Grandes carteles anunciando la nueva producción de Netflix aparecieron en Buenos Aires, Rio de Janeiro y en el propio Vaticano. ¿Cómo opera esta película ante la actual crisis de la iglesia?
Escribe José Castillo
La intencionalidad obvia del film es mostrar a un papa Francisco como el papa “progresista” frente al “conservador” Benedicto XVI. Pero más a fondo, como una iglesia unida en sus divisiones es capaz de “cambiar”, “adaptarse a los nuevos tiempos” e incluso integrar a sus sectores más reaccionarios. Inteligentemente, la película no le escapa a mostrar las zonas “débiles” de ambos papas. El “secreto” (que no es tan secreto) de Bergoglio es el cuestionamiento a su accionar durante la dictadura. La “confesión” de Ratzinger es su inacción y encubrimiento de casos de pedofilia y otros abusos sexuales por parte de la jerarquía eclesiástica. Todo se resuelve con el sacramento católico de la confesión y el “arrepentimiento” de los involucrados.
La producción, dirigida por el brasileño Fernando Meirelles (“Ciudad de Dios”, “El jardinero fiel”) cuenta destacadísimas actuaciones de Anthony Hopkins (como Ratzinger) y Jonathan Pryce (Bergoglio), además de una muy buena performance de Juan Minujín como Bergoglio joven.
Los hechos y la ficción
Pilar del sector más conservador y de derecha de la Iglesia Católica, el alemán Joseph Ratzinger llegó en ese carácter al cargo de Papa en 2005, asumiendo como Benedicto XVI. Renunció sorpresivamente en 2013, abrumado por los escándalos, tanto financieros como de encubrimiento de los innumerables casos de pedofilia.
El argentino Jorge Bergoglio lo sucedió, bajo el nombre de Francisco. Pero este nunca fue “progresista”. En los años inmediatos anteriores a su acceso al papado, como jefe de la Iglesia argentina, se opuso violentamente al matrimonio igualitario (al igual que, ya como Papa, lo hizo contra la legalización del aborto). Tampoco estuvo exento, al igual que Ratzinger, de haber encubierto sonados casos de abuso sexual por parte de sacerdotes.
BBC News tituló: “¿Qué es real y qué es ficción en el nuevo éxito de Netflix?”. Probablemente nunca sabremos si existió o no la visita de Bergoglio a Ratzinger que guía toda la película. Pero lo importante es otra cosa: ¿qué rol juega la película en la situación actual de la Iglesia Católica? ¿Por qué es “promovida”, hasta tomar la decisión inédita de que tenga carteles de propaganda incluso dentro de la propia Ciudad del Vaticano? ¿Cómo “opera” esta película?
Un agente del imperialismo en crisis
A lo largo de su historia la Iglesia Católica ha cumplido un rol reaccionario. Estuvo a la cabeza de la “evangelización” y el genocidio de los pueblos originarios de América. Defendió a los reyes, oponiéndose a la Revolución Francesa y a la independencia de los países latinoamericanos.
En el último cuarto del siglo XIX, ya consolidado el poder de la burguesía, ubica como enemigo al socialismo y al marxismo, colocando a la iglesia como aliado estratégico del capitalismo imperialista. En el siglo XX, apoyó a Mussolini, a Hitler, a Franco y a cuánto dictador circulara por el planeta. Hizo silencio ante los genocidios más atroces. Los laicos y sacerdotes que se rebelaron y denunciaron todo esto, fueron silenciados y apartados.
Juan Pablo II jugó un papel central en garantizar la restauración capitalista en el este europeo. Pero el alineamiento con las clases poseedoras, junto con su corrupción interna, los escándalos financieros y los masivos casos de abuso sexual, no le salieron gratis. El catolicismo viene perdiendo millones de fieles año a año.
Ni el imperialismo ni la propia iglesia se podían permitir que, en una Latinoamérica y un Tercer Mundo convulsionados y recorrido por movilizaciones y revoluciones de todo tipo, continuara este debilitamiento. Este fue el motivo profundo de la elección de Francisco, el primer Papa proveniente del Tercer Mundo. Y de su discurso aggiornado a los tiempos modernos. “Los dos papas” es un artefacto más, uno de los mejores sin duda por su calidad artística, de la búsqueda del fortalecimiento de una iglesia en crisis como agente de un capitalismo imperialista también en crisis.
