Escriben Lucha Internacionalista (Estado español), Movimiento Alternativa Socialista (Portugal), Partido de la Democracia Obrera – IDP (Turquía), Movimiento Liga Marxista Revolucionaria (Italia), secciones de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional.
26/06/2024. Las elecciones al Parlamento europeo han dejado algunas reflexiones: el aumento de la abstención como consecuencia de un alejamiento creciente de trabajadores y jóvenes de las instituciones y de los partidos en los que se ven representados/as, mientras se deterioran seriamente las condiciones de vida: caída de los salarios y las pensiones, precariedad en el empleo, recortes en los servicios públicos, dificultades de acceso a la vivienda.
Una abstención que castiga más los partidos de la izquierda parlamentaria y permite un avance la derecha (el PP europeo) y especialmente la extrema derecha (tanto el CRE de Meloni o ID de Le Pen), que capitaliza parte del descontento de sectores de clases medias empobrecidas y un sector de la clase obrera, como ya ocurrió en las movilizaciones agrarias. La extrema derecha se ha visto beneficiada del militarismo que han abrazo los gobiernos europeos y el endurecimiento de la política migratoria que hacía suyo sus postulados reaccionarios.
Se ha votado también contra los gobiernos, que son los que han aplicado los planes de ajuste contra trabajadores y sectores populares. Los grupos parlamentarios socialistas y de La Izquierda se mantienen, en general pierden cuando están en el gobierno y crecen desde la oposición. Los grandes damnificados han sido los liberales y los verdes que habían tenido un alza importante en el 2019.
Esta combinación de factores ha tenido su máxima expresión en la crisis en los gobiernos en el corazón la Unión europea: Alemania y Francia, también en Bélgica, donde cae el primer ministro.
Macron, que cae 10 escaños, convocó a elecciones generales para el próximo 30 de junio y 7 de julio en segunda vuelta. Las grandes movilizaciones de los chalecos amarillos, la lucha contra su reforma de pensiones y finalmente las movilizaciones del campo, habían hecho caer su popularidad. Ante el genocidio palestino Macron se situó al lado del estado sionista y reprimió las manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino. El Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen sube 12 como primera fuerza política, también remonta el PS y sube La France Insoumise.
En Alemania la crisis de Gobierno es fuerte. Los dos principales partidos el Socialdemócratas y los Verdes pasan a tercera y cuarta fuerza política tras de la derecha del CDU y la extrema derecha de AFD, que fue primera fuerza en los 5 estados del este alemán. La socialdemocracia del canciller Olaf Scholz obtiene un nuevo mínimo histórico 13’9% de los votos. Con la economía en recesión, con huelgas en defensa de salarios y con una política completamente alineada con el Estado sionista, el Gobierno ha reprimido duramente las protestas propalestinas, esencialmente en universidades.
Los resultados electorales no hacen peligrar los acuerdos entre grupos que regían para el reparto de cargos en las instituciones europeas, pero la crisis que se abre en los dos países centrales atraviesa toda la UE, y es también el reflejo de la que está atravesando los imperialismos de la UE que van perdiendo terreno ante las otras grandes potencias.
¿Cómo parar la extrema derecha?
La extrema derecha, aunque no crece tanto como preveían las encuestas, ha obtenido el 24’3% de los votos. Retroceden donde han gobernado como Polonia. En Francia, la misma noche electoral se producía una manifestación contra la extrema derecha. Aunque no estamos ante el fascismo como en los años 30, no hay que minimizar la amenaza que la extrema derecha supone contra salarios y pensiones, contra los y las trabajadoras migrantes, contra los derechos democráticos de la mujer o de colectivos LGBTI, contra la educación y la sanidad pública, contra las medidas obtenidas para frenar la destrucción ambiental capitalista… Lo estamos viendo en forma de motosierra con Milei o con otras formas de Meloni.
A los gobiernos de extrema derecha se los enfrenta con la movilización como se está haciendo en Argentina con dos huelgas generales, o contra la Ley de Bases y la represión. Y construyendo una alternativa anticapitalista y de ruptura como hacen nuestros compañeros de Izquierda Socialista con el Frente de la Izquierda y los Trabajadores Unidad.
