Un punto de contacto entre las intervenciones de López, Hagman y Lozano fue tratar de dividir la política kirchnerista en "períodos", donde teóricamente habría habido una etapa "progresista" que culminó en 2007, tras lo cual el kirchnerismo empezaría a entrar en "contradicciones" y terminaría cediendo a los "factores de poder". Por su parte, Enríquez Martínez (Evita) hizo un planteo lleno de generalidades, evitando responder las críticas quele hacían al gobierno el resto de los panelistas, casi como si fuera "ajeno" al mismo. Su deslucido papel es una señal más, entre tantas, de la crisis que hoy recorre a las organizaciones afines al kirchnerismo.
Resultó más que evidente la diferencia planteada por nuestro compañero José Castillo, quien señaló que asistíamos a una crisis signada por el fin del "doble discurso" de un gobierno que, desde siempre -resaltó-, ha gobernado al servicio de los grandes capitales, el imperialismo y los pagos de deuda. Y que ahora había llegado la hora del ajuste, yendo más directamente contra los trabajadores y el pueblo. A partir de ahí, nuestro compañero destacó el rol del Frente de Izquierda en la coyuntura, tras la responsabilidad que implica haber obtenido 1.200.000 votos el año pasado, muchos de ellos recogidos de ex votantes del kirchnerismo, votos que fueron a apoyar una clara salida por izquierda.
Castillo explicó la importancia de plantear un programa alternativo no sólo al ajuste del gobierno, sino también a lo que están proponiendo los partidos patronales opositores -sean del peronismo opositor o del acuerdo UCR-centroizquierda en todas sus variantes-. Un plan económico alternativo obrero y popular que parta de los reclamos que recientemente planteó el Frente de Izquierda con un proyecto de ley en el Congreso reclamando un salario mínimo de 9.000 pesos, el 82% móvil para los jubilados y la prohibición de las suspensiones y despidos. Acompañado con medidas de fondo, como el no pago de la deuda externa, nacionalización de la banca y el comercio exterior, reestatización de las privatizadas, entre otras que ninguno de los panelistas nombró. No es casual. El representante del Evita apoya al kirchnerismo, que está haciendo todo lo opuesto. Y el diputado Lozano (CTA Micheli) junto a Itai Hagman, quienes fueron unidos en las pasadas elecciones, son una versión de la centroizquierda que ya fracasó. Quienes no solo apoyan "lo bueno" del gobierno y critican "lo malo", sino que nunca levantaron medidas de fondo para que la crisis no la paguemos los trabajadores.
Apoyar las luchas obreras y populares, impulsar medidas de fondo y la construcción de una alternativa política de los trabajadores y la izquierda que combata las medias tintas de la centroizquierda, como el FIT, son claves en este
momento de crisis. Algo que quedó evidenciado en la charla.