Los socialistas revolucionarios respetamos todas las creencias individuales y el derecho a profesar (o no) una religión. Pero denunciamos el rol reaccionario que sigue cumpliendo la Iglesia Católica. Frente a la cuarta ola del movimiento de mujeres, repudiamos su papel de avanzada de la reacción, junto a otras iglesias, como las evangélicas. Exigimos el castigo en todo el mundo de los aberrantes casos de abuso sexual cometidos por la jerarquía eclesiástica. Y, en países como la Argentina, continuamos peleando por una tarea pendiente: la separación de la Iglesia y el Estado y el fin de los subsidios que otorga millones de pesos a curas, obispos, cardenales y escuelas religiosas.
El Papa es mostrado en la película como alguien que se “arrepiente” de algunas decisiones que tomó en su juventud, cuando fue el responsable de los Jesuitas en la Argentina durante la dictadura. En particular de haber dejado sin protección (al echarlos de la Compañía de Jesús) a los sacerdotes Orlando Yorio y Franz Jalics, que terminarían siendo secuestrados en mayo de 1976.
“Hice lo que pude”, “tal vez debía haber hecho más”, son las expresiones de Francisco ante Ratzinger en el diálogo ficcionado de la película, donde termina “arrepintiéndose” y pidiendo al ex Papa la “absolución”. La idea es que Bergoglio, desde la década del ´80, ya alejado de la dirección de los jesuitas, habría “reflexionado”, “cambiado”, transformándose ahora en un progresista.
Nada más alejado de la realidad. En “Los dos papas” no está que Bergoglio asumió como provincial jesuita en 1973, antes de la dictadura, y participó activamente ya en ese momento contra los sacerdotes y laicos de la iglesia vinculados o cercanos a la izquierda. Tanto en la Universidad de El Salvador como en el Colegio Máximo (las dos instituciones educativas más importantes bajo responsabilidad jesuita) se encargó de “purgar” de marxistas al cuerpo de profesores, reemplazándolos por miembros de la derecha peronista, en particular vinculados a la organización Guardia de Hierro. Esto se profundizó durante la dictadura, cuando en 1977 la propia Universidad de El Salvador otorgó el título de doctor honoris causa al almirante Massera, entonces miembro de la junta militar.
Muchos años después, el actual papa Francisco fue citado como testigo en el juicio de la causa ESMA y se negó sistemáticamente a aportar los nombres de los responsables que conocía. Igualmente, como titular de la Conferencia Episcopal Argentina, también fue el responsable de publicar en 2006 los documentos de la Iglesia durante la época de la dictadura, censurando las partes donde quedaba comprometida como cómplice la cúpula eclesiástica de entonces. También guardó silencio ante las preguntas hechas por Estela de la Cuadra de Fraire durante el juicio al capellán de la policía Christian von Wernich. La hermana de Estela, Elena, había sido secuestrada en 1977 embarazada y dio a luz en cautiverio. La familia logró enterarse de que el bebé había nacido y comenzó a buscarlo, llegando a pedir ayuda en Roma al Superior General de los jesuitas Pedro Arrupe, que le pasó el caso a Bergoglio. El luego Papa Francisco llegó a saber que el bebé había sido apropiado y entregado a una familia por parte de militares vinculados al circuito Camps, donde operaba von Wernich. Sin embargo, interrogado sobre el primer momento en que oyó hablar de apropiamiento de niños, mintió diciendo que fue “en 1985, durante el juicio a las juntas”, desligando a von Wernich. Como vemos, el actual Papa fue partícipe, junto a tantos otros, del ocultamiento de los crímenes de la dictadura incluso en épocas recientes.
A principios de enero, Francisco recibió en el Vaticano al obispo castrense Santiago Olivera. Es el hombre de la Iglesia responsable de la “atención espiritual” de las fuerzas armadas, designado para tal cargo en 2017 por Francisco y un reconocido operador. En la audiencia con el Papa, ambos religiosos coincidieron en el “abuso” de las prisiones preventivas para los genocidas (lo que es falso) y que las mismas son “exageradas”. Para intentar reponer todas estas “injusticias”, el Papa envió a pedido de Olivera, cincuenta crucifijos bendecidos “para que sean enviados a los militares que están presos en la cárcel y a los están en sus casas detenidos” (Ámbito Financiero, 20 enero). La relación de la Iglesia y los militares viene de larga data, el “apoyo espiritual” y la bendición de las armas con las que perseguían y asesinaban fue una constante durante la dictadura1976-1983.