¿Pero cómo parar el avance de la extrema derecha? En Francia, la izquierda parlamentaria firmó un acuerdo de Nuevo Frente Popular (NFP): La France Insoumise, El Partido Comunista Francés, el Partido Socialista, Plaza Pública, Generación-s, Izquierda republicana y la Izquierda Ecosocialista. A ese acuerdo adhirió el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA-A). Contaría con el apoyo de organizaciones sindicales y de ONG.
La presencia entre los candidatos del NFP de François Hollande quien fuera presidente de Francia entre 2012 y 2017, es toda una declaración de intenciones. Las medidas que votaron esos gobierno esos supuestos gobiernos de izquierdas supeditan los intereses obreras a los de la gran patronal, han aplicado políticas racistas y represivas contra los y las trabajadoras migrantes y abierto la puerta a la extrema derecha. El programa no pasa de reformas que figuraron en otros programas y que no se aplican cuando se estuvo en el gobierno Ya anunciaron que se preparan para la cohabitación con Macron caso de ganar las elecciones. Sin medidas de ruptura con los intereses de la gran patronal no hay cambio real. Por ello, son parte del problema, no de la solución. Y es ese callejón sin salida a la que conducen las políticas de los supuestos gobiernos progresistas de la Unión Europea (como Alemania, el Estado español, antes Portugal o Syriza en Grecia quienes abrieron la puerta al ascenso de la extrema derecha. Por ello es aun más nefasto que el NPA-A, partido que se reclama del trotskismo, avale el NFP. Y su principal figura pública Philippe Poutou esté de candidato.
Es precisa la unidad, pero para la movilización contra los gobiernos –sean del color que sean- que aplican la austeridad contra los y las trabajadores y pensionistas, las políticas contra la inmigración o que son cómplices con el genocidio palestino. Sólo abriendo una perspectiva para la solución efectiva de las justas demandas de la clase obrera y los sectores populares, bloquearemos la penetración de la extrema derecha en los barrios.
También es necesaria la unidad, pero para construir una alternativa anticapitalista al servicio de las luchas, comprometida con la construcción de un sindicalismo combativo, que levante un plan económico obrero de urgencia ante la crisis, por gobiernos de los y las trabajadoras. Un paso en ese sentido en Francia hubiera sido la formación de un frente a partir de las organizaciones que se reclaman del trotskismo.
Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
26/6/2024. Desde hace años, Kenia es ahorcada por el FMI. El parlamento aprobó el presupuesto fiscal con el que, el gobierno de William Ruto, busca aumentar impuestos a alimentos y combustibles para pagar los vencimientos de deuda externa al FMI. Ante ello miles salieron a las calles a oponerse. La policía en su represión, asesina a 17 manifestantes, Ruto envía a 600 policías a Haití para comenzar la intervención militar. ¡Abajo el presupuesto de Ruto y el FMI! ¡Basta de reprimir! ¡Fuera la policía keniana de Haití!
Kenia tiene más de 54 millones de habitantes, de los cuales, 31 millones viven en la pobreza y el 73% sufre graves dificultades financieras o no consigue llegar a fin de mes. En este marco, aumento de los artículos de primera necesidad por la aplicación de aumento impositivo empujaría aún más a los trabajadores kenianos al hambre y la pobreza.
A poco de asumir, el gobierno de Ruto aplicó en septiembre del 2022 fuertes medidas de austeridad anulando los subsidios a la harina y al combustible. En Julio del 2023, aplico un impuesto del 1,5% sobre la vivienda y duplicó el IVA sobre el combustible del 8% al 16% llevando el litro de gasolina súper a 212,36 chelines (1,6 USD) (1) a fines del 2023. Ante esta situación, en julio de 2023, se desarrollaron enormes movilizaciones contra el aumento del costo de la vida. La política del gobierno fue reprimir brutalmente, cientos de detenidos y decenas de asesinados que quedaron en la impunidad (2). Las cosas no cambiaron, Ruto sigue su política y vuelve a la carga para ajustar al pueblo y pagarle al FMI. Mientras, la rabia crece ante la impunidad de los grandes empresarios que evaden impuestos y recién enormes beneficios tributarios por parte del gobierno.
