Jul 21, 2024 Last Updated 5:23 PM, Jul 20, 2024

El 1° de octubre se realizó la jornada nacional de protesta de las enfermeras y los enfermeros. Una de las mayores manifestaciones aconteció en CABA, producto de la bronca acumulada después de la violenta represión ejercida por la policía del gobierno de Rodríguez Larreta durante la movilización del 21 de septiembre. Gracias a la gran presión de las bases y con un alto componente de autoorganización por hospitales, esta nueva jornada fue exitosa y obligó a algunos sindicatos como ALE (Asociación de Licenciados en Enfermería), y el propio ATE nacional, a tener que sumarse a esta importante acción.

Aunque con desigualdades, fue un fuerte día de lucha. Hubo manifestaciones en casi todas las dependencias de salud. En varios hospitales acontecieron paralizaciones organizadas y convocadas por los propios trabajadores con altos índices de acatamiento, por lo que las guardias mínimas exigidas debieron ser atendidas por los jefes. En otros, aunque no se llegó a parar por la presión y el apriete del sindicato propatronal Sutecba y los jefes de servicio, también hubo diversas manifestaciones a favor de la jornada.

Se expresó con todo la bronca por el mal trato recibido por el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y las patronales, a pesar del papel fundamental que juega el sector en la primera línea de combate al Covid-19. Como muy bien expresaron las enfermeras y los enfermeros al inicio de la cuarentena, con los aplausos no era suficiente. Necesitaban una protección de verdad que solo consiguieron con mucha denuncia y presión y después de la lamentable pérdida de vidas de trabajadores de la salud. Pero esta justa lucha también es para recuperar un salario deteriorado por la inflación y que no se condice con su esforzada tarea y por un reclamo de fondo por el que vienen dando pelea, el reconocimiento como profesionales de las enfermeras y los enfermeros.

En el interior del país, al igual que el 21 de septiembre, se reflejó la bronca de todo el equipo de salud. En Córdoba se realizó una caravana blanca, desde Misiones llegó un saludo a la marcha en CABA de los referentes de los autoconvocados de salud que siguen acampando frente al Ministerio de Salud Pública de la provincia. En Buenos Aires, la Cicop apoyó la jornada y en varios hospitales se realizaron acciones, apostando a la unidad de todo el equipo de salud ante la pasividad de Salud Pública y ATE. En las clínicas privadas, una vez más hubo participación de las y los enfermeros en distintas acciones contra la traición de Daer y el gremio de Sanidad.

Esta gran jornada de movilizaciones abre una perspectiva muy importante en la lucha por los derechos de este sector tan importante de trabajadores de la salud. La organización por la base, que permitió la participación de los diferentes hospitales en este día, muestra el camino. Deja además un claro mensaje a los dirigentes sindicales burocráticos que no apostaron a la movilización y de forma oportunista se sumaron a última hora para no perder el tren. El entusiasmo y la fuerza demostrados preanuncian nuevas acciones. Se comienza a preparar con fuerza el 21 de noviembre, Día del Enfermero y la Enfermera, para unir fuerzas y organizar una gigantesca marcha capaz de arrancar nuestras reivindicaciones. Desde Salud en Marcha ayudaremos a impulsar todas las acciones decididas por las bases y haremos todos los esfuerzos para coronar una gran movilización el 21N.

Corresponsal

El Covid-19 sigue golpeando con fuerza. Amplios sectores de trabajadores han sufrido en carne propia los efectos de esta pandemia. Es el caso de Sasha Ávila, de 18 años, militante de Izquierda Socialista de Ingeniero Budge, y con una familia que ha estado estrechamente ligada a nuestro partido. En pocos días perdió a su padre, Joto, dirigente docente y miembro de Izquierda Socialista, a su madre, su tío Iván (también militante de nuestro partido) y una abuela como consecuencia del coronavirus. Ahora trata de reponerse del dolor para organizar su vida junto a sus hermanos y continuar su lucha de joven militante. Por el drama que sufrió su familia, Sasha estuvo haciendo declaraciones en distintos medios, algunas de las cuales reproducimos a continuación.

