Esta nueva edición de Correspondencia Internacional dedica una parte importante a la dura derrota política-militar que ha sufrido el imperialismo norteamericano en Afganistán. Por eso la tapa de esta edición es la foto, que quedará para la historia, que muestra las dramáticas escenas del aeropuerto de Kabul, capital de Afganistán, que recorrieron el mundo. Miles de desesperados afganos y afganas tratando de subirse a un avión militar, es la imagen más evidente de la debacle del imperialismo norteamericano. Después de 20 años de su invasión, dejan al país hundido en un desastre.
Los yanquis y sus aliados de la OTAN se tuvieron que ir de Afganistán y quedaron los talibanes que vuelven al poder. Instalaron un gobierno dictatorial ultra reaccionario que ya ha comenzado a reprimir a las mujeres afganas. Esta derrota del imperialismo se produce en el momento de la más grave crisis económica capitalista mundial, agravada con la pandemia del Covid 19. Crece la desocupación, el hambre y la caída del nivel de vida de las masas. Los gobiernos capitalistas que aplican ajustes y recortes sociales sufren un desgaste al calor de la bronca obrera y popular. Varios de estos temas se desarrollan en esta edición en las secciones sobre Argentina, Cuba, Chile o Perú. También hay notas sobre los incendios forestales que asolaron Europa y otras regiones mostrando la gravedad de la crisis ambiental.
En esta edición destacamos Argentina con notas sobre la debacle electoral del gobierno peronista y el éxito del Frente de Izquierda, que quedó como tercera fuerza nacional. Este avance del FIT-U, en la perspectiva de la lucha de clases del país y Latinoamérica, es fundamental en la pelea para fortalecer una alternativa de dirección socialista revolucionaria.
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Desde mediados de septiembre el sindicato que representa a más de 11 mil carpinteros del Estado de Washington en el noroeste de EEUU está en huelga exigiendo una mejor contratación colectiva. El conflicto viene desarrollándose desde el mes de julio. En cuatro asambleas las bases votaron en contra de las propuestas contractuales acordadas entre la patronal y la burocracia sindical, presionando para lograr que el sindicato convocara una huelga. Las bases han organizado una corriente de oposición sindical llamada corriente Peter J. McGuire, en honor al fundador del sindicato de carpinteros, que viene organizando la lucha para superar las limitaciones que intenta imponerle la dirigencia pro-patronal.
Pese a la intención de la dirigencia sindical de limitar la realización de piquetes a unos pocos, cuatro, los trabajadores han realizado decenas de piquetes ante las obras de construcción. La burocracia ha respondido a la actividad combativa de esta base amenazando y persiguiendo a los activistas más destacados de la corriente Peter J. McGuire. La burocracia dirigente opera en el entendido de que no se debe pelear por mejoras salariales sustanciales porque los trabajadores sindicalizados perderían “competitividad” ante los no sindicalizados. Dicha burocracia ha incluso negociado en muchos contratos cláusulas anti-huelga que impiden ejercer este derecho fundamental a los trabajadores sindicalizados. Obviamente, es una dirigencia muy privilegiada, la principal dirigente del sindicato, Evelyn Shapiro, declara ingresos de más de 250 mil dólares anuales.
En realidad la conquista de mejores condiciones de trabajo mediante una huelga triunfante sería un gran estímulo para que muchos más trabajadores se sindicalicen, para que otros sectores del movimiento obrero también aprendan de la experiencia de organizar corrientes de oposición en los sindicatos, rechazar las negociaciones contractuales secretas y retomar las tradiciones combativas de la clase trabajadora norteamericana, lesionadas por décadas de ataques de los gobiernos y de la burocracia sindical ligada al Partido Demócrata.
Existe una incipiente ola huelguista en EEUU. El sindicato que representa a diez mil trabajadores de la fábrica de tractores John Deere en Iowa, Illinois y Kansas votó este mes iniciar una huelga exigiendo mejoras contractuales. En la industria de los alimentos, Frito Lay y Nabisco han tenido importantes huelgas en las últimas semanas enfrentando intentos de desmejoras laborales por parte de las empresas, sobre todo intentos de aumentar las jornadas laborales a 12 horas.
Las mismas transnacionales que explotan a los trabajadores estadounidenses también violan los derechos laborales en el resto del mundo con el apoyo de la política exterior imperialista del gobierno estadounidense. Por eso enviamos toda nuestra solidaridad a la clase trabajadora estadounidense en lucha por sus derechos, especialmente a los carpinteros del Estado de Washington. ¡Su lucha es también nuestra!
Argentina: Rubén «Pollo» Sobrero, Secretario General Unión Ferroviaria Seccional Oeste
Mónica Schlottahuer, Delegada ferroviaria y diputada nacional de Izquierda Socialista-FITU
Pablo Almeida, Delegado General del Ministerio de Economía. Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y Legislador de Izquierda Socialista/FITU de Ciudad de Buenos Aires.