William Ruto: perro faldero del imperialismo y el FMI
El gobierno le mete la mano en el bolsillo de los trabajadores empobrecidos para pagar los intereses de la deuda externa, pidiendo más deuda externa. Mientras aumenta los precios de los productos de primera necesidad, Kenia liquidó 560 millones de dólares (72 mil millones de chelines) del eurobono de 2014 utilizando una parte de los ingresos de un préstamo del Banco Mundial de 1,2 mil millones de dólares que habían recibido a fines de mayo (3). Este ciclo vicioso y saqueador, lejos de resolver el problema, lo empeora aún más. El columnista de Nation.África, Macharia Gaitho, describió la situación el pasado 3 de junio: “Parece que nuestros mandarines del Tesoro Nacional y del Banco Central son meros perros falderos de las instituciones de Bretton Woods, que copian y pegan demandas que constituyen los elementos centrales de otro proyecto de ley de finanzas polémico y totalmente objetable”.
Rebelión popular contra el impuestazo
Como toda esta política no les fue suficiente, el jueves 25 de junio, el Parlamento aprobó, con 195 votos a favor, 106 en contra y tres nulos, el presupuesto 2024/25. Su único objetivo es recaudar 2.700 millones de dólares adicionales y pagar así el resto de los vencimientos de deuda externa que asciende a unos 3.500 millones de dólares, el 68% de PBI de Kenia.
El proyecto de Ley presentado buscaba un incremento del 5% las tasas que gravan las transferencias bancarias y pagos a través del teléfono móvil, un aumento del 16% al impuesto sobre el pan y del 25% al aceite vegetal, un cargo adicional del 2,75% para los asalariados inscritos en el plan nacional de seguro médico y un impuesto anual del 2,5% para los vehículos. Con el crecimiento de las movilizaciones, el martes 18 el gobierno retiró algunos artículos, como el pan o las transacciones bancarias, del proyecto de presupuesto. Pero era demasiado tarde. Las movilizaciones en Nairobi, la capital, no pararon y llegaron al parlamento el día de su aprobación para demostrar toda la bronca y radicalidad de la juventud que ya no está dispuesta a pagar la crisis que los gobiernos y grandes capitalistas han provocado.
Una gran movilización llegó a las cercanías del parlamento, rodeados de policías. «Utilizaremos otras formas de llegar al Parlamento y ocuparlo», “¡No modifiques, rechaza! ¡Ruto debe irse!” insistían los jóvenes movilizados, exigiendo a los diputados que rechacen el proyecto. Los miles de jóvenes enfrentaron a la represión de la policía que quedó desbordada y algunos de ellos lograron ingresar al parlamento dando rienda suelta a la bronca y el descontento pero no lograron impedir la aprobación del proyecto. La represión fue brutal. Algunas organizaciones denuncian que la represión policial dejó 17 muertos, 86 heridos y 52 detenidos.
En un mensaje televisivo, el presidente William Ruto defendió la represión bajo la supuesta defensa de la democracia de un supuesto ataque sin precedentes al estado de derecho y sus instituciones y dispuso la intervención militar en Nairobi para controlar la movilización “cueste lo que cueste”. La lucha no está perdida. La movilización debe continuar junto a la movilización de las organizaciones sindicales y políticas del pueblo pobre junto a la juventud para impedir que Ruto proclame la Ley aprobada por el parlamento. Por el camino de la movilización y la huelga de los trabajadores se puede derrotar al gobierno y romper con el FMI desconociendo los pagos de la deuda externa. Es necesario dejar de pagar la deuda externa y exigir aumentos de salarios y jubilaciones y medidas concretas contra el costo de la vida como la eliminación total del IVA de la canasta básica y que se garanticen los fondos necesarios para el trabajo, la salud y la educación del pueblo trabajador.
¡Fuera las tropas keniana de Haití! ¡No a la intervención imperialsita!