El currículum del ex Papa alemán no tiene desperdicio: miembro de las juventudes hitlerianas, luego no hizo una sola mención de repudio al genocidio perpetrado por los nazis. Su ascenso en la carrera sacerdotal lo llevó a la cúspide la Congregación para la Doctrina de la Fe, nombre que adoptó en los últimos tiempos el tribunal de la Santa Inquisición, conocido históricamente por las aberrantes técnicas de tortura para sacar “confesiones” a los “herejes” (miembros de pueblos originarios que no se dejaban “evangelizar”, “brujas”, judíos, homosexuales, o disidentes de cualquier tipo) que luego eran quemados en la hoguera. Ratzinger fue y es el más firme defensor de cuanta causa ultra-reaccionaria esté dando vuelta por el planeta: se opone al aborto, al divorcio, considera a la homosexualidad como una “aberración” y es contrario incluso a cualquier apertura mínima en la Iglesia (está en contra de los curas casados, de que se le permita tomar la comunión a los divorciados, que las mujeres ejercen el sacerdocio, etcétera).
Escribe Gastón Godoy, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista
Es un hecho que el desastre del gobierno macrista alimentó las expectativas en Alberto Fernández de sectores de la juventud a los que aún no les había tocado atravesar una crisis de estas características. Derrotado Macri, es importante discutir los desafíos que se le plantean a la juventud, que estuvo en la calle estos cuatros años, frente al nuevo gobierno.
En nuestros barrios, lugares de trabajo y estudio, planteamos que si estuvimos en las calles luchando en defensa de nuestros derechos, no hay motivo alguno para hoy volver a guardarse. La amenaza del FMI y sus planes de ajuste, las exigencias patronales de más flexibilización, el avance de la destrucción ambiental y, sobre todo, la realidad de que uno de cada dos pibes en la Argentina es pobre, siguen estando ahí presentes. Sobran los motivos para seguir organizándonos para dar pelea.
Además, hay que decir el propio nombramiento de ministros y funcionarios dio cuenta de un gobierno que da la espalda a diversos reclamos esenciales de la juventud. Pensemos, por ejemplo, en la lucha ambiental, y tomemos la designación como Ministro de Agricultura de Luis Basterra, un defensor de la ley de Semillas Bayer-Monsanto, que rechazan las comunidades de todo el país. O de un defensor del capital financiero y las multinacionales como Guillermo Nielsen a cargo de YPF, con la mira puesta en apuntalar el saqueo y el fracking en Vaca Muerta. El nuevo oficialismo hizo alarde de crear el ministerio de Ambiente, el mismo día en que el gobernador peronista de Chubut, Arcioni, metía presos a seis compañeros que luchaban contra la megaminería. Con claridad, la pelea contra el saqueo y la destrucción ambiental capitalista deberá seguir por un carril independiente y de enfrentamiento al nuevo gobierno.
Por otro lado, tenemos la designación a cargo del Ministerio de Seguridad del represor Sergio Berni por parte de Kicillof en Provincia de Buenos Aires. Un verdadero escupitajo en la cara de quienes estaban festejando la partida de Patricia Bullrich. ¿Podemos celebrar que se vayan los asesinos de Maldonado, si los que entran son los asesinos impunes de Maxi Kosteki y Darío Santillán, de Luciano Arruga, de Mariano Ferreyra, entre tantos otros?
El único anuncio que hizo Fernández para la juventud golpeada por el ajuste macrista fue impulsar un “sistema de becas para el primer empleo”, lo cual es en sí un contrasentido. Si es empleo, requiere un salario, no una beca. Fernández continúa así el camino de primeros empleos que son siempre ultra precarios. Y el gobierno pagará ese trabajo, lo que significará un beneficio para las empresas privadas que lo reciban.
Además, desde el movimiento estudiantil tendremos un primer paso importante cuando se discutan las paritarias en 2020 y debamos acompañar a nuestros docentes que llevan años de perder contra la inflación. Y esto encierra un debate central: ¿la juventud que padeció el macrismo se va a proponer luchar por recuperar lo que se perdió en estos años o va a agachar la cabeza frente a los ritmos que intente imponer el “pacto social” de empresarios y burócratas sindicales con el gobierno? Claramente desde nuestro lugar apostamos por lo primero.
