Escribe Joaquín Caporale, Consejero Directivo Psicología UNLP
La Juventud de Izquierda Socialista está en las calles, en los lugares de trabajo y de estudio junto a todo el movimiento juvenil del país. También damos batalla en las elecciones con el objetivo de difundir una salida de izquierda, anticapitalista y socialista. Vamos con el Frente de Izquierda que lleva en sus listas referentes jóvenes de las principales luchas e impulsa un programa para dar una solución de fondo a los reclamos de la juventud.
En el país avanzan los despidos y la flexibilización laboral. Entre los más de 40% de trabajadores en negro, la mayoría somos jóvenes. Con el verso del “empleo joven”, las “pasantías” o el “emprendedurismo”, el gobierno trata de imponer flexibilización laboral. Así justifican bajos salarios, en negro o sin aportes. La novedad son las plataformas de delivery como Glovo, Rappi o Pedidos Ya, cuyos resultados son la superexplotación laboral y hasta la muerte de jóvenes. El objetivo es bajar el costo laboral y que las empresas capitalistas obtengan cuantiosas ganancias.
En oposición, desde el FIT luchamos en cada lugar de trabajo y en las elecciones por la prohibición de los despidos y la realización de un gran plan de obras públicas financiado por el no pago de la deuda, donde todos los jóvenes puedan acceder a trabajo genuino, también planteamos la eliminación de toda la legislación laboral que permita el trabajo basura.
La rebelión educativa del año pasado colocó en el centro del debate los reclamos del movimiento estudiantil ante el ajuste a la educación que promueven Macri y el FMI. Sin embargo, tras la histórica lucha, todas las fuerzas patronales (cambiemos, kirchnerismo/peronismo) volvieron a promover presupuestos de ajuste.
La Juventud de Izquierda Socialista y el FIT estuvo a la cabeza de la rebelión y sigue reclamando aumento del presupuesto educativo en base al no pago de la deuda. Exigimos el boleto educativo nacional y becas de estudio que realmente garanticen la permanencia ante la situación de ajuste brutal que sufren nuestras familias. También impulsamos el fin del financiamiento al lucro con la educación privada.
La Cuarta Ola feminista sigue en ascenso en nuestro país y en todo el mundo. El pasado 8M millones volvimos a salir a las calles en el Paro Internacional de Mujeres. En Argentina volvimos a reclamar por la legalización del aborto, la aplicación de la ESI y por la ley de emergencia por violencia de género.
Mientras desde el gobierno y los políticos patronales (como Cristina, que promueve la unidad de pañuelos verdes y celestes) salen a decir que en este año electoral “no está en agenda” los reclamos de las mujeres, desde Isadora, la Juventud de Izquierda Socialista y el FIT seguimos promoviendo la pelea en las calles y denunciando en las elecciones que quienes niegan los derechos a las mujeres no pueden ser la solución a nuestros reclamos.
Este año, como sucedió bajo el gobierno de Cristina, Macri intenta promover la baja de la edad de punibilidad. Buscan poner el foco de la inseguridad en la juventud pobre. Nunca un gobierno capitalista se responsabilizó por ninguna de las calamidades que afectan a los pibes. Lo que hay es falta de trabajo, educación, salud y vivienda. El Estado reprime a los jóvenes en vez de ayudarlos. Por eso desde la Juventud de Izquierda Socialista y el FIT impulsamos la “marcha de la gorra”, denunciamos y exigimos el desmantelamiento de las redes de policías, jueces y gobernantes, que utilizan a los jóvenes pobres como mano de obra barata del crimen y luego los reprimen y encarcelan.
1. ¿Sabías qué?
En 1975 en la Argentina la pobreza estaba en el 8% y el desempleo 4% y la deuda externa era de 4 mil millones de dólares. Hoy hay un tercio del país bajo la pobreza, y el desempleo 10% (19% entre lxs jóvenes), y existe generalizado el trabajo precarizado y en negro que en esa época no existía, y tenemos generaciones enteras que crecieron en la marginación, mientras la deuda externa es 100 veces más grande, en torno a los 400 mil millones de dólares.
2. ¿Quiénes son los responsables?
Primero la dictadura genocida destruyó la producción nacional y nos metió el problema de la deuda externa. Luego gobernaron: los radicales con Alfonsín; los peronistas con Menem; después los radicales con De la Rúa camuflados en la Alianza; tras la crisis del 2001, volvieron los peronistas primero con Duhalde y después disfrazados en el Frente para la Victoria kirchnerista; y otra vez, los radicales devuelta, ahora con Macri a la cabeza. Y ahora nos quieren convencer que la salida es que vuelva el peronismo, con Cristina o alguno puesto por ella.
Décadas de gobiernos que con distintos discursos mantuvieron la misma estructura que impuso la dictadura: un país que genera alimentos para 400 millones de personas, pero tiene gente que se muere de hambre porque nos saquean la burguesía y el imperialismo.
3. ¿Cómo se sale?
Tienen que gobernar quienes nunca gobernaron: la clase trabajadora, los sectores populares y la izquierda. Basta de partidos patronales que gobiernan para los empresarios y los usureros que nos roban con la deuda externa. Hay que romper con el FMI y poner los recursos de la Argentina al servicio de resolver las necesidades del pueblo trabajador.
¿Por qué no es salida el kirchnerismo?
Escribe Cristian Fernández, Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Tenemos que recordar que con Cristina ya luchábamos por el desfinanciamiento a la educación, que nuestros docentes también cobraban miserias, no había boleto educativo, la infraestructura escolar ya era un desastre, y que sostuvo todos los pilares del sistema educativo del menemismo
en todos los niveles. También que el trabajo precarizado era ya un drama obligado al empezar a laburar, y cuando jóvenes salían a luchar contra los despidos eran reprimidos sistemáticamente.
Es verdad que Macri profundizó cada uno de esos problemas y ahora estamos peor. Pero lo cierto es que lo que Cristina no resolvió antes, menos lo va a hacer ahora que tenemos encima la bota del FMI, que a quien sea que gane le va a exigir más ajuste. Y tanto ella como Kicillof se encargaron de aclarar que no van a romper con el FMI y van a pagar la deuda. Esa es la única verdad más allá de los discursos de campaña. Con Macri, Cristina, Lavagna, o el peronista que sea, lo que viene después de octubre es más ajuste.
Sumemos que es imposible avanzar en reclamos como el derecho al aborto o la ESI mezclándonos con los antiderechos de la Iglesia como ella propone. Y que no nos olvidamos que puso a un genocida, César Milani a cargo del ejército, y jamás hizo nada para desmantelar el aparato represivo vigente que se llevó la vida de Luciano Arruga, y en el que todos los días padecemos el gatillo fácil y la criminalización de la pobreza y la juventud.
La crisis que generó Macri es tan grande que hoy todos quieren posar de ultra-opositores. Inclusive los peronistas y kirchneristas que le garantizaron que salgan sus leyes en el Congreso, que legitimaron el acuerdo con el FMI y que avance el ajuste. No tenemos que dejarnos engañar. Ya muchas veces los partidos patronales le pidieron a la juventud que baje sus banderas para ir detrás del “menos malo” y siempre terminó igual de mal. La única salida es la izquierda.