El gobierno, a orden del imperialismo, mientras asesinaba a 17 manifestantes y disponía la militarización de Nairobi, comenzó el envío de tropas policiales hacia Haití para ejecutar una nueva intervención militar sobre castigado país caribeño. La nueva intervención militar se da luego del fracaso del gobierno de facto de Ariel Henry, que no puedo controlar la gansterización del país en manos de delincuentes y mafiosos armados. El nuevo Consejo Presidencial formado por los partidos burgueses PHTK y Lavalas, luego de la salida de Henry, junto a la Comunidad del Caribe (CARICOM), la ONU y el imperialismo yanqui y francés financiarán las tropas enviadas por Kenia y otros países africanos para replicar, esta vez sin Canadá ni Brasil, el MINUSTAH. Esta política no busca resolver los problemas de la isla, su objetivo es sostener la intervención militar colonialista que les devuelva el control a los capitalistas y cuidar así sus ganancias y el saqueo de la isla al servicio del imperialismo y las multinacionales. Como venimos denunciando, junto a las compañeras y compañeros del Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores de Republica Dominicana (4) y el MST-Rozo de Haití, rechazamos la militarización imperialista que impulsa el gobierno de Joe Biden sobre Haití y llamamos fraternalmente a las y los luchadores que se movilizan en Kenia a que exijamos juntos el inmediato retiro de todas las tropas policiales que el criminal presidente Ruto a enviado a Haití. ¡Fuera las tropas kenianas de Haití! ¡Fuera el imperialismo yanqui y el FMI de Kenia! ¡Por la unidad de las luchas de los pueblos contra los planes de hambre y represión del imperialismo y los gobiernos!
¡Solidaridad con el pueblo trabajador de Kenia! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores (UIT-CI) apoyamos al pueblo trabajador de Kenia que enfrenta legítimamente a su gobierno y las políticas hambreadora del FMI. Llamamos a los pueblos del mundo a repudiar la represión y la militarización a la vez que exigimos justicia por los manifestantes asesinados y el inmediato castigo a los responsables materiales y políticos. ¡Viva la lucha del pueblo trabajador de Kenia! ¡Abajo el presupuesto de Ruto y el FMI! ¡Basta de Represión! ¡Justicia para los caídos y castigo a los culpables!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
25 de junio de 2024
Referencias:
1 – El uso de queroseno cae un 39% mientras los altos precios asfixian a los hogares – John Mutua – natión.africa.com – 24 de junio 2024
2 – Denuncian decenas de muertos durante protestas en Kenia – Cara Anna, Evelyne Musambi y Brian Inganga – AP’s Global Desk – 20 de Julio de 2023
3 – Kenia paga deuda de eurobonos por 72.000 millones de chelines utilizando efectivo del Banco Mundial – Charles Mwaniki – Natión.África.com – 24 de junio de 2024
4 – Ver declaración del MST-RD en https://mst-rd.org/2024/06/17/no-a-las-tropas-africanas-y-del-caricom-en-haiti
Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
26/06/2024. El fundador de la agencia informativa WikiLeaks, Julian Assange, se declaró culpable de un delito de espionaje como parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos que le permitirá recuperar la libertad tras una batalla judicial de más de una década para evitar ser extraditado a ese país.
Assange salió el lunes de la prisión de Belmarsh, en Londres, después de 1.901 días recluido en una pequeña celda, lo que incluso afectó su salud, y se presentará ante un juzgado en las islas Marianas de Estados Unidos en el Pacífico. Al declararse culpable, con 62 meses de cárcel, será liberado porque ya cumplió más de 70 meses en Londres. Y volverá a su país, Australia.
Assange, cuando dirigía WikiLeaks, reveló miles de secretos militares yanquis de los crímenes de guerra en Irak y Vietnam, cuando estaban invadidos por Estados Unidos, entre ellos videos donde los militares norteamericanos asesinaban personas, incluso periodistas. También reveló datos sobre detenidos injustamente en la base yanqui de Guantánamo en Cuba. Assange fundó en 2006 el sitio web Wikileaks, que afirma haber publicado más de 10 millones de documentos, incluidos muchos informes oficiales confidenciales o restringidos relacionados con la guerra, el espionaje y la corrupción.
Una de las filtraciones más destacadas se produjo en 2010, cuando publicó un video filmado desde un helicóptero militar estadounidense que mostraba la matanza de 18 civiles en Bagdad, Irak. Una voz en la grabación instaba a los pilotos a «quemarlos a todos» y desde el helicóptero se disparó contra las personas en la calle.
La difusión de estas informaciones con detalles de los crímenes de guerra de los imperialistas invasores yanquis, evidentemente aumentaron el repudio mundial a Estados Unidos.