Como para despejar dudas, manifestó que “el coronavirus es algo que existe, no es un invento de Bill Gates, no es un invento del gobierno, el coronavirus no es un invento de los illuminati, el coronavirus es algo que existe. Yo lo tuve, lo tuvieron mis hermanos, lo tuvieron familiares míos que han perdido la vida como mi tío, como mi abuela, como mi padre y como mi madre. Todos ellos han muerto por Covid-19. Mi madre ya tenía una enfermedad de base, pero el coronavirus la agravó al extremo. Te falta oxígeno, la persona no puede respirar por su cuenta y necesita de un respirador para poder vivir. Esa no es manera de vivir”.

Ante la pregunta sobre si las estadísticas que conocemos son fieles a los casos que ocurren en los diferentes barrios, respondió: “Hay un montón de gente que se está muriendo, que los medios de comunicación no te dicen de qué, no te ponen las estadísticas correctas. Yo he tenido coronavirus. Mis hermanos también y las autoridades nunca nos han hecho un hisopado. Hemos pasado los catorce días de aislamiento y tampoco nos los han hecho. Entonces hay un montón de gente que ha tenido coronavirus, ¿pero por qué motivo esa gente no ha sido hisopada y controlada? Yo he ido al hospital y me han dicho que no es necesario hisoparse, que no tiene relevancia”.

Es claro que tiene relevancia, pero el gobierno no quiere gastar en nosotros. Hay un montón de pobres que se están muriendo mientras los ricos obtienen plasma y pueden salvar su vida. Yo perdí a mi padre, perdí a mi madre y, como ya he dicho, he perdido a toda mi familia. No la he perdido por simple gusto. Ellos se podrían haber salvado, pero no se salvaron porque no se está invirtiendo lo adecuado en el sistema de salud y se prioriza más a la clase alta que a la clase baja. Hoy en día es así”.

Sobre los centros de salud a los que tuvieron que asistir destacó: “Los médicos están exaltadísimos, los enfermeros también, como el personal de limpieza del hospital. Honestamente, es un desastre. Si uno visualiza la situación y se pone en el lugar de ellos, es terriblemente malo. No es algo positivo. Al contrario, es algo muy negativo. La verdad es que no caben palabras para describir todo lo que yo siento, toda la bronca que me ha dado. Cuando fui al hospital, un montón de gente se estaba retorciendo de dolor, un montón de gente estaba tosiendo, estaba con mucosidad en la garganta, presentando fiebre y se comieron como cuatro horas esperando para que los atiendan. ¿Sabés cuántos enfermeros había? Había dos enfermeros para más de diez personas e iba llegando más y más gente”.

Como mensaje a los que minimizan los peligros del coronavirus dijo:Dejémonos de decir que el virus es algo que no existe, que el virus es un invento, que es para reducir la población mundial. El virus existe, basta de marchas anticuarentena. Basta de quemar barbijos. Es momento de reaccionar y darse cuenta de lo que está pasando realmente. No es lo que dicen los gobiernos, no es lo que te dice el presidente, no es lo que te transmiten los medios de comunicación. Están pasando más cosas que no son visibilizadas. Hay cosas que no han sido mostradas por ningún noticiero y la realidad es que están muriendo un montón de personas. Y esas personas no son registradas. Hay personas que han tenido coronavirus y no les quieren hacer un hisopado, no quieren venir a testear”.

Sobre la supuesta preocupación del gobierno, que no invierte para resolver los problemas de fondo, sostuvo: “Resolver el problema sale plata y la plata no está al servicio de los pobres, a nosotros lamentablemente no nos dan nada. Mi padre ha sufrido el abandono de IOMA, por estar en proceso de jubilación y su obra social ha sido suspendida, por ese motivo los han dejado en ese hospital. A mi madre la derivaron a una clínica de Avellaneda, pero mi padre en los primeros días no tenía frazadas, no tenía comida, no tenía agua. A la noche se moría de frío. Tuvimos que llevar frazadas. No se trata a los enfermos de una manera adecuada, correcta. ¿Qué es esto de estar dejando a la gente morir de esa manera? Es inhumano. Hay que darle prioridad a la gente, a la gente pobre. ¿Cuánta gente sin obra social se está muriendo? ¿Cuánta gente de los barrios más marginados no puede pagar un médico? ¿Cómo es posible que el Estado esté tan ausente? ¡Todo está mal!”.

