Scioli se reunió con representantes de Chevron, Monsanto, Cargill, Coca-Cola, PepsiCo, JPMorgan, Exxon, Telefónica, BBVA, Microsoft, Toyota, Motorola, IBM, DirectTV y representantes de los fondos buitre NML y Fidelity. Más claro, agua.
En definitiva, Scioli fue a transmitirles que ante una eventual presidencia suya seguirá haciendo los deberes que dicta el imperialismo: pagar puntillosamente la deuda externa y mantener contentos a los capitales extranjeros.
Mientras el kirchnerismo denunciaba, a tono con las declaraciones de Maduro, una supuesta desestabilización en Venezuela impulsada por los EE.UU., uno de sus candidatos oficiaba de lamebotas de los yanquis.