Assange pasó 7 años exiliado en la embajada ecuatoriana en Londres y de ahí, fue extraditado y encarcelado en una cárcel en Londres, mientras Estados Unidos seguía los trámites para su extradición a una cárcel yanqui. El objetivo obvio era escarmentar a cualquier periodista del mundo que quisiera mostrar los “secretos” de los crímenes yanquis.
Esta libertad de Assange, después que pretendieran condenarlo a 175 años de cárcel, es un triunfo del reclamo mundial por su liberación y muestra la crisis de Estados Unidos que trata de justificarse con la ridícula “culpabilidad” de Assange por revelar sus crímenes “secretos”.
Desde la UIT-CI siempre reclamamos por su libertad y repudiamos los crímenes genocidas del imperialismo yanqui, que hoy se repiten en Gaza con su instrumento de Israel.
Escribe Prensa UIT-CI
Compartimos el artículo de Ilian Pappé publicado originalmente por New Left Review el pasado 21 de junio. Este artículo es un aporte para comprender la resistencia del pueblo palestino para miles de luchadoras y luchadores en todo el mundo. Ilan Pappé es un reconocido historiador israelí, que siempre ha denunciado la implantación de Israel en tierra palestina expulsando a su población originaria. Por eso ha sido perseguido y vive, desde hace años, en el Reino Unido.
El ataque de Hamás del 7 de octubre puede compararse con un terremoto que golpea un edificio antiguo. Las grietas ya empezaban a notarse, pero ahora son visibles en sus propios cimientos. Más de 120 años desde su inicio, ¿podría el proyecto sionista en Palestina –la idea de imponer un Estado judío a un país árabe, musulmán y de Oriente Medio– enfrentarse a la perspectiva del colapso?
Históricamente, una gran cantidad de factores pueden hacer que un estado se hunda. Puede ser el resultado de constantes ataques de países vecinos o de una guerra civil crónica. Puede suceder con el colapso de las instituciones públicas, que se vuelven incapaces de brindar servicios a los ciudadanos. A menudo comienza como un lento proceso de desintegración que cobra impulso y luego, en un corto período de tiempo, derriba estructuras que alguna vez parecieron sólidas y firmes.
La dificultad radica en detectar los primeros indicadores. Aquí sostendré que estos son más claros que nunca en el caso de Israel. Estamos siendo testigos de un proceso histórico –o, más exactamente, del comienzo de uno– que probablemente culminará con la caída del sionismo. Y, si mi diagnóstico es correcto, entonces también estamos entrando en una coyuntura particularmente peligrosa. Porque una vez que Israel se dé cuenta de la magnitud de la crisis, desatará una fuerza feroz y desinhibida para tratar de contenerla, como lo hizo el régimen de apartheid sudafricano durante sus últimos días.
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Un primer indicador es la fractura de la sociedad judía israelí. Actualmente se compone de dos bandos rivales que no logran encontrar puntos en común. La brecha surge de las anomalías al definir el judaísmo como nacionalismo. Si bien la identidad judía en Israel a veces ha parecido poco más que un tema de debate teórico entre facciones religiosas y seculares, ahora se ha convertido en una lucha sobre el carácter de la esfera pública y el Estado mismo. Esto se combate no sólo en los medios sino también en las calles.
Uno de los campos puede denominarse «Estado de Israel». Está compuesto por judíos europeos más seculares, liberales y en su mayoría, pero no exclusivamente, de clase media y sus descendientes, que desempeñaron un papel decisivo en el establecimiento del Estado en 1948 y permanecieron hegemónicos dentro de él hasta finales del siglo pasado. No se equivoquen: su defensa de los «valores democráticos liberales» no afecta su compromiso con el sistema de apartheid que se impone, de diversas maneras, a todos los palestinos que viven entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. Su deseo básico es que los ciudadanos judíos vivan en una sociedad democrática y pluralista de la que los árabes estén excluidos.
El otro campo es el «Estado de Judea», que se desarrolló entre los colonos de la Cisjordania ocupada. Goza de niveles cada vez mayores de apoyo dentro del país y constituye la base electoral que aseguró la victoria de Netanyahu en las elecciones de noviembre de 2022. Su influencia en las altas esferas del ejército y los servicios de seguridad israelíes está creciendo exponencialmente. El Estado de Judea quiere que Israel se convierta en una teocracia que se extienda a toda la Palestina histórica. Para lograrlo, está decidido a reducir el número de palestinos al mínimo indispensable y contempla la construcción de un Tercer Templo en lugar de Al-Aqsa. Sus miembros creen que esto les permitirá renovar la era dorada de los Reinos Bíblicos. Para ellos, los judíos seculares son tan heréticos como los palestinos si se niegan a unirse a este esfuerzo.
