permitieron la masacre. Tenemos que repudiar esto. Cromañón tendría que ser un espacio de la memoria en donde se recuerde a nuestros pibes y se asista a las víctimas sobrevivientes y de otros crímenes de Estado como la masacre de Once.

A 16 años de la masacre seguimos diciendo ¡los pibes de Cromañón presentes, ahora y siempre!

Escribe Martín Fú

El gobierno anunció la modificación del mínimo no imponible, que es el monto base a partir del cual un salario empieza a pagar Impuesto a las Ganancias. Este mínimo es de 74.810 pesos para un trabajador soltero y de 98.963 para uno casado con dos hijos. Si tomamos como referencia que para no ser considerado pobre en la Argentina una familia tipo necesita cubrir una canasta básica de 49.919 pesos -según el gobierno-, pero sin embargo esa canasta se eleva a 76.507 pesos, según ATE Indec. Hoy un trabajador que tiene la “suerte” de estar en blanco y por debajo de la línea de pobreza, debe pagar el mal llamado Impuesto a las Ganancias. Que en realidad es un impuesto al salario, a pesar de que el salario no es ganancia.

El alcance de este impuesto se multiplicó exponencialmente durante los últimos años, mientras el mínimo no imponible permanecía congelado, año a año, paritaria tras paritaria, más trabajadores integraban la legión de “privilegiados” que eran alcanzados por este impuesto. Así es cómo, en los últimos cinco años, se duplicó la cantidad de asalariados que son víctimas de este robo y cada año son más los que lo pagan.

Esto vuelve a repetirse ahora, otra vez el mínimo no imponible sube por debajo de la inflación. Con lo que, el año próximo, más trabajadores serán alcanzados por este tributo.

Nuestro planteo es sencillo y básico: ¡el salario no es ganancia! Ningún trabajador debe pagarlo. Las ganancias, por el contrario, son las que obtienen las patronales y a ellas debe cobrársele. De esa forma empezaremos a terminar con un sistema tributario profundamente regresivo. En ese camino es que proponemos que se imponga un verdadero impuesto a las grandes riquezas, como el que plantea el Frente de Izquierda Unidad.

Por segunda vez en la historia conquistamos la media sanción de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La #MareaVerde que ganó el debate y la despenalización social hace dos años atrás y ahora volvió a colmar las calles rodeando al Congreso el pasado jueves 10, se prepara para la batalla final contra el retrógrado y conservador Senado que sesionará el 29D. ¡Seamos miles en las calles para imponerlo!

Escribe Mercedes Trimarchi, dirigenta Isadora y diputada bonaerense (mc) Izquierda Socialista/FIT Unidad

Tal como lo venimos sosteniendo, las leyes se debaten en el Congreso pero los derechos se conquistan en las calles. Por eso, lograr el aborto en el país del Papa argentino, no será una concesión de un presidente o de un parlamento. Es por la lucha del movimiento feminista que tuvo un empuje mayor con la irrupción de la cuarta ola de luchas a partir de 2015 y que supo rebelarse contra toda forma de violencia patriarcal.

Sí, #NiUnaMenos es también por abortos clandestinos. Por las más de tres mil mujeres que perdieron su vida por un aborto inseguro. Son las muertes evitables que ningún gobierno desde 1983 a esta parte evitó -ni peronista, ni radical, ni del PRO-, justamente por ser garantes de la clandestinidad del aborto que pregonan junto a la Iglesia Católica.

Los sectores celestes antiderechos siguen mostrando su rostro de odio contra las mujeres y al hecho de que podamos decidir sobre nuestro cuerpo con argumentos falaces. El último papelón fue del expositor Edgardo Young invitado por los senadores celestes como “experto” en el tema. “Cuando he visto que a la interrupción legal del embarazo le ponen fecha de 1000 días, nunca entendí y nadie me explicó por qué son los 1000 días”, dijo, poniendo en evidencia que ni siquiera había leído el proyecto de IVE que tiene ya media sanción, confundiéndolo con la otra ley que se aprobó en Diputados.

El Papa está involucrado personalmente para evitar que salga la ley. Y los partidos tradicionales aportan cantidades de votos negativos. Por ejemplo, varixs diputadxs en la sesión del 10D reiteraron que “no era el momento” de tratar el proyecto. A pesar de todo esto se logró la media sanción y vamos ahora por el Senado, esos dinosaurios que nos negaron nuestro derecho en 2018 pero no nos derrotaron. Se juegan días decisivos para lograr terminar de imponer nuestro derecho, con la fuerza de las mujeres y pibas movilizadas. Por nuestra parte vamos a hacer todo lo posible, con nuestras agrupaciones de mujeres impulsando la movilización y las bancas de la izquierda, como la de nuestros compañeros Juan Carlos Giordano y Nicolás del Caño, donde el Frente de Izquierda está en un ciento por ciento por el aborto legal.
 
¡Es ahora, es urgente!

El presidente Alberto Fernández después de anunciar en marzo que iba a enviar un proyecto lo demoró injustamente diciendo que no era el momento (utilizando como excusa la pandemia) y que tenía otras prioridades. Luego lo terminó presentando, pero el suyo, no el de la Campaña Nacional. Es un logro que el gobierno estuviera obligado a garantizar el derecho en las 14 semanas y que lo cubra la obra social. Pero el Frente de Todos le agregó la objeción de conciencia (individual primero y luego institucional), lo cual claramente será usada como obstáculo para garantizar nuestro derecho, la que rechazamos de manera contundente desde Isadora y el Frente de Izquierda Unidad.