Finalmente, cuando desde El Socialista se le preguntó cómo se prepara para enfrentar esta situación, respondió: “Nací y me crié en una familia de luchadores socialistas. Tengo mucho orgullo de lo que fue mi padre, Joto, un reconocido activista de Izquierda Socialista, con muchos años de militancia. El mejor homenaje que le puedo hacer será continuar su lucha por una sociedad mejor para que no tenga que sufrir con este tipo de epidemias, por ejemplo. En estos días quiero sumarme a la campaña de solidaridad que está organizando mi partido, Izquierda Socialista, para ayudar a las familias de la toma de Guernica. Creo que hay mucho por hacer”.

Escribe Martín Fú

Esto dijo la referente de la Consultora Pericial de Ciencias Forenses, Virginia Creimer, perita de parte de la familia de Facundo Astudillo Castro, tras el resultado que se dio a conocer de la autopsia, en donde no primó un criterio unificado entre los expertos. Y la mamá de Facundo, Cristina Castro, fue contundente al señalar en una conferencia de prensa posterior organizada por Amnesty: “A mi hijo lo mató la bonaerense”.

El informe señala que los resultados “permiten aseverar con el rigor científico necesario que la muerte de Facundo José Astudillo Castro se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento)”. En otra parte dice que “el avanzado estado de esqueletización del cadáver impide determinar si fue accidente, homicidio o suicidio”. Esto ya está siendo usado para deslindar de responsabilidad a la bonaerense y al gobierno, como ocurrió con Santiago Maldonado, lo cual repudiamos y rechazamos de plano, como lo hicimos en el caso de Santiago, con su desaparición y posterior aparición del cuerpo en 2017 durante un violento desalojo con represión de la Gendarmería conducida por Patricia Bullrich.

Creimer fue contundente al aclarar contradicciones entre los expertos: “Tuvimos un problema importante porque a la odontóloga le bajaron una línea violenta que se desdijo sobre el ‘diente rosa’ cuando ya había dicho que fue un fenómeno vital, es decir que lo golpearon en vida” (Página/12, 1°/8). El fenómeno es conocido con el término inglés pink teeth y define que la coloración rosada que aparece en los dientes de los cadáveres está asociada a una muerte no natural y violenta.

Otra de las razones de su disidencia fue porque el informe oficial menciona que no hubo intervención de terceros en la muerte de Facundo. “Tampoco se puede afirmar lo contrario”, refutó. Y denunció que “no se contextualizó la muerte”.

Cristina, la mamá, mostró su deseo de seguir peleando: “La causa sigue siendo contundente con la gran cantidad de pruebas que vinculan a la policía con la desaparición de Facundo” (Télam, 3/10) y apuntó contra el ministro de Seguridad de Kicillof al afirmar que “lo están bancando a Berni. Me parece que ha tenido una bajada de línea importante desde arriba. Creo que lo están bancando a Berni. A Facu lo mataron, lo mató la policía” (Infobae, 1°/10).

Lo mismo señalaron los abogados defensores. El doctor Aparicio dijo que hay pruebas más que suficientes sobre la responsabilidad de la Bonaerense y las políticas de todos los estamentos del Estado. “Los responsables políticos son el intendente, Kicillof y Alberto Fernández”, dijo la mamá de Facundo en la conferencia. Y agregó: “Facundo no se suicidó, no tuvo un accidente, lo mató la policía bonaerense. No hay que confiar en nadie. No voy a parar hasta que todos los responsables vayan a la cárcel”.

Seguimos sosteniendo que Facundo Castro fue víctima del accionar represivo de la Bonaerense de Berni, facultada por el decreto 297 del gobierno nacional para reprimir aún más bajo el pretexto de la cuarentena. Es desaparición forzada de persona seguida de muerte, como sostienen la madre y sus abogados.

Ahora se abre la pelea final para que se haga justicia. Ante tanto encubrimiento policial y oficial, para llegar a la verdad se debería conformar una comisión investigadora independiente. Y para lograr encarcelar a los responsables materiales y políticos habrá que seguir movilizados y apoyando a la madre y su familia. Desde Izquierda Socialista vamos a seguir impulsando ese camino acompañando y participando en todas las acciones de lucha hasta conseguirlo.

Con motivo de los incendios, entrevistó El Socialista a Chuzo González Quintana, abogado especialista en derechos humanos, ambiente y pueblos originarios.