Los dos bandos habían comenzado a chocar violentamente antes del 7 de octubre. Durante las primeras semanas después del asalto, parecieron dejar de lado sus diferencias frente a un enemigo común. Pero esto fue una ilusión. Los combates callejeros se han reavivado y es difícil ver qué podría lograr la reconciliación. El resultado más probable ya se está desarrollando ante nuestros ojos. Más de medio millón de israelíes, en representación del Estado de Israel, han abandonado el país desde octubre, un indicio de que el país está siendo absorbido por el Estado de Judea. Se trata de un proyecto político que el mundo árabe, y quizás incluso el mundo en general, no tolerará en el largo plazo.
2
El segundo indicador es la crisis económica de Israel. La clase política no parece tener ningún plan para equilibrar las finanzas públicas en medio de conflictos armados perpetuos, más allá de depender cada vez más de la ayuda financiera estadounidense. En el último trimestre del año pasado, la economía se desplomó casi un 20%; Desde entonces, la recuperación ha sido frágil. Es poco probable que la promesa de Washington de aportar 14.000 millones de dólares revierta esta situación. Por el contrario, la carga económica sólo empeorará si Israel cumple su intención de ir a la guerra con Hezbollah y al mismo tiempo aumenta la actividad militar en Cisjordania, en un momento en que algunos países –incluidos Turquía y Colombia– han comenzado a aplicar medidas económicas y sanciones.
La crisis se ve agravada aún más por la incompetencia del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien constantemente canaliza dinero hacia los asentamientos judíos en Cisjordania pero que, por lo demás, parece incapaz de dirigir su ministerio. Mientras tanto, el conflicto entre el Estado de Israel y el Estado de Judea, junto con los acontecimientos del 7 de octubre, está provocando que parte de la élite económica y financiera traslade su capital fuera del estado. Quienes están considerando reubicar sus inversiones constituyen una parte significativa del 20% de los israelíes que pagan el 80% de los impuestos.
3
El tercer indicador es el creciente aislamiento internacional de Israel, a medida que gradualmente se convierte en un Estado paria. Este proceso comenzó antes del 7 de octubre pero se ha intensificado desde el inicio del genocidio. Esto se refleja en las posiciones sin precedentes adoptadas por la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional. Anteriormente, el movimiento global de solidaridad con Palestina logró galvanizar a la gente para que participara en iniciativas de boicot, pero no logró promover la perspectiva de sanciones internacionales. En la mayoría de los países, el apoyo a Israel siguió siendo inquebrantable entre el establishment político y económico.
En este contexto, las recientes decisiones de la CIJ y la CPI -Corte Internacional de Justicia – (que Israel puede estar cometiendo genocidio, que debe detener su ofensiva en Rafah, que sus líderes deben ser arrestados por crímenes de guerra) deben verse como un intento de prestar atención a las opiniones de la sociedad civil global, en lugar de simplemente reflejar la opinión de la elite. Los tribunales no han aliviado los brutales ataques contra el pueblo de Gaza y Cisjordania, pero han contribuido al creciente coro de críticas dirigidas al Estado de Israel, que provienen cada vez más tanto de arriba como de abajo.
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El cuarto indicador, interconectado, es el cambio radical entre los jóvenes judíos de todo el mundo. Tras los acontecimientos de los últimos nueve meses, muchos ahora parecen dispuestos a deshacerse de su conexión con Israel y el sionismo y participar activamente en el movimiento de solidaridad palestino. Las comunidades judías, particularmente en Estados Unidos, alguna vez brindaron a Israel inmunidad efectiva contra las críticas. La pérdida, o al menos la pérdida parcial de este apoyo tiene implicaciones importantes para la posición global del país. AIPAC (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel) todavía puede confiar en los sionistas cristianos para brindar asistencia y reforzar su membresía, pero no será la misma organización formidable sin un electorado judío significativo. El poder del lobby se está erosionando.