Le recordamos al presidente que durante estos meses cinco mujeres murieron por abortos inseguros y varias niñas obligadas a parir. También que la primera vez que la Campaña Nacional presentó su proyecto fue en 2006 y desde entonces fue sistemáticamente bloqueado por el gobierno de Cristina Fernández. Evidentemente para los partidos patronales y para la Iglesia Católica nunca es el momento. Por eso desde el movimiento feminista nos organizamos para luchar y arrancarles a los gobiernos, al Congreso y a las patronales cada una de nuestras demandas. No solo el aborto legal, sino también licencias igualitarias por maternidad/paternidad, para que se aplique la ley de ESI en todo el país, se declare la emergencia nacional en violencia de género con presupuesto en base al no pago de la deuda externa, por igual salario por igual trabajo, entre tantas otras.  

La lucha por el derecho al aborto lleva décadas y en la mayoría de los países ya fue conquistado. Por eso la pelea que estamos dando en Argentina recibe el apoyo de millones en el mundo. Como dicen nuestras compañeras de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI): “Si ganan las argentinas ganamos todas”.

Por las que ya no están, por las sobrevivientes, por las presentes y futuras generaciones que tendrán un derecho fundamental más, redoblemos nuestros esfuerzos. El 29D participá de la vigilia en el Congreso junto a Isadora e Izquierda Socialista en el FIT Unidad y en todas las plazas del país. ¡Conquistemos juntas el derecho al aborto legal seguro y gratuito!

 

Escribe Mariela Hebral

La cúpula de la Iglesia Católica históricamente estuvo en contra de todos los derechos más elementales. Nuestro diputado Giordano lo denunció en el recinto: “Combatimos la hipocresía de la Iglesia Católica, el Papa, el Vaticano y sus políticos y voceros tradicionales que predican el aborto clandestino. ¿Qué autoridad tiene la Iglesia para hablar de las dos vidas cuando bendecían la apropiación y el robo de bebés en plena dictadura? Obispos, cardenales, monseñores oscurantistas, muchos de ellos abusadores y pedófilos que viven en el privilegio, donde el Estado les paga sueldos millonarios para militar para la hipocresía”.

El propio Papa Francisco está involucrado de lleno para evitar el aborto legal, hasta con telefonazos desde el Vaticano para torcer votos. El Papa ha dicho y escrito en una carta enviada a sus ex alumnos de la década del 60 en Santa Fe: “¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquiler un sicario para resolver un problema?”. Apunta así contra las mujeres que abortan (por el crimen de “eliminar una vida humana”). En otra oportunidad, el Papa calificó a las mujeres que practican ese derecho como “nazis, pero con guantes blancos”. Una precisión lingüística propia de un fiel representante de una institución reaccionaria, arcaica y medieval impune, cobijada por el capitalismo y todos los gobiernos del mundo.

Las iglesias no solamente se oponen al derecho al aborto. En el 2006, mientras se discutía la sanción de la ley de Educación Sexual Integral (ESI), hicieron varias manifestaciones en contra. Quiere decir que también se oponen a que se eduque sobre el tema. En aquel momento lograron con la venia del gobierno peronista de Néstor Kirchner, introducir el artículo 5° para que la ESI estuviera de acuerdo al “ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”, con lo cual las iglesias quedaron amparadas para “enseñarles” cualquier cosa a sus estudiantes, como que la homosexualidad es una enfermedad, que las relaciones sexuales solo tienen que tener el fin de la procreación o que no se usen preservativos, entre otras barbaridades.

La Iglesia Católica Argentina es financiada directamente por el Estado. A los obispos se les pagan sueldazos y jubilaciones de privilegio, aunque no trabajen, con dinero que sale del pueblo trabajador, sean creyentes o no, culpa de decretos que vienen de la última dictadura y ningún gobierno posterior eliminó (ni peronista, ni radical). Una institución que goza de subsidios millonarios para sus colegios confesionales (educación privada), es una gran terrateniente, socia de grandes negocios inmobiliarios, propietaria de campos, tierras fiscales y otros valiosos bienes.

La iglesia tiene grandes lazos con los gobiernos, diputados y senadores de todos los partidos tradicionales. Monseñor Oscar Ojea (titular de la Conferencia Episcopal), por ejemplo, tiene excelentes vínculos con el Secretario de Culto, Guillermo Olivieri. Recientemente Ojea acordó impulsar para estos días un encuentro antiabortista con Antonio Rodas, mano derecha del gobernador Jorge Capitanich, confeso anti derecho y ex jefe de Gabinete de la propia Cristina Kirchner cuando fue presidenta. Así podríamos seguir hasta el cansancio. Hasta se vio en una de las primeras marchas callejeras a Mario Poli (Arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina), al obispo auxiliar Enrique Eguía Seguí y al vicario episcopal de las villas de la ciudad, Gustavo Carrara.

Separar ya la Iglesia del Estado, obligar a todos sus zánganos que vayan a laburar y quitarles todos sus privilegios e injerencia en la vida política, educativa, civil y de todo tipo, va íntimamente ligado al reclamo por el derecho al aborto legal.