Empresarios y funcionarios del gobierno nacional rápidamente inculparon al motorman Marcos Córdoba: “falla humana”. Calumnias como ebriedad, conducta laboral negligente, se fueron instalando en los medios para refutar las denuncias de delegados de la Bordo que al mismo tiempo que socorríamos a los heridos junto con el personal ferroviario de la estación y otros que solidariamente se acercaron, denunciábamos que “se pretendía culpar a los trabajadores para tapar la cadena de corrupción de funcionarios y empresarios durante más de una década. Que todos los trenes eran inseguros porque había vaciamiento, que los Cirigliano (TBA) se estaban robando los subsidios y los desviaban a otros negocios”.
La corrupción mata
Los testimonios de los trabajadores y representantes de la Bordo, el acompañamiento de la prensa ingresando a los talleres para mostrar la falta de repuestos, herramientas, y la desidia, publicando las denuncias realizadas durante años por los delegados ante la justicia, la CNRT, la cámara de diputados, secretaría de Transporte, las investigaciones que revelaron subsidios estatales por casi 10 millones de dólares “desviados” hacia la financiera Favicor de Cirigliano, demostraron al país que los responsables eran Schiavi, Cirigliano, De Vido y todos los funcionarios K.
El servicio ferroviario había colapsado por la privatización y la corrupción. La justicia y el poder político conformaron una comisión de peritos para salvarse, con representantes de la empresa, ingenieros empleados de universidades por financiados por Cirigliano y personal jerárquico de sus mismas empresas. Todos menos los propios trabajadores pudieron participar de las pericias judiciales. Al mismo tiempo que los directivos de Pedraza -lista verde- acusaban a Sobrero y a los delegados para salvar a Cirigliano. Los trabajadores reclamamos masivamente cárcel a los verdaderos responsables, el fin de la privatización y reestatización de todos los ferrocarriles con directorio de trabajadores, en una histórica asamblea que realizamos a los pocos días de la Masacre de Once.
La lucha de los ferroviarios del Sarmiento, los familiares de las víctimas, los representantes sindicales de EmFer -talleres de Cirigliano- hoy procesados por denunciar que los empresarios quemaban documentación incriminatoria en la causa por corrupción, y la participación activa de comisiones de usuarios, no cesó durante todos estos meses.
El movimiento convergió el 22 de febrero de 2012, a un año de la masacre, y el 23 de agosto de 2013 en Plaza de Mayo, con una marcha conjunta donde hablaron los familiares y el Pollo Sobrero, junto a personalidades, unificados en el pedido de justicia y por una real reestatización. La condena social está unida al reclamo de cárcel a los verdaderos responsables y reestatizacion de los ferrocarriles bajo gestión de trabajadores y usuarios.
La lucha ha logrado el procesa miento de decenas de jefes y miembros del directorio y funcionarios, pero no hay ningún preso. Se le quitó la concesión a Cirigliano pero dos masacres nuevamente sumaron 3 muertos y ya más de mil heridos en nuevos choques. Porque los ferrocarriles siguen en manos privadas, como Roggio y Romero, y de políticos corruptos que hicieron de la recuperación nuevos negociados.
El choque de Castelar y nuevamente el de Once pusieron en evidencia que la “Revolución Ferroviaria” prometida por Randazzo es un maquillaje para juntar votos y tapar nuevos negociados. Viejas vías tapadas con piedra nueva, trenes pintados pero sin repuestos para mejorarlos, la promesa de trenes chinos mientras el servicio tiene la mitad de trenes y nuestros talleres siguen vacíos de repuestos y con instalaciones que se inundan en cada tormenta.
Dos años: ningún preso y peor servicio
Pasajeros y trabajadores somos víctimas de la entrega ferroviaria que viene desde el menemismo, de la corrupción y el desinterés en mejorar el servicio y recuperar los trenes para mejorar el país. Los familiares de las victimas convocan nuevamente este 22 de febrero a manifestar el reclamo de justicia en Plaza de Mayo. Sin duda tenemos que llenar la plaza porque, además, el 18 de marzo empieza el juicio oral y público.
Justicia es cárcel a Cirigliano, Jaime, Schiavi, De Vido y todos los gerentes involucrados (muchos todavía en servicio hoy en el Sarmiento). Justicia es que la plata del pueblo vuelva al pueblo con un servicio de transporte seguro y eficiente. Justicia es que los ferrocarriles no sean caja de negocios de empresarios inescrupulosos y políticos corruptos. Por eso deben ser gerenciados por trabajadores y usuarios, los únicos interesados en mejorar los trenes porque los necesitamos para ir a trabajar, para estudiar o a un hospital, y los queremos al servicio de un país que recupere sus economías regionales, y el servicio de transporte desde norte a sur y desde el este al oeste de todo el territorio argentino.