5
El quinto indicador es la debilidad del ejército israelí. No hay duda de que las FDI (Fuerzas de Defensa Israeli) siguen siendo una fuerza poderosa con armamento de última generación a su disposición. Sin embargo, sus limitaciones quedaron expuestas el 7 de octubre. Muchos israelíes sienten que los militares fueron extremadamente afortunados, ya que la situación podría haber sido mucho peor si Hezbollah se hubiera unido en un ataque coordinado. Desde entonces, Israel ha demostrado que depende desesperadamente de una coalición regional, encabezada por Estados Unidos, para defenderse de Irán, cuyo ataque de advertencia en abril vio el despliegue de alrededor de 170 drones más misiles balísticos y guiados. Más que nunca, el proyecto sionista depende de la rápida entrega de enormes cantidades de suministros por parte de los estadounidenses, sin los cuales no podría ni siquiera luchar contra un pequeño ejército guerrillero en el sur.
Actualmente existe entre la población judía del país una percepción generalizada de la falta de preparación y la incapacidad de Israel para defenderse. Ha generado una gran presión para eliminar la exención militar para los judíos ultraortodoxos – vigente desde 1948 – y comenzar a reclutarlos por miles. Esto difícilmente supondrá una gran diferencia en el campo de batalla, pero refleja la magnitud del pesimismo sobre el ejército, que a su vez, ha profundizado las divisiones políticas dentro de Israel.
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El indicador final con las energías renovadas de la generación más joven de palestinos. Están mucho más unidos, conectados orgánicamente y con más claridad acerca de sus perspectivas que la élite política palestina. Dado que la población de Gaza y Cisjordania se encuentra entre las más jóvenes del mundo, esta nueva cohorte tendrá una inmensa influencia en el curso de la lucha de liberación. Las discusiones que tienen lugar entre grupos de jóvenes palestinos muestran que están preocupados por establecer una organización genuinamente democrática –ya sea una OLP (Organización para la liberación Palestina) renovada o una completamente nueva– que persiga una visión de emancipación que sea la antítesis de la campaña de la Autoridad Palestina para el reconocimiento como entidad estado. Parecen estar a favor de una solución de un solo Estado al desacreditado modelo de dos Estados.
¿Podrán dar una respuesta eficaz al declive del sionismo? Esta es una pregunta difícil de responder. Al colapso de un proyecto estatal no siempre le sigue una alternativa más brillante. En otras partes del Medio Oriente –en Siria, Yemen y Libia– hemos visto cuán sangrientos y prolongados pueden ser los resultados. En este caso, se trataría de descolonización, y el siglo anterior ha demostrado que las realidades poscoloniales no siempre mejoran la condición colonial. Sólo la acción de los palestinos puede llevarnos en la dirección correcta. Creo que, tarde o temprano, una fusión explosiva de estos indicadores resultará en la destrucción del proyecto sionista en Palestina. Cuando esto suceda, debemos esperar que exista un movimiento de liberación sólido para llenar el vacío.
Durante más de 56 años, lo que se denominó “proceso de paz” –un proceso que no condujo a ninguna parte– fue en realidad una serie de iniciativas estadounidenses-israelíes ante las cuales se pidió a los palestinos que las aceptaran. Hoy, la «paz» debe ser reemplazada por la descolonización, y los palestinos deben ser capaces de articular su visión para la región, mientras se pide a los israelíes que la acepten. Esta sería la primera vez, al menos en muchas décadas, que el movimiento palestino tomaría la iniciativa al exponer sus propuestas para una Palestina poscolonial y no sionista (o como se llame la nueva entidad). Al hacerlo, probablemente mirará a Europa (quizás a los cantones suizos y al modelo belga) o, más acertadamente, a las viejas estructuras del Mediterráneo oriental, donde los grupos religiosos secularizados se transformaron gradualmente en etnoculturales que vivían uno al lado del otro, en el mismo territorio.