ES–El cambio climático, como sugieren los gobiernos, ¿es la principal causa de los incendios en el país?

CH–Yo la formularía al revés. ¿Los incendios son causales del cambio climático? Categóricamente, sí.  Los grandes incendios provocan cambios en el clima. Cada año se incendian más de 400 millones de hectáreas de bosque nativo en el mundo, una superficie mayor que la de India. El 98% de estos incendios no son naturales y generan gases de efecto invernadero que impactan en la temperatura del planeta, produciendo cambios climáticos en regiones puntuales del globo. Cuando más incendios se producen llega una mayor cantidad de CO2 a la atmósfera, aunque este efecto sea de carácter transitorio, los territorios incendiados tardan años en producir otra vez oxígeno.

ES–¿Se sabe cuántas hectáreas se han quemado? ¿Tienen alguna responsabilidad el gobierno de Schiaretti y el nacional?

CH–Según el último relevamiento de los técnicos de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo, ascienden a 200.000. Creemos que la responsabilidad principal de este ecocidio descansa en primer término en cabeza del gobernador Juan Schiaretti, en su secretario de Ambiente Juan Carlos Scotto y en el director de Defensa Civil Diego Concha. Los planes de manejo del fuego, provinciales y nacionales, han fracasado alevosamente. La Argentina tiene siete provincias incendiadas, curiosamente donde se concentra el bastión del agronegocio, uno de los sectores beneficiados con esta destrucción ambiental, y esto no solo es responsabilidad de los gobernadores sino también del gobierno nacional y sus funcionarios que, como en el caso del ministro Cabandié, no tienen conocimiento en materia ambiental.

ES–¿Cuál debería ser la política para evitar estos incendios que se repiten todos los años?

CH–La única política posible es un Estado comprometido con el cuidado del ambiente. Un Estado presente en los territorios previniendo incendios apenas terminan las últimas lluvias del verano. Poniendo en marcha sistemas de alerta temprana, con vigías y brigadistas que no solo previenen grandes focos ígneos, sino que controlan su expansión evitando quemas en extensiones, como las que vivimos en Córdoba.

ES–Según doscientos cincuenta científicos que investigaron para la ONU, de seguir las emisiones de CO2 al ritmo actual, en 2050 el planeta sería inhabitable. Para vos, ¿cuál sería la salida de fondo para evitarlo?

CH–La salida es el cambio del modelo de consumo que propone el sistema capitalista. Esto implica un modelo basado en la mayor protección y sustentabilidad de los recursos naturales, porque justamente son fuentes no renovables. Para esto necesitamos reconocer y viabilizar los derechos de la naturaleza en los cuales se integra el respeto de sus ciclos, sus tiempos y el cuidado del equilibrio ecosistémico. El sistema capitalista se sostiene a partir de una acumulación de riquezas a costa de la destrucción del ambiente. La salida es anticapitalista.

Escribe Diego Martínez

El pasado 30 de septiembre se nos fue un grande de la historieta y de la cultura, Joaquín Lavado, más conocido como Quino, el seudónimo que utilizó durante toda su carrera artística.

A través de su personaje más célebre, Mafalda, nos inspiró de niños y niñas a tener una mirada crítica del mundo y a pelear contra las injusticias y los atropellos haciéndolo siempre con una sonrisa. “Paren el mundo que me quiero bajar” fue la frase que inmortalizó Mafalda y que refleja este espíritu.

Quino ya no estará entre nosotros, pero su obra seguirá vigente inspirando a las nuevas generaciones a pelear contra el capitalismo, por un mundo sin opresión ni explotación.

Quino nació en Mendoza en 1932. De muy chico comenzó a dibujar por influencia de su tío, pintor y diseñador gráfico, también llamado Joaquín. A su tío le debe su apodo, de quien su familia lo diferenció llamándolo por el seudónimo con el que luego se haría famoso en todo el mundo.