Angélica Lagunas, ex Diputada por Neuquén de Izquierda Socialista y el FITU, dirigente sindical docentes
Mónica Méndez, secretaria de Organización y Finanzas de la Cicop (Asociación Sindical de Profesionales de Salud, provincia de Buenos Aires)
Mariana Scayola (Secretario General comisión directiva Ademys-docentes de Ciudad de Buenos Aires)
Jorge Adaro (Secretario Adjunto – Ademys-docentes de Ciudad de Buenos Aires)
Brasil: Pedro Rosa, dirigente del Sintuff y la Fasubra (Federación trabajadores de las Universidades)
Adriano Dias, oposição Correios e coordenação da CSP-CONLUTAS RJ
Diego Vitello, diretor do Sindicato dos Metroviários de SP e Coordenador da CSP-CONLUTAS
Estado Español: Josep Lluis del Alcázar. Delegado sindical de enseñanza pública. Militante de Lucha Internacionalista. Barcelona
México: Jesús Torres Nuño, ex secretario general del Sindicato de Euzkadi
Panamá: Priscilla Vásquez, dirigente nacional de los Trabajadores del Seguro Social
Venezuela: Orlando Chirino, dirigente nacional del PSL y de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura), José Bodas, Secretario General de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela.
Turquía: Sedat Durel, Secretario General del Sindicato de los trabajadores revolucionarios de la telecomunicación y de centro de llamados; Atakan Çiftçi, delegado del Sindicato de los trabajadores de educación y de ciencia
Escribe Miguel Angel Hernández, dirigente del PSL de Venezuela y la UIT-CI
Se cumplen dos décadas de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono. Este aniversario coincide con la salida estrepitosa de las fuerzas armadas estadounidenses de Afganistán, país que fue invadido por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN a consecuencia de aquel acontecimiento.
Para millones de personas en todo el mundo todavía están frescas las imágenes de los aviones impactando en los símbolos del poder financiero y militar del imperialismo norteamericano, que produjeron más de 3000 muertos y miles de heridos.
En una declaración que la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) publicó a pocos días de los ataques, se repudiaban estos atentados terroristas, y se lamentaban las miles de muertes de personas inocentes; en aquel comunicado explicábamos las razones de nuestro repudio:
“No compartimos esas acciones porque causan confusión entre las masas, en primer lugar de los trabajadores y el pueblo estadounidense que no logran identificar el verdadero rol criminal de su gobierno imperialista…porque además el imperialismo y sus aliados las está utilizando para justificar nuevas agresiones”. (“El día que el imperio tembló”, Correspondencia Internacional, No. 16, septiembre-diciembre de 2001).
En aquellos días el gobierno norteamericano de George Bush aprovechó el dolor y el miedo causado por los ataques terroristas para unificar a la opinión pública norteamericana y a las potencias imperialistas europeas, e iniciar una supuesta guerra contra el terrorismo que no fue otra cosa que una vuelta de tuerca a su política de agresión contra los pueblos del mundo. Eran los días de la profundización de la lucha del pueblo palestino contra el Estado genocida y racista de Israel. En septiembre del año anterior se había iniciado la segunda Intifada (levantamiento) que culminó en el año 2005, y de la masiva protesta contra el G8 en Génova, Italia, como parte del movimiento antiglobalización que había surgido en 1999 en Seattle, y que expresaba el odio de millones de trabajadoras y trabajadores del mundo contra las principales potencias imperialistas, agrupadas en ese organismo.
Advertíamos que el imperialismo norteamericano junto a sus aliados se preparaba para utilizar los atentados como justificación para arreciar sus ataques a los pueblos, y salirle al paso a las protestas y luchas que se daban en distintos lugares del planeta, en particular en el Medio Oriente.
Rechazábamos la llamada eufemísticamente “guerra contra el terrorismo” y decíamos que de nuevo iban hacia un fracaso como efectivamente sucedió en Irak, de donde salieron con las tablas sobre la cabeza en el 2011, en un proceso de retirada de tropas que se había iniciado en el 2007. Y ahora, este mismo año con la dura derrota en Afganistán, cuyas imágenes difundidas en los medios y redes sociales recordaban su salida en 1975 de Vietnam.
Quien siembra odio cosecha tempestades
Pero más allá del rechazo a los métodos terroristas que no compartimos, decíamos que el verdadero responsable de esos ataques era el imperialismo norteamericano que con su política permanente de agresión militar, económica y política, incrementaba el odio de los pueblos del mundo.
A lo largo de la historia Estados Unidos ha ido acumulando un gran odio y repudio mundial a sus crímenes e injerencia permanentes en los asuntos internos de los distintos países, con el objetivo de mantener su dominación política y económica como líder del sistema capitalista-imperialista mundial.