Ya sea que la población tome esta idea, el colapso de Israel se ha vuelto previsible. Esta posibilidad debería ser parte de la conversación a largo plazo sobre el futuro de la región. Se incorporará a la agenda a medida que la gente se dé cuenta de que el intento de un siglo de duración, liderado por Gran Bretaña y luego Estados Unidos, de imponer un Estado judío en un país árabe está llegando lentamente a su fin. Tuvo suficiente éxito como para crear una sociedad de millones de colonos, muchos de ellos ahora de segunda y tercera generación. Pero su presencia todavía depende, como cuando llegaron, de su capacidad para imponer violentamente su voluntad a millones de pobladores originarios, que nunca han abandonado su lucha por la autodeterminación y la libertad en su tierra natal. En las próximas décadas, los colonos tendrán que abandonar este enfoque y mostrar su voluntad de vivir como ciudadanos iguales en una Palestina liberada y descolonizada.
Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
24/06/2024. Se realizó un acto de recordación (foto) del compañero y dirigente Muhittin Karkın a un año de su fallecimiento. El acto fue encabezado por su partido IDP (Partido de la Democracia Obrera), sección de la UIT-CI en Turquía.
Falleció el 24 de junio de 2023. Tenía 73 años. Nació en 1950, tenía dos hijos y una nieta. Fue fundador de trotskismo en Turquía. Era integrante del Comité Central, del Partido por la Democracia Obrera (IDP).
Recordamos nuevamente su trayectoria de militancia revolucionaria e internacionalista. Fue dirigente sindical en los años 70. Se hizo trotskista en 1972 y hasta 1979 fue integrante de la IV Internacional (Secretariado Unificado-SU), encabezada por Ernest Mandel. Rompió con la corriente mandelista en el congreso del Secretariado unificado (SU) de 1979, que se realizó en Paris, Francia. La corriente que encabezaba Nahuel Moreno, que también estaba en la IV-SU y se denominaba la Fracción Bolchevique (FB)- En las vísperas de ese congreso, la FB rompió con la IV(SU), porque su conducción, en manos del mandelismo y del SWP de los Estados Unidos apoyó la expulsión de Nicaragua de la Brigada de combatientes Simón Bolívar. Expulsión realizada, en agosto de 1979, por el gobierno burgués de conciliación de clases del sandinista Daniel Ortega y Violeta Chamorro, que el mandelismo apoyaba y definía como “obrero y campesino”.
Desde entonces Muhittin Karkin adhirió al morenismo, aunque nunca pudo tener contacto directo con Nahuel Moreno. Ese mismo año, Muhittin encabezó la fundación de una organización trotskista en Turquía, el Frente Obrero. En 1980 fue encarcelado por la dictadura que gobernaba entonces, por ser dirigente sindical y trotskista. Fue condenado a muerte dos veces, pero suspendieron su aplicación y quedó en la cárcel por 4 años.
Después de salir de la cárcel trató de reorganizar el movimiento trotskista en Turquía. En 1992 fundó, junto a otros compañeros, un grupo morenista que editaba la revista “Boletín Internacional”, en una situación muy difícil por la represión.
Por su internacionalismo siguió su militancia revolucionaria en el estado español, por casi 20 años, desde la segunda mitad de la década de 90 hasta 2017. Primero en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y luego en Lucha Internacionalista (LI), hoy sección de la UIT-CI.
En 2010, como parte de la dirección de Lucha Internacionalista, tomaron contacto con la UIT-CI y se iniciaron los primeros intercambios políticos que culminaron con la integración, en 2014, de Lucha Internacionalista y el Frente Obrero (ahora IDP) de Turquía, a la UIT-CI. En 2017, Muhittin Karkin volvió a Turquía y se reintegró a IDP y a su Comité Central.
Muhittin Karkin dedicó su vida a la reconstrucción de la Cuarta Internacional, enfrentando a las corrientes oportunistas y sectarias, en los últimos años desde la UIT-CI. Fue un apasionado del movimiento obrero y sus luchas. También hizo parte de la elaboración política de IDP y la UIT-CI con distintos trabajos escritos en su larga trayectoria. Fue un estrecho colaborador de la Correspondencia Internacional (CI). Sus últimos artículos fueron “La cuestión ucraniana y la actitud marxista revolucionaria” (CI N°49, marzo 2022) y “Turquía: unas elecciones históricas” (CI N°52, abril 2023, ver uit-ci.org.com).
Su trayectoria y su legado de socialista revolucionario consecuente quedará de ejemplo para la actual y futura militancia de IDP y de la UIT-CI.
Compañero Muhittin Karkin, ¡Hasta el socialismo siempre!