Nov 23, 2024 Last Updated 12:40 PM, Nov 23, 2024

El 28 de septiembre un frente encabezado por el radicalismo (Franja Morada-Nuevo Espacio), en alianza con sectores del PJ de la Ciudad de Buenos Aires, se impuso en el Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires. En esta nota explicamos cómo la orientación de la conducción de la FUBA preparó el terreno para el retorno morado.

Escribe Gastón Godoy, miembro de la mesa representativa de la FUBA y candidato a comunero por la Ciudad de Buenos Aires

La FUBA hegemonizada desde 2006 por el PO y desde el 2010 en alianza con La Mella (Patria Grande), se fue burocratizando cada vez más. En un primer momento, se aisló de la base estudiantil con medidas de aparato no discutidas en instancias democráticas con el movimiento estudiantil. Año a año, se fue terminando con la tradición de masivas asambleas interfacultades y congresos participativos que habían sido parte de la realidad de los primeros años de la Federación recuperada en 2001, y hasta por lo menos en 2005. Para la mayor parte del estudiantado, la referencia de la FUBA se resumía al expendio de apuntes en el Ciclo Básico Común de ingreso a las carreras y una bandera aislada en movilizaciones.

Ese burocratismo se complementó con una lógica de aparato que privilegió la disputa entre las propias corrientes que eran parte del frente de conducción de la FUBA, por sobre la unidad para avanzar sobre las posiciones que la Franja Morada-Nuevo Espacio y las agrupaciones aliadas al Rectorado y los gobiernos de turno sostenían en las facultades. Así, entre otros ejemplos, PO liquidó experiencias progresivas como la de OKTUBRE (2003-2008) en Sociales.

La otra cara de esa lógica burocrática y de aparato, de mantener las propias ubicaciones en los centros y federaciones a como dé lugar, fue una orientación cada vez más gremialista despolitizada y ajena al impulso de la movilización y politización del estudiantado. La conducción de la FUBA tuvo un rol constante de bloqueo a la radicalización de los procesos de lucha que quedó muy claro en 2012, cuando fueron un freno a la lucha contra las jubilaciones compulsivas de todos los docentes de más de 65 años que impulsó el rectorado. Nuestra corriente denunció en ese momento el “pacto desmovilizador” que desarmó al movimiento estudiantil en la lucha contras las 650 cesantías. El razonamiento de la UJS-PO era que tomar facultades repercutía negativamente en las perspectivas electorales de la izquierda. Ese mismo razonamiento sostuvieron el año pasado ante la rebelión estudiantil y la toma de facultades más extendida a nivel nacional, cuando la conducción de la FUBA estuvo a la cabeza de abortar el proceso de lucha para convocar a elecciones de centros de estudiantes.

Con la conducción de la FUBA colaborando con una situación de creciente despolitización y desmovilización del estudiantado, la Franja Morada, ahora disfrazada con el nombre Nuevo Espacio, fue año a año recuperando terreno. Y no sólo eso, sino que empezó a tejer una alianza con sectores del kirchnerismo universitario. La UES de Sociales, ligada en principio a Daniel Filmus, el MLI de Ingeniería ligada al peronismo porteño, se sumaron al operativo de volver a darle la FUBA a la Franja.

De ese movimiento que ponía blanco sobre negro ante el estudiantado que el kirchnerismo es partícipe de los negociados y políticas de ajuste que impulsa el rectorado de la UBA con los gobiernos de turno, la UJS-PO sacó la conclusión de que lo que había que hacer era buscar al sector kirchnerista “bueno” y proponerle una alianza. Así, nuevamente en pos de mantenerse en el aparato, buscaron sobrevivir en la conducción de la FUBA entregándole la conducción de hecho a un frente hegemonizado por el kirchnerismo, y se ubicaron (hasta el día de hoy) detrás de una organización ligada al Movimiento Evita en Agronomía. Se rompió así con el criterio con el que un frente encabezado por nuestra corriente política ganó la federación en 2001: impulsar la unidad de la izquierda con los sectores combativos, de forma independiente de las organizaciones que responden a los partidos patronales. 

La Juventud de Izquierda Socialista reivindica haber alertado una y otra vez a dónde nos llevaba la política de la presidencia de la FUBA*. Nuestra corriente estuvo a la cabeza de la recuperación de la FUBA y hasta el 2018, cuando fue entregada al kirchnerismo, estuvimos en primera fila del rechazo de los ataques que la federación recibió por parte de los gobiernos, el rectorado y la franja. Siempre actuamos unitariamente a pesar de nuestras diferencias. Y hoy planteamos que es necesario un debate serio sobre el balance de esta experiencia, como condición necesaria para poder recuperar la FUBA de la mano de los agentes del ajuste y la privatización. 