Hoy Chile nos permite sintetizar todos estos debates. El gobierno de Fernández se propuso legitimar al cuestionado Sebastián Piñera, invitándolo a su asunción y comprometiéndose a visitarlo prontamente. La juventud tiene que rechazar esa política, pero no sólo eso: tenemos que levantar como bandera el ejemplo de la juventud chilena, que con las estudiantes secundarias a la vanguardia, se lanzó a la lucha, primero contra el aumento del subte, y después, para transformar completamente el país exigiendo cambios de fondo. Cambios que en nuestro país parten de romper con cualquier imposición del FMI, y poner todos los recursos del país al servicio de las necesidades populares.
Del sábado 16 al lunes 18 de noviembre cientos de jóvenes de todo el país se reunieron en Parque Leloir, Provincia de Buenos Aires, para discutir, votar un programa, socializar experiencias, y fortalecer la construcción de la juventud de nuestro partido.
Escriben Alan Corbalán (La Matanza) y Huilen Retacchi (Córdoba)
Si bien el año ya había sido de una gran intensidad para la militancia, la Comisión Nacional de la Juventud de Izquierda Socialista acordó hacer su 7º encuentro antes de finalizar el año. El esfuerzo dio resultado, y logramos realizar una convocatoria con delegaciones que reflejaron el crecimiento y la extensión del trabajo de nuestro partido en la juventud. Participaron militantes y activistas independientes de Viedma, Santa Cruz, Bariloche, Neuquén, Córdoba, Rosario, Corrientes, La Rioja, Santiago del Estero, San Juan, Misiones, además naturalmente de las delegaciones de La Plata, el conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires.
El sábado por la mañana recibió lluvioso a las delegaciones, lo que postergó el armado de las carpas en el campamento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Casi cronometrada, sin embargo, la lluvia paró al momento de dar comienzo al acto de apertura, en el que una mesa con representantes de todo el país dio comienzo al ENJIS, contando también con las palabras de nuestra compañera y diputada nacional Mónica Schlotthauer.
Luego vendría el debate en las diez comisiones temáticas. El objetivo que nos propusimos este año fue procesar la discusión hacia elaborar un programa propio de la Juventud de Izquierda Socialista para la nueva etapa política que se abre en nuestro país, lo cual pudimos desarrollar de forma exitosa (ver nota). Al finalizar las comisiones hubo un tiempo para el esparcimiento, y después vinieron dos talleres sobre la historia del peronismo, y sobre nuestra concepción teórica y política del movimiento estudiantil. Después de la cena, la noche terminó con una varieté que incluyó desde duelos de rap hasta cumbia, pasando por la lectura de poesía y la banda Stelium, entre otras cosas.
El domingo a primera hora las comisiones se volvieron a reunir para preparar los despachos que después serían votados en el plenario general. Además se realizó una charla con José Castillo sobre “El partido revolucionario en el Siglo XXI”; con Mercedes Trimarchi las compañeras discutieron los desafíos actuales del movimiento de mujeres, y también realizamos un curso sobre la historia de nuestra corriente con Diego Martínez. Antes del plenario de cierre hubo tiempo además para un par de desafíos de futbol mixto entre las regionales.
Las resoluciones se discutieron y votaron a mano alzada. Una a una, pasaron al micrófono las distintas comisiones para resumir sus debates y leer sus propuestas de programa y campañas. Para un primer cierre del encuentro, después de la votación sacamos una foto grupal con un gran cartel de “Fuera Piñera”, y dirigieron unas palabras las compañeras Juli Ocampo de la flamante conducción del Centro de Estudiantes de Humanidades de la Universidad del Comahue, las compañeras Nathaly y Nadine de Santiago del Estero que también venían de ganar el centro de estudiantes de su colegio, y Nicolás Núñez por parte de la dirección nacional de Izquierda Socialista. Al finalizar el plenario, se bajaron las luces y subió la música para la también ya tradicional fiesta del ENJIS.
El lunes hicimos una muy interesante charla con Miguel Sorans y Mercedes De Mendieta sobre la revolución en curso en Chile, y dos talleres más sobre Diversidad y uso de redes sociales. También para una intensa guerra de agua para combatir el calor. Y luego sí, cada delegación emprendió el regreso.
Del 7° ENJIS salimos con más herramientas políticas para dar batallas por construir una gran juventud revolucionaria comprometida con las luchas de nuestro país y todo el mundo. Una organización que se proponga ganar a una franja de la juventud que entienda que es imposible resolver los gravísimos problemas sociales de nuestro país mientras se paga la deuda externa como propone Fernández, y que ligue sus luchas a las de la clase trabajadora y los sectores populares. Pero también, y por sobretodo, con la alegría de poder compartir un espacio de socialización y crecimiento político con compañeras, compañeros, compañeres que cotidianamente damos las mismas batallas desde distintas partes del país, con quienes nos hermana la pelea por conquistar un gobierno de la clase trabajadora al servicio de las necesidades obreras y populares.