Los inéditos atentados a los símbolos del poder económico y militar de Estados Unidos, hace ya 20 años, reflejaban de forma distorsionada y atroz, la resistencia de los pueblos del mundo contra la injerencia y los crímenes del imperialismo norteamericano, expresados de manera dramática en acontecimientos como las bombas atómicas lanzadas contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, donde más 250 mil personas habían muerto a finales de 1945 a consecuencia de las deflagraciones. De hecho, Estados Unidos es el único país que ha lanzado bombas atómicas contra seres humanos. La guerra de Corea que dejó un saldo de 1.500.000 personas asesinadas y 700 mil desaparecidos. La intervención militar en Vietnam que produjo la muerte de unos 2 millones de vietnamitas. Una intervención que se extendió a toda Indochina dejando 300 mil muertos en Camboya y otros 200 mil en Laos. El apoyo y financiamiento de la CIA a los “contras” en la revolución nicaragüense; el respaldo al golpe en el Chile de Allende en 1973; la promoción de las dictaduras genocidas en el cono sur de Sudamérica; la invasión a Panamá en 1989; el apoyo irrestricto y permanente al genocidio perpetrado contra el pueblo palestino por parte del Estado racista de Israel, son sólo algunas muestras de los crímenes del imperialismo norteamericano, que han generado el odio de los pueblos contra ese país, y que explican los atentados de septiembre del 2001.
Rechazamos toda invasión o agresión del imperialismo, pero también repudiamos las acciones terroristas aisladas de la movilización de las trabajadoras, trabajadores y los pueblos del mundo.
20 años después de los atentados y de la invasión a Afganistán, y luego a Irak (2003), el imperialismo norteamericano y sus aliados de la OTAN fracasaron. Otras derrotas del imperialismo que muestran que su crisis política, económica y militar se profundiza. Como sucedió en 1975 en Vietnam, tuvieron que salir de Irak primero, y ahora de Afganistán, dejando un país en ruinas, con millones de pobres y con la vuelta del régimen ultra reaccionario del talibán.
Mientras exista y siga en pie este sistema oprobioso de desigualdad, miseria y ajustes contra los pueblos, seguirá rondando el fantasma de las guerras, las crisis económicas y atentados como los del 11 de septiembre de 2001.
Reafirmamos que la única salida es luchar masivamente para terminar con el sistema capitalista-imperialista, y lograr su verdadera superación que es el socialismo, con democracia para la clase trabajadora y los pueblos explotados en todo el mundo.
El Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) y la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), convocan a un Paro General para este miércoles 15 de septiembre. Docentes, taxistas, trabajadores de la Universidad del Trabajo del Uruguay, peones y trabajadores del transporte, entre otros, adherirán al paro.
Las centrales sindicales convocan a este Paro General en el marco de un fuerte ajuste del gobierno de Lacalle Pou, quien asumió en 2020 previo a los primeros casos de Covid-19 en el país. Ni bien asumió, el gobierno lanzó medidas de ajuste con la Ley de Urgente Consideración que impulsó los primeros recortes en el gasto público. En medio de la pandemia, continuó con las medidas de ajuste llevando al parlamento la ley de presupuesto para el próximo periodo donde prevé un fuerte ajuste en el sector público considerando una inflación acumulada mentirosa.
Mientras se ajusta en salud y educación, destinando casi 0% al gasto público, sumado a recortes salariales y pérdida de fuentes de trabajo y una inflación proyectada que superaría por más de 3 puntos a lo anunciada por el gobierno, Lacalle Pou priorizó el aumento de su dieta como presidente y una serie de medidas que privilegian al sector privado de los bancos.
Con estas medidas se disparó el índice de trabajadores, trabajadoras, mujeres, niños y niñas que quedaron por debajo de la línea de pobreza. El incremento en los precios de la canasta básica familiar, y el peligro que corren las empresas públicas por falta de financiamiento estatal, constituyen el plan de ajuste antipopular que promueve el gobierno de Lacalle Pou.
En este marco, las centrales sindicales convocan a un paro, donde se prevé que lo único que no será interrumpido es el transporte, aunque con la adhesión de la Unott (Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte). Será una jornada de exigencia al gobierno por salario, trabajo digno, vivienda y en defensa del sector público, de la salud y la educación.
Prensa UIT
14 de Septiembre 2021
En el marco de las elecciones en Argentina, Frank Garcia Hernández, uno de los detenidos por el régimen cubano durante las protestas del 11 de Julio, dirigió un saludo al diputado nacional por Izquierda Socialista que en su momento se había pronunciado contra su prisión exigiendo su inmediata libertad. “Emotivas palabras del camarada Giordano hace exactamente dos meses. Ahora es mi turno solidario. ¡A votar por Giordano y todes les camarades marxistas en Argentina!”