 

 

Escribe Jonathan Castronuovo, Vicepresidente del Centro de Estudiantes. Candidato a Primer Concejal por Hurlingham

Nuestra agrupación Estudiantes en Marcha obtuvo el 70.8% de los votos en estas elecciones de Centro. Nos impusimos claramente sobre la lista del PTS, que con una política divisionista y oportunista obtuvo menos porcentaje de votos que en la elección anterior.

Los estudiantes optaron por una agrupación amplia, con un programa y una política combativa, al servicio de la lucha de la juventud y la clase trabajadora. Volvieron a elegir un Centro de Estudiantes que está siempre presente en las calles y en las aulas.

2019 fue un año de importantes actividades. Logramos el Boleto Estudiantil Terciario Municipal, marchamos a La Plata por el Boleto Provincial, seguimos impulsando la Comisión de Mujeres, ganamos las elecciones del CAI, armamos coordinadoras con otros terciarios, marchamos por nuestras condiciones edilicias al Consejo Escolar, realizamos clases abiertas, cortes de calles y festivales, entre las acciones más salientes. Coherentes con nuestras propuestas, fuimos partícipes de las movilizaciones contra el ajuste de Macri y las marchas por el derecho al aborto.

En el medio del derrumbe del gobierno nacional de Cambiemos, la UCR-Nuevo Espacio logró obtener una mayoría de centros de estudiantes para recuperar la FUBA después de 18 años. El Frente de Todos tuvo triunfos y derrotas, y la izquierda retrocedió. ¿A qué responden estos movimientos?

Escriben Pilar Barbas, consejera estudiantil de la Junta de Artes y Gastón Godoy, comisión directiva del CECSo

Más de cien mil estudiantes se pronunciaron con su voto y seis centros de estudiantes cambiaron de conducción: Filosofía y Letras, Medicina, FADU (Arquitectura y Diseño), Psicología, Sociales y Exactas. El resultado global marcó un profundo cambio en la correlación entre los distintos espacios políticos, siendo el dato más saliente el fortalecimiento de Nuevo Espacio (NE), la agrupación de la Franja Morada-UCR de la UBA.

NE con su cabecilla Emiliano Yacobitti, conducía Económicas y Odontología. Este año además le ganó Medicina a la alianza de PO y sectores del kirchnerismo; Psicología a un frente de Patria Grande y la agrupación de Victoria Donda; y FADU al frente kirchnerista encabezado por Comunismo Revolucionario. NE sostiene una alianza férrea con la conducción de Derecho (el Partido Socialista de Roy Cortina, que es parte de Cambiemos en Capital); con el “Movimiento Linealmente Independiente” que se consolida en la conducción de Ingeniería; y la UES que recuperó Sociales. Estas dos últimas agrupaciones son espacios que militan abiertamente en los marcos del peronismo de la Ciudad de Buenos Aires, pero que en la UBA juegan para los morados. Este marco de alianzas le permitirá al radicalismo convocar un Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires y ganarlo después de 18 años.

Avanza la lógica de los centros de “servicios”

¿Cómo se explica este avance morado en el marco del derrumbe del gobierno macrista? En primer lugar, no hay que perder de vista que en la Ciudad de Buenos Aires el gobierno de Larreta sigue obteniendo un caudal de votos mayoritario. Pero por sobre todas las cosas, hay que dar cuenta de cómo ante la desmovilización se consolida el modelo de centro de estudiantes de servicios en el que Nuevo Espacio se ha perfeccionado con ayuda dinero de las autoridades. NE es la agrupación naranja con presencia mayoritaria en los CBCs, que se encarga de tener una aceitada estructura de “asistencia” a lxs estudiantes a lo largo de su carrera. Desde el primer día de cursada, el ajuste presupuestario convierte la UBA en una máquina expulsiva para cada estudiante, con sus faltas de horarios y clases de apoyo, inexistencia de becas de ayuda universales y masivas, apuntes cada vez más costosos, trámites engorrosos, etcétera. Los gobiernos y las autoridades ajustan, y en vez de destinar mayores partidas de presupuesto para garantizar la permanencia en la cursada, le giran financiamiento a sus agrupaciones afines para que se presenten como un parche de ayuda al estudiante.

Hace años venimos advirtiendo que la conducción de la FUBA (PO-Mella) tomó la definición de adaptarse a la pasividad y esa lógica de centros, en vez de tener como eje la politización y movilización del estudiaantado. El triunfo radical sorprendió este año por su contundencia, pero lleva largo tiempo de preparación.

Al no existir ninguna perspectiva de lucha en la UBA y al haberse desaprovechado la rebelión estudiantil del 2018 para avanzar en la organización del movimiento estudiantil conformando un programa propio, la forma en que la problemática del ajuste se canalizó en estas elecciones fue la de un voto de confianza a las agrupaciones que más eficientemente sostienen aparatos de asistencia y servicios en cada una de las facultades.