Mateo del Mariano Acosta CABA
Me pareció muy interesante lo de las comisiones, yo fui a Anti-Represiva. El tiempo que tuvimos nos dio para llegar a discutir en profundidad temas que normalmente no se discuten con tanta profundidad. Fue impresionante cómo se pudo debatir el tema, las distintas opiniones que no tenían miedo de salir, y las conclusiones a las que llegamos. Nunca había tenido un debate tan profundo, enredado y complicado pero que a la vez se pueda mantener.
Además lo social, fue un espacio donde pude conocer muchísimo mejor a les compañeres y a las distintas partes de Izquierda Socialista, saber qué opinan y de su vida. Algo que quizás no se da tanto en su día a día pero en un campamento sí.
Belu Aramayo, de La Matanza y el CBC de FADU
Me gustó en primer lugar sentir que la juventud tenga un lugar donde organizarse. Me encantó la dinámica de discusión. Recibís un montón de información y también podés opinar sin problemas. Valoro que todo se haya votado democráticamente y el compromiso que tuvieron todes les compas para que se organice el encuentro y salga todo bien.
Milagros, estudiante de Trabajo Social Universidad Nacional de Luján (San Miguel)
Mi experiencia personal fue gratificante, a nivel personal y político. Reivindicando que la juventud es un núcleo central para la construcción del partido y del movimiento obrero. Ahora con más herramientas para seguir dando la lucha en las calles.
Alfon, de Saladillo, Provincia de Buenos Aires
La experiencia personal que me llevo del encuentro, es la disposición que tiene nuestro partido para informarnos y formarnos como sujeto político, teniendo en cuenta a las juventudes y sabiendo que somos una parte importante del partido, así como también nos tiene en cuenta y nos brinda herramientas para luchar y dar el debate político en las calles.
Adriana Martínez, ISFD 11 de Lanús
Lo que fue el encuentro la verdad fue muy lindo. Un ámbito muy respetuoso, los compañeros la verdad que excelente. La política y los talleres me parecieron muy interesantes, muy sencillos para mi que soy nueva. La verdad me encantó. Me gustó mucho el encuentro. Una linda experiencia. Aprendí sobre la política del partido y lo que es la izquierda en general también. Aprendí más de lo que es acá en argentina y entendí más los conflictos en el contexto internacional.
Lautaro, estudiante secundario, Secundaria N° 26, Río Gallegos, Santa Cruz.
Es mi primer ENJIS, me pareció muy formativo, todas las charlas y talleres me gustaron mucho. Realmente me voy a mi casa con muchas ganas de militar todas las ideas del partido y seguir formándome. A cada charla que iba me abría la cabeza, fue algo intensivo con mucha información. Estuvimos con la juventud de todo el país, y conocí otras realidades y muchos compañeros que nos contaban su experiencia de lucha y nosotros pudimos comentar la nuestra. Con mi compañera Coti volvimos muy felices a nuestras casas.
Pablo Vera, estudiante de Derecho – Universidad Nacional de Córdoba
Viví mí primer ENJIS y fue una experiencia enriquecedora desde muchos puntos de vista. Desde la formación política me llevó muchísimos conceptos y conocimientos de las diferentes charlas y talleres que se dictaron, me gustó mucho el trabajo en las comisiones. Me gusta el hecho de poder debatir nosotros mismos las políticas que vamos a llevar adelante en nuestra militancia y también muy feliz de haber compartido con compañeres de todo el país que tienen miradas diferentes y te abre más la cabeza. Además de haberme sentido súper cómodo con todes. En fin muy positivo, ¡volví muy feliz y con las convicciones más fuertes que nunca!
Federico, del Terciario Olga Cossettini de Rosario.
El ENJIS me pareció muy bueno, una experiencia enriquecedora políticamente. Me pareció muy bueno que se puedan dar los talleres, y que uno pueda tener contacto con gran parte de la dirección del partido y de la juventud, para ver qué perspectiva tiene cada regional. Está bueno tener esa perspectiva nacional que tenemos, y obviamente que todo eso ayuda para las luchas y para ver cómo encamina cada uno en sus lugares las tareas a seguir. Obviamente participaría del próximo.