Siendo muy joven, se trasladó a Buenos Aires donde hizo sus primeras armas como dibujante, y en 1964 dio a luz su obra maestra, Mafalda. Comenzó en la revista Primera Plana, pasó por el diario El Mundo y la revista Siete días, donde publicaría por última vez su icónica tira en 1973. Las historias de esta niña curiosa y sus amigos (Manolito, Susanita, Felipe, Miguelito, Libertad), sus interrogantes y sus reflexiones atraparon a millones de jóvenes, y no tan jóvenes, y trascendieron las fronteras. Mafalda fue traducida en treinta y cinco idiomas y llegó a algunos de los rincones más recónditos del mundo. El periodista Miguel Bonasso, a raíz de la muerte de Quino, declaró en su cuenta de Facebook: “Me gustaría que estuviera vivo y contarle algo que me pasó, hace muchos años, en Dar es Saalam, Tanzania. Aquel taxista que sonrió feliz cuando le dije que era argentino y comentó ‘como Mafalda’”.

El éxito de Mafalda

¿Cuál fue el secreto de tamaño éxito? Sin lugar a dudas la mezcla entre la prosa genial, aguda, ingeniosa y sensible de Quino con los temas que abordaba la tira. En Mafalda se reflejaban las preocupaciones de los trabajadores, las mujeres y la juventud de la época que comenzaban a sufrir paulatinamente la declinación de su nivel de vida. En su autobiografía, Quino definió así a su personaje: “Mafalda es una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes son los malos en este mundo”. Ese dilema Mafalda lo resolvería en el medio de tremendos sucesos que conmovieron al planeta durante la década del ’60 y principios de los ’70, los cuales exhibieron con meridiana claridad frente a los ojos de millones de trabajadores quiénes eran los “malos” y quiénes los “buenos”. Era la época del empantanamiento yanqui en Vietnam después de décadas de invasión en el sudeste asiático, del Mayo Francés del ’68 y de rebeliones contra la burocracia estalinista, como la Primavera de Praga. En la Argentina se dio ese tremendo levantamiento obrero y estudiantil que fue el Cordobazo del ’69, con sus posteriores réplicas en distintas partes del país. Estos hechos sin duda se reflejaban en la tira, motivo por el cual millones de trabajadores y de luchadores leían de forma entusiasta sus páginas. En ella también se reflejaban, de forma totalmente adelantada para su época, las luchas de las mujeres por sus derechos y la defensa de la educación pública, motivo por el cual nuestra agrupación Docentes en Marcha lleva como emblema la figura de Mafalda. Mafalda se mostraba particularmente preocupada por la existencia de la bomba atómica y el gasto militar que realizaban las principales potencias del mundo en pos de la carrera armamentista. También reflejaba de forma precursora la lucha en defensa del ambiente.

Una crítica al capitalismo

Sin duda, Mafalda fue el reflejo de una época y de una joven generación que miraba con ojos críticos lo que pasaba en el mundo en los ’60 y los ’70. Pero Mafalda trascendió por mucho su propia época. Lo que en definitiva criticaba Mafalda era el capitalismo. Esa crítica es la que hace que el contenido de la tira siga vigente y refleje el sentir de nuevas camadas de jóvenes que siguen inspirándose en sus páginas para condenar la injusticia y la opresión cincuenta y seis años después de su aparición. La crítica abarca desde el aspecto económico del capitalismo hasta sus efectos en la cultura y en las propias relaciones entre las personas. Repasando parte de las frases más célebres de Mafalda encontramos una crítica a la dominación imperialista: “¿Qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes?”. A la alienación y la deshumanización que impone el capitalismo: “¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?”. Al rol de los medios de comunicación: “Los diarios inventan la mitad de lo que dicen. Y si a eso le sumamos que no dicen la mitad de lo que pasa, resulta que los diarios no existen”. A la degradación de la cultura en las sociedades capitalistas: “¿No sería hermoso el mundo si las bibliotecas fuesen más importantes que los bancos?”. A la represión: “Ven, este es el palito de abollar ideologías”, señalando el bastón de un policía. Y aun a la explotación capitalista: “Nadie amasa fortuna sin hacer harina a los demás”, decía Manolito en una viñeta.

La vigencia de Mafalda, expresada en estos días en la enorme repercusión que tuvo la muerte de Quino y el redescubrir de su obra por parte de millones de lectores, desmiente la creencia de aquellos escépticos que opinan que la pelea contra las injusticias del capitalismo terminó en los ’70. Mientras exista el capitalismo habrá jóvenes y trabajadores que se levanten y den pelea contra este sistema tomando en cuenta el sabio consejo de Mafalda: “¡Sonamos muchachos¡ ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!”.

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