Incluso en triunfos de agrupaciones kirchneristas, como los de La Cámpora en Filo y Exactas, y de la UES en Sociales, las campañas estuvieron completamente centradas en discutir problemáticas de los servicios de los centros de estudiantes (comedores, precios de fotocopias, etcétera). Todo esto en el marco de omitir dar una perspectiva frente a la devaluación, el default, la enorme crisis social, política y económica que atraviesa el país. Y es por esto que seguramente Fernández celebró tanto los triunfos propios como los de Nuevo Espacio, como un fortalecimiento de la despolitización y la desmovilización en la UBA de cara a su próximo gobierno.

El retroceso de la izquierda

La necesaria unidad de la izquierda para hacer frente a este panorama se vio afectada por distintos factores. Por un lado, una de sus principales fuerzas, el PO, venía de poner en pie un frente en la FUBA con La Cámpora y todo el peronismo para sostener su cargo en la presidencia de una federación que no brindó ninguna intervención de lucha en todo el año. Esta posición, debilitaba objetivamente el planteo de la izquierda de pelear por la independencia política del movimiento estudiantil respecto de los gobiernos patronales. A su vez, el público proceso de debate entre el PO y la Tendencia del PO tuvo episodios muy virulentos en distintas facultades, de los cuales el kirchnerismo hizo leña para hablar del “divisionismo de la izquierda”. A esa idea de divisionismo aportó el Nuevo MAS con extorsiones rupturistas en distintas facultades. E incluso en Filo, donde sí se incorporó a la lista unitaria, dedicó la semana previa a las elecciones a patotear compañeras para imponer sus posiciones dentro del frente. Al NMAS le importó más el tamaño de su nombre en una boleta que perder el CEFyL.

Pero lo que más debilitó a la izquierda fue la inexistencia de un proceso de lucha en el que fuera posible que el movimiento estudiantil saque conclusiones sobre la importancia de contar con herramientas gremiales con la independencia política necesaria para enfrentar hoy a Macri, mañana a Fernández. Es solo al calor de esos procesos que grandes franjas del estudiantado terminan de verificar el verdadero rol de cómplices del ajuste de agrupaciones como Nuevo Espacio.

Una nueva etapa

Correctamente hicimos campaña contra el ajuste del FMI, y en apoyo a luchas como las de los docentes de Chubut, y advertimos sobre lo que nos traerá un próximo gobierno peronista. Retrocedimos electoralmente, pero empezamos a sembrar sobre franjas del movimiento estudiantil respecto de las perspectivas del futuro inmediato, y logramos avanzar en constituir el Frente de Izquierda Unidad en más facultades.

Se abre una nueva etapa en la UBA, en la que los ritmos de la relación del estudiantado con el gobierno de Fernández determinarán si esta nueva correlación de fuerzas logra estabilizarse o no. A las políticas de desmovilización de las nuevas conducciones del radicalismo y el peronismo les responderemos utilizando las posiciones conquistadas, y cada una de las herramientas a nuestro alcance (comisiones de base, asambleas, interfacultades), como palancas de la movilización contra el ajuste de los gobiernos y el FMI.
Desde la Juventud de Izquierda Socialista intervenimos en nueve facultades (Sociales, Filo, Exactas, Ingeniería, Farmacia y Bioquímica, Medicina, Económicas, Psicología y Derecho), ampliando nuestra extensión como nunca antes en una elección obligatoria. En cada facultad, compañerxs realizaron sus primeras experiencias en una disputa de este tipo, y nos proponemos seguir consolidando nuestra intervención para hacer cada vez más fuerte dentro del estudiantado una franja que pelee por que en nuestro país gobierne la clase trabajadora, y así tener una universidad al servicio de las necesidades populares.

Escribe Martin Fú

Santiago Maldonado desapareció el 1° de agosto de 2017 durante una represión lanzada por la Gendarmería de Patricia Bullrich en el Pu Lof de Cushamen, en tierras ancestrales reclamadas por la comunidad mapuche en Chubut. A Santiago se lo vio vivo por última vez mientras escapaba de la embestida a escopetazos, disparos de 9 milímetros y piedrazos, como consta en el expediente de la causa.

El cuerpo de Santiago apareció el 17 de octubre, en una zona que se había rastrillado previamente y río arriba, como desafiando las leyes de la física. En un proceso judicial lleno de pistas e hipótesis falsas, con el gobierno encubriendo el accionar de la Gendarmería, la prensa vendiendo pescado podrido, los servicios inventando una organización terrorista que nunca existió (RAM) y del otro lado masivas movilizaciones exigiendo justicia y esclarecimiento, el juez Lleral, presionado por el gobierno, de manera arbitraria, cerró la causa. Ahora, la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia acaba de revocar el fallo del juez Lleral y reordena volver a abrirla, revocar el sobreseimiento del gendarme Echazú y aceptar nuevas pruebas.

“Nos encontramos ante una muerte traumática con ribetes que podrían ser tildados de dudosos, por haber acontecido en un contexto de intervención estatal en cuyo desarrollo se hizo uso de las herramientas dotadas a los agentes estatales para la prevención y represión de delitos”, reza unos de los pasajes de la resolución judicial, quitándole de encima a la causa una lápida que buscaba la impunidad. Este fallo es fruto de las movilizaciones y el repudio popular, como lo ha asegurado Sergio Maldonado, hermano de Santiago quien agradeció “a ustedes que vienen acompañándonos en este pedido de verdad y justicia por Santiago. Es gracias a ustedes que se reabrió la causa, no es solo una lucha nuestra, es una lucha colectiva” (Página 12, 10/9/19).

Escribe Gastón Godoy, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista

Todas las elecciones de Centro de estudiantes de la Universidad de Buenos Aires se realizarán la semana del 2 de septiembre. También se elegirán consejeros directivos de las trece facultades. Desde la Juventud de Izquierda Socialista daremos la pelea para que toda la izquierda pueda presentarse unida y golpear como un solo puño contra el ajuste en curso del gobierno macrista y de las autoridades radicales, kirchneristas, peronistas y macristas que dirigen la UBA

Las elecciones se dan en el marco del derrumbe del gobierno, que recibió un masivo repudio en las PASO. Las agrupaciones estudiantiles macristas como Nuevo Espacio (ex Franja Morada-UCR) buscarán como nunca camuflar su filiación política. Ya el año pasado, al calor de la rebelión estudiantil que se desarrolló a nivel nacional, estas agrupaciones comandadas por Emiliano Yacobitti -candidato a diputado por Juntos por el Cambio en la ciudad de Buenos Aires- retrocedieron tras haberse puesto en la vereda de enfrente de la lucha.

El triunfo de Alberto Fernández canalizando la bronca como “voto útil” para sacar a Macri abre un nuevo escenario político también en la UBA. Si a nivel nacional Fernández y sus economistas se encargaron de advertir que con él seguirán los dictámenes del FMI, y vendrán también reformas laborales y jubilatorias, en nuestra universidad su candidatura recibió el apoyo de uno de los rectores más reaccionarios y privatizadores que ha tenido la UBA, Alberto Barbieri. Se refuerza la necesidad de pelear por centros de estudiantes y una federación que sean independientes tanto de las variantes radicales y macristas, como de las del PJ y Fernández. Esa independencia es la que va a permitir dotar de fuerza a nuestras herramientas gremiales para sortear la trampa del “pacto social” que están preparando para congelar salarios y presupuestos, y de que, con más devaluación, (“tenemos que tener un dólar alto” dijo Fernández) seamos los mismos de siempre quienes paguemos la crisis capitalista que profundizó Macri.

Si ya hoy, siendo “opositores”, los centros de estudiantes y la FUBA que dirige el kirchnerismo no han dado ningún tipo de pelea contra Macri y las autoridades universitarias, imaginémonos lo que pasará cuando sean gobierno.

Pero las elecciones nacionales también demostraron que el espacio para la izquierda existe, y entre la juventud es todavía mayor. Nuestra propuesta hacia las fuerzas del Frente de Izquierda con quienes hoy compartimos frentes en distintas facultades, es ampliar esos acuerdos incorporando al MST (como hicimos a nivel nacional) y a todas las organizaciones que sostengan la independencia política del movimiento estudiantil respecto del gobierno nacional y las autoridades universitarias, levantando un programa de fondo que incluya que el movimiento estudiantil sea un actor que luche por echar al FMI y conquistar plata para educación pública y no para la deuda externa. A eso debemos sumarle las reivindicaciones y reclamos de cada facultad y cada carrera, y la pelea por democratizar la UBA y sus órganos de cogobierno.

En esa perspectiva es que vemos de forma negativa y no compartimos en absoluto el acuerdo entre el Partido Obrero y La Cámpora para conducir la FUBA. La “unidad” con una organización que gobierna facultades y direcciones de carrera que ajustan a la par del rector no sirve para pelear por una perspectiva de lucha para el movimiento estudiantil. Para ir a pelear por el voto a nuestras listas en los centros de estudiantes por esa independencia política, es necesario dar cuenta de que no se va a traicionar esos votos haciendo alianzas con el PJ, como hizo el PO el año pasado. Por eso llamamos a que el PO rompa su acuerdo en la FUBA con el kirchnerismo y demos de conjunto una pelea contra todos los espacios políticos cómplices del ajuste. El ajuste no va a esperar hasta diciembre, tampoco tenemos porqué hacerlo nosotros. Unamos a la izquierda y ganemos las calles ahora.

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