La semana pasada, Nathaly y Nadine ganaron junto a la lista Visión Estudiantil el centro de estudiantes de la Escuela Normal Manuel Belgrano de Santiago del Estero
“Del debate en la Comisión de secundarios nos llevamos herramientas para trabajar con nuestres compañeres, con quienes vamos a conducir el centro. Nos sirvió el intercambio de experiencias para saber lograr algunos primeros objetivos como por ejemplo la conformación de un centro de estudiantes independiente de las autoridades y del gobierno. La formación de un centro de estudiantes que se involucre en su realidad social y la manera en la que afecta a les estudiantes. Así como también, iniciativas para activar al movimiento estudiantil secundario en Santiago del Estero.
Nos sorprendió también, y nos parece importante mencionar, que es la primera vez que participamos de la votación de las resoluciones de la organización que integramos, ya que antes venimos de otras experiencias en otras organizaciones en las que esto no sucedía.”
Escribe Gastón Godoy, dirigente Juventud Izquierda Socialista UBA
La juventud está, y lo vemos a nivel mundial, en la primera fila de los enfrentamientos al ajuste de los gobiernos, de las peleas contra todas las formas de violencia patriarcal, y contra la destrucción ambiental capitalista. Muchas veces de forma solidaria, a veces con sus propias organizaciones (como los centros de estudiantes), en general de forma dispersa, miles y miles de jóvenes ganan las calles cotidianamente, y Argentina no es la excepción.
En nuestro caso, partir de la experiencia de la gran rebelión estudiantil de 2018, donde resaltamos como debilidad del proceso la ausencia no solo de una dirección consecuente, sino también de un programa que vaya más allá del necesario apoyo a la lucha docente, para levantar consignas propias del movimiento estudiantil, venimos reflexionando sobre la necesidad de tener un programa propio para la juventud, para definir sus tareas y objetivos en el actual momento político. En este ENJIS nos propusimos justamente votar un programa para nuestra organización juvenil, para ponerlo al servicio del debate con la vanguardia que salió a las calles contra el gobierno macrista, y lo seguirá haciendo frente al ajuste que descargarán Fernández y el FMI.
A partir de la experiencia de lucha y organización de cada una de las regionales, en las comisiones se debatieron las principales consignas y ejes del programa. Naturalmente parte de la necesidad de enfrentar en nuestro país las políticas de los partidos patronales que vienen gobernando, y postulando la necesidad de pelear por un gobierno de la clase trabajadora y los sectores populares, levantando un plan económico alternativo que parte del no pago de la deuda y la ruptura con el FMI. Eso se enlaza con lo discutido en la comisión de juventud trabajadora sobre las reivindicaciones propias de la juventud que enfrenta al flagelo del trabajo precarizado y el desempleo, y con lo abordado en la comisión anti-represiva respecto del combate a la violencia que despliegan los gobiernos contra la protesta y la pobreza, teniendo cotidianamente como objetivo a la juventud.
El programa votado toma también jerarquizadamente la necesidad de pelear contra la destrucción ambiental capitalista, y el conjunto de las demandas del movimiento de mujeres y de la diversidad. Cada una de las comisiones y talleres que abordaron estos temas dedicaron una gran cantidad de tiempo al intercambio, mostrando cómo año a año vamos profundizando y avanzando en la elaboración al respecto.
Naturalmente, las comisiones relacionadas con el movimiento estudiantil aportaron consignas programáticas comunes, como la de recuperar un sistema educativo único de financiamiento 100% estatal a cargo del gobierno nacional, sumando las particulares de cada nivel educativo, ligando las demandas inmediatas como el rechazo a las reformas estructurales del Plan Maestr@, con una perspectiva de fondo para el sistema educativo.
El corazón, y también la perspectiva estratégica del programa, en el actual contexto convulsionado, está en la visión internacionalista con la que se abordan la solidaridad con la pelea del pueblo chileno y cada una de las rebeliones que están sacudiendo al mundo. La Juventud de Izquierda Socialista se entiende parte de quienes pujan por derribar el sistema capitalista, para pelear como dicen en Chile por “una vida que valga la pena ser vivida”, y agregamos, en un mundo sin explotación ni opresión.
Próximamente publicaremos el programa, y en primer lugar, lo pondremos al servicio de una de las campañas votadas, que es la de proponerse cerrar el año con una enfática invitación a sumarse a militar a Izquierda Socialista para fortalecer al Frente de Izquierda Unidad